Es difícil leer esta historia y que las lágrimas no asomen a los ojos. Se trata de uno de esos casos en los que el amor se lleva hasta su máxima expresión.
Una historia de amor que supera el guion de cualquier película.
Don y Maxine Simpson han cumplido hasta el último día la promesa que se hicieron hace 62 años, cuando ambos aceptaron dedicarse el uno al otro hasta que la muerte los separase. Y es que esta pareja de ancianos ha fallecido con unas horas de diferencia, cogidos de la mano y recordando antiguas experiencias guardadas en álbumes de fotos.
Tanto Don como Maxine tenían 83 años cuando se les acabó la vida, hace apenas unos días, en California. La fatalidad quiso que la mujer fuera diagnosticada con cáncer un año atrás y, después de esforzarse por superar esta enfermedad, tuvo que ser ingresada en un centro hospitalario. Su marido no quiso separarse de la mujer de su vida y pidió que se le instalara una cama junto al lecho donde Maxine pasaría sus últimos días.
Él también enfermó y requirió cuidados, pero nada les impidió rescatar experiencias de su baúl de los recuerdos y pasar los días disfrutando de su vida pasada, como el momento en el que adoptaron a sus dos hijos ante la imposibilidad de ser padres de manera natural. Hace pocos días, Don sintió que su esposa exhalaba su aliento final, la cogió de la mano y, horas después, él también falleció.
La fotografía de los ancianos con los dedos entrelazados se ha convertido en una imagen viral después de que una de sus nietas, Melissa Sloan, la hiciera pública poco tiempo después de que los médicos certificaran el fallecimiento de ambos. Una historia que demuestra que el amor verdadero existe, y recuerda al caso de otra pareja que murió al mismo tiempo en lugares diferentes después de haber pasado toda una vida juntos.