¿Son creíbles las encuestas telefónicas?

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La encuesta telefónica electoral realizada por una televisora, que no es favorecida por la sintonía general y, por lo tanto, no llega al gran público televidente, ha arrojado resultados desconcertantes y hasta contrarios a los publicados por las tres reconocidas empresas especializadas en el Perú.

Según esa encuesta, la actual alcaldesa Villarán ganaría los comicios con el 39 % por ciento de las preferencias sobre Luis Castañeda con el 25 %. Se detalla que en la encuesta se recibieron  más de 4.200 llamadas.

Sin embargo, se anunció que se iba a verificar notarialmente los DNI, los nombres y las llamadas. En otras palabras, la televisora ha dejado la puerta abierta a que, luego de esa verificación, los resultados puedan variar.

Por supuesto y como era de esperar, la favorecida dio por cierta la validez de la encuesta y agradeció “la imparcialidad” de la televisora.

Como se sabe, las tres empresas ( El Comercio –Ipsos, CPI y Datum) en cifras aproximadas dan a  Castañeda a la cabeza con más del 50% de las preferencias y a la alcaldesa en el segundo lugar con un  10 %.

En mi experiencia de haber trabajado en la televisión más de una veintena de procesos electorales, comprobé que las empresas especializadas realizan los sondeos sobre bases muestrales científicamente determinadas y publican una rigurosa ficha técnica de los estudios, en la que, entre otros detalles, precisan el margen de error de los resultados.

Desde luego, en 17 días más sabremos quienes acertaron en sus encuestas y quien o quienes hicieron el ridículo.

En abril de 2011, en este blog, publiqué el siguiente texto, que cobra actualidad:

SOBRE LAS ENCUESTAS TELEFÓNICAS

Los medios audiovisuales -radio y televisión- acostumbran invitar a las personas que los sintonizan, a expresar su parecer sobre diferentes temas y eso los anima a llegar conclusiones sobre lo que consideran es la opinión pública.

Nada más exagerado e inexacto, sobre todo tratándose de tiempos electorales.

Diez personas de una agrupación determinada y con la consigna de llamar a los medios pueden dar una tendencia totalmente falsa y errónea.

Estas consultas o encuestas telefónicas carecen pues de toda legitimidad, si se quieren considerar como opinión dominante. Y eso se ha apreciado cuando se ha querido conocer al ganador del último debate.

En Estados Unidos se acostumbra realizar estas encuestas telefónicas pero no es el público el que llama sino el medio el que lo hace a determinados hogares de acuerdo con una muestra elaborada estadísticamente en función de los sectores representativos.

Desde luego se puede argumentar que en Norteamérica casi la totalidad de los hogares cuenta con el servicio telefónico y se puede aplicar el procedimiento con una gran certeza estadística.

El procedimiento seguido en el Perú, en todo caso, da opción de emitir su opinión sólo a los que cuentan con una línea telefónica y no a los miles de hogares humildes que no la poseen.

 

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