Es un lugar común afirmar que Beto Ortiz es el mejor entrevistador político de la televisión. La afirmación está sustentada por decenas de brillantes ejemplos que muchos colegas y estudiantes de periodismo deben considerar. Asimismo, los entrevistados
En consecuencia, son valiosas las recomendaciones que ha formulado a los candidatos electorales en su columna de El Comercio, titulada “Mi entrevistado perfecto”:
Estimado político en campaña que ofreces entrevistas en vivo en la TV, estos humildes consejitos son para ti:
1. Nunca te sientas cómodo: No bajes la guardia, no te dejes engañar por las sonrisas ni por el cafecito, estás en territorio comanche y aquí lo que único que va a lloverte es dardo, flecha y bala.
2. No nos sobonees: No nos felicites por el programa. No le agradezcas al canal. No subrayes nuestra improbable elegancia. Las zalamerías son síntoma de nerviosismo. Remember: no somos tus amigos ni queremos serlo.
3. No lloriquees: La gente no es idiota y sabe de sobra que, aunque pierdas, tú te la vas a seguir pasando bomba así que, por ventura, no te victimices, no vengas aquí a pegarla de prócer de la honestidad o mártir de la transparencia. Sí, ya sé, todos se comen tu Cerelac pero nos aburren los llorones.
4. No compitas con nosotros. Los entrevistadores entrenamos para nunca terminar entrevistados así que ten la bondad de no confundirnos con un concursante de “La máquina del millón”. No nos respondas con una pregunta. No preguntes, por ejemplo: ¿sabes cuál es el índice de dengue en Saposoa? Desconozco. Y si me lo preguntas será porque tú sí estudiaste y te lo sabes, así que dilo nomás y sácate veinte que no soy yo el que necesita los votos.
5. Nunca respondas así: “¡Qué excelente pregunta! ¿Quiere que le diga la verdad? Le agradezco que me la formule, señor periodista, porque creo que ya es hora de aclarar este enojoso asunto de una vez por todas.” Hey, no estoy dando examen en la Bausate, no necesito que le pongas nota a mis preguntas sino que las contestes. Y no creas que no nos dimos cuenta que ya te robaste un minuto para pensar por cuál ventana vas a saltar.
6. Tampoco respondas así: “Antes de responder a su pregunta, permítame decir algo que me parece realmente importante”. Oye, si vas a una entrevista aceptas tácitamente esta simple regla: responderé las preguntas que me hagan, no las preguntas que me encantaría que me hicieran, de modo que –si no te las hacen- no te entrevistes a ti mismo y mucho menos cuando te acaban de preguntar otra cosita porque equivale a decir: me cago en tu pregunta, la mía es más bonita.
7. Ven sin mapa. Ahórrate el plano, el cuadro sinóptico, la maqueta, el expediente técnico de 800 hojas, el diseño 3D de la mega obra que algún día edificarás. Hazte un favor y déjalo en el carro. En TV esas cosas ni se ven ni se entienden. Nadie las va a mirar, ni siquiera yo.
8. No trates de ser gracioso. Estás en medio de una elección y no en un casting de nuevos talentos para el Especial del Humor. No se te ocurra tratar de hacerte el chistoso porque pierdes. A payaso, payaso y medio. Si te liga y me dejas en ridículo, quizás mañana haga más rating. Si no te liga y quedas en ridículo, quizá mañana pierdas la elección.