La violación de una joven de 16 años en Kenia y, sobre todo, el insignificante castigo que se impuso a los 6 atacantes han originado la protesta mundial.
Esta protesta universal está encabezada por Avaaz.org, una organización civil global fundada en enero de 20071 que promueve el activismo ciudadano en asuntos como el cambio climático, derechos humanos, corrupción, pobreza, derechos de los animales, paz y conflicto y cuyo objetivo principal es “movilizar a los ciudadanos del mundo para cerrar la brecha entre el mundo que tenemos y el mundo que la mayoría de la gente quiere. Se ha convertido en la red de activismo online más grande y más poderosa del mundo.
La víctima, identificada por Liz, fue atacada cuando volvía caminando a casa del funeral de su abuelo. Los 6 indeseables se turnaron para violarla repetidas veces. Cuando acabaron los seis hombres presuntamente enterraron a la víctima en unas letrinas de seis metros de profundidad. Los vecinos oyeron sus gritos pidiendo ayuda hora más tarde y la sacaron, ensangrentada e inconsciente, de acuerdo con el diario Daily Nation, de Kenya.
Y sucedió lo increíble: la policía solo obligó a los violadores a cortar el césped de la comisaría antes de dejarlos en libertad.
Esta terrorífica historia provocó incontenibles protestas en toda Kenia y tanto los políticos como la policía están siendo presionados para dar una respuesta. Pero organizaciones defensoras de las mujeres afirman que la única manera de conseguir cambios reales es poner al Gobierno en el punto de mira de la comunidad internacional.
Y de eso se está encargando, precisamente, Avaaz.org, que ha intervenido para que se haga justicia, y que el tormento de Liz se convierta en un punto de inflexión dentro de la plaga de violaciones que asola Kenia.
Nadie ha sido llevado aún ante la justicia — ni los violadores, ni los policías. Por eso la campaña persigue apoyar a que eso cambie inmediatamente, y que los atacantes de Liz y los agentes implicados sean castigados.
Según la madre de Liz, los violadores de su hija han rondado por su casa para burlarse de la familia. Actúan como si estuvieran por encima de la ley, y tienen buenas razones para creerlo. La policía, en vez de apoyar a la víctima que necesitaba denunciar su caso, la obligó a barrer la oficina y registró el ataque a Liz como un mero asalto, pidiéndole a su madre que “la limpiara”, destruyendo así evidencias forenses clave.
Más de cuatro meses después, Liz sigue hospitalizada y con gran dificultad para caminar. Por ahora, solo uno de los seis hombres que la atacó ha sido capturado bajo cargos más leves que violación sexual.
Avaaz.org sostiene que la historia de Liz es un ejemplo extremo de un problema mucho más grande. En Kenia, dos tercios de las niñas y la mitad de los niños que acuden a la escuela han sufrido algún tipo de abuso sexual. A principios de este año un fallo histórico declaró a la policía culpable de no hacer su trabajo y les ordenó defender las estrictas leyes anti violación vigentes en Kenia.
La policía afirma que no tienen ni el dinero ni la formación que necesitan para hacer cumplir la ley. Pero se les responde que no se necesita demasiada preparación para saber que en un caso de violación, no se puede castigar a los culpables a cortar el césped.
El propósito de la campaña es conseguir que tanto los violadores como los policías rindan cuentas, y se pueda sentar un precedente que obligue a la policía a tratar las violaciones como delitos graves y no como pequeñas faltas.
Avaaz.org pide a todos sumar a la protesta mundial, ingresando a la siguiente dirección:
http://www.avaaz.org/es/justice_for_liz_nm_es_nov_20/?bTOGhgb&v=31881