Para muchos debe ser increíble lo que está ocurriendo en España, debido a su crisis económica.
Un indigente de 23 años de nacionalidad polaca falleció en un albergue municipal de Sevilla, donde se hallaba cobijado, con síntomas de desnutrición y con solo unos treinta kilos de peso.
Tras ser atendido en el sevillano Hospital Virgen del Rocío y en el momento de darle el alta, se requirió al Servicio de Emergencias Sociales, ya que el joven no tenía a nadie que se ocupara de él ni estaba en condiciones de pasar la noche en la calle.
Este servicio municipal lo trasladó al albergue, donde por la mañana se le atendió y se le dio de desayunar. Posteriormente, al mediodía, se comprobó que había fallecido mientras reposaba en un sofá del centro.
La consejera andaluza de Salud explicó que se ha abierto una investigación de oficio para aclarar las causas del fallecimiento.
Datos de la crisis
La crisis económica española, también llamada Gran Recesión o depresión económica española, se nició hace ci9nco años y dura hasta la actualidad.
En 2008 los principales indicadores macroeconómicos tuvieron una evolución adversa. Los efectos se han prolongado hasta la actualidad, no sólo en el plano económico sino también en el político y el social. Esta crisis se enmarca dentro de la crisis económica mundial de 2008 que afectó a la mayor parte de países del mundo, en especial a los países desarrollados.
El comienzo de la crisis mundial supuso para España la explosión de otros problemas: el final de la burbuja inmobiliaria, la crisis bancaria de 2010 y finalmente el aumento del desempleo en España, lo que se tradujo en el surgimiento de movimientos sociales encaminados a cambiar el modelo económico y productivo así como cuestionar el sistema político exigiendo una renovación democrática.
El desempleo, que marcaba un mínimo histórico durante la primavera de 2007 con 1,76 millones de personas (un 7,95% de la población activa), pasó a registrar un máximo histórico en el primer trimestre de 2013 con más de 6.200.000 parados (un 27,16%), y con un desempleo juvenil (desempleados menores de 25 años) de más de 960.000 personas (57,2%).