Brasil es uno de los países del mundo donde más asentada está la tradición de que los medios de comunicación cuenten con libros de estilo propios con el fin de orientar, desde un punto de vista tanto editorial como sobre todo idiomático, el trabajo de sus periodistas.
En Brasil la implantación de estas herramientas se institucionaliza en la década de los cincuenta del siglo XX con el extinto Diario Carioca y eclosiona en los años ochenta en los grandes diarios de información general.
A esta larga tradición también se suma el rotativo, con sede en Brasilia, Correio Braziliense (CB), uno de los diarios más frescos e innovadores del momento, cuya marca periodística se fundamenta en la creatividad de sus portadas y el diseño de sus páginas; sus
criterios de selección, jerarquización y tratamiento de los temas, siempre próximos a su comunidad de lectores pero sin dejar nunca de lado lo que ocurre en el ámbito internacional; así como en la búsqueda permanente de la complicidad con el ciudadano mediante el uso de términos, expresiones y signos propios de las redes sociales y la aplicación de nuevos espacios para la interacción y la participación que exige el entorno 2.0.
Como consecuencia de esta apuesta por la renovación y la adaptación constante a las transformaciones que se están sucediendo en el panorama comunicativo actual, Correio Braziliense, dentro del grupo al que pertenece, Diarios Asociados, publicó en 2013 su Manual de Redaçao e Estilo para Mídias Convergentes, obra de Dad Squarisi, editora de Opinión de CB y una de las principales autoridades en el estudio de la lengua portuguesa aplicada a la redacción periodística en su país. Squarisi, autora también del reciente libro titulado Como Escrever na Internet (2014), no solo ha actualizado y ampliado el libro de estilo que ella misma coordinó para el diario y el mencionado grupo en 2005, sino que además lo ha convertido en el primer manual de estilo multimedia de la prensa brasileña.
Obra Innovadora
Se trata de una obra innovadora porque aborda la necesidad de perfeccionar las técnicas de comunicación tradicionales de la prensa diaria, de las revistas, la radio, la televisión e internet haciéndolas converger en un mismo manual válido para la producción de noticias multimedia donde lo digital es el nuevo paradigma y el denominador común es la corrección en el uso del idioma para garantizar la eficacia comunicativa.
Tal como plantea la propia autora en el libro, lo importante en periodismo es lograr que se entienda el mensaje, “no se trata tanto de qué hay que decir, sino más bien de cómo decirlo”, teniendo siempre en cuenta el tipo de canal, la naturaleza del texto y el público receptor. Por ello, señala: “La radio exige coloquialismo; la televisión, agilidad; la web, síntesis; y el diario impreso, todo eso y algo más”.
En opinión de Squarisi, “en el ejercicio profesional del periodismo, somos políglotas de nuestra propia lengua”, por lo que “sea cual fuere el registro elegido, sea cual fuere el canal o el destinatario, el mensaje precisa atender a diez requisitos esenciales”. Son los denominados “mandamientos de la comunicación eficaz”, que compendian los elementos del estilo que son comunes a todas las plataformas de Correio Braziliense y Diarios Asociados:
Los 10 Mandamientos
1. Sea adecuado (“la lengua se parece a un inmenso armario; hay que saber elegir qué tipo de ropa es la mejor para cada ocasión: un editorial exige traje y corbata, nunca smoking; reportajes, entrevistas y perfiles van bien con una casaca y blue jeans, nunca con bermuda y camiseta; las columnas, las crónicas y los blogs pueden aparecer en traje de baño y sandalias o en traje de baile”).
2. Sea claro (“una frase periodística tiene que estar construida de tal forma que solo se pueda entender de una sola manera”).
3. Sea preciso (“buscar la palabra exacta para un determinado contexto no es sencillo; consultar diccionarios, textos especializados y profesionales del área deben formar parte de la rutina del reportero”).
4. Sea natural (“dé al texto un toque humano; usted se dirige a personas de carne y hueso”).
5. Sea fácil (“en el mundo del corre-corre, queremos textos cortos, precisos y agradables; la rapidez de la lectura engancha; para lograr esto opte por palabras familiares, las largas y pomposas son una plaga”).
6. Sea ameno (“no canse ni obligue a tener el diccionario al lado, mucho menos obligar a volver atrás para recuperar lo que fue dicho; tenga respeto por los tiempos, el oído y el buen gusto”).
7. Sea respetuoso (“solo use palabras obscenas en situaciones excepcionales, en caso de unas declaraciones de alguien y cuando tengan un indiscutible valor informativo o refleje de la personalidad de quien las profiere”).
8. Sea sorprendente (“la sorpresa llama la atención y despierta curiosidad; es el gusto por lo inusitado”).
9. Sea dinámico (“vaya al grano, use verbos y sustantivos concretos, opte por la voz activa, huya de adjetivos y adverbios, evite palabras largas y pomposas; opine”).
10. Sea gentil (“la sociedad está atenta a los vocablos que refuerzan los prejuicios, evítelos (…) la gentileza no se restringe a las palabras, atañe a los periodos, pasa por los párrafos y llega a todo el texto; comience por lo más importante y comience bien, con una frase atrayente que despierte el interés y estimule la voluntad de avanzar hasta el final”).
El periodismo impreso debe reinventarse
El manual, que incide en la necesidad de manejar bien la lengua para saber orientar en todo momento el texto periodístico a las características de la audiencia a la que se dirige, se detiene en las exigencias de la noticia online y sus consecuencias tanto en el periódico impreso, que ha de reinventarse para hallar nuevos recursos de seducción (infografías, tablas, ilustraciones, espacios de participación) con los que atrapar al lector, como en los medios audiovisuales, que también están en la web y, por ende, han de incorporar nuevos elementos transmedia a su discurso.
Según Squarisi, el periodista, para satisfacer los requerimientos del nuevo consumidor, ha de escribir en un registro culto de la lengua, dominar la tecnología digital, tener bagaje cultural para contextualizar la información, saber presentar la noticia según las peculiaridades de cada hecho, dar crédito a la críticas y comentarios de internautas, que se tornan coautores de contenido, tomar determinaciones con seriedad y verificar las informaciones antes de su publicación, mantener el foco en las necesidades y el hábito de los visitantes, no subestimar al lector y, sobre todo, contar bien una historia, esto es, “trabajar bien una información, explorar al máximo los recursos hipermedia; además del texto, recurrir a audios, gráficos, vídeos, enlaces, o a la combinación de todos ellos”.
Importancia de Twitter
El manual dedica también un apartado a la importancia creciente de Twitter en la comunicación periodística, tras imponer un nuevo paradigma de concisión en el que “menos palabras y menos letras es sinónimo de más información”, donde los seguidores la multiplican, se interactúa en tiempo real y todos se convierten simultáneamente en emisores y receptores. Es, a juicio de la autora, “la dictadura de decir mucho con poco”, lo que obliga a realizar una gran labor de edición de acuerdo a nuevos parámetros: escoger palabras cortas, verbos y sustantivos antes que palabras que resultan más prescindibles, siglas, cifras, abreviaturas, signos, así como etiquetas y códigos emocionales nacidos en esta red de microblogging (:-), :-(, etc.).
En definitiva, se trata de una obra relevante y novedosa, concebida para las necesidades del nuevo perfil de periodista digital, que ya engloba al de radio, al de televisión y al del diario impreso; un nuevo profesional polivalente al que se le exige producir contenidos para la web y desenvolverse con soltura técnica y lingüística en cada uno de los formatos para entablar conversación con lectores, usuarios, oyentes y telespectadores.
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