Después de dos años y medio de la desaparición del universitario Ciro Castillo Rojo, la Segunda Sala de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Arequipa archivó de manera definitiva la denuncia por homicidio presentada por la familia del estudiante en contra de Rosario Ponce López, por la muerte del joven en el Valle del Colca.
Con ello se puso fin a un caso que durante meses desató las peores muestras de un periodismo irresponsable que denunciamos en este blog en más de una oportunidad.
Artículos e informes televisivos prácticamente condenaron a Rosario Ponce, pareja del accidentado Ciro, como su homicida o, por lo menos, cómplice de su desaparición y muerte.
El periodismo practicado por un amplio sector de los medios olvidó uno de los postulados fundamentales de la profesión: nadie es culpable de nada hasta que la justicia lo sentencie.
Esos medios, manipulados fundamentalmente por las temerarias afirmaciones del doctor Ciro Castillo Rojo Salas, padre del infortunado joven, desplegaron una intensa campaña para que Rosario López fuera acusada.
La difamación tuvo efectos en amplios sectores de la opinión pública, que llegaron incluso a reverenciar el ataúd con los restos del estudiante, en demostraciones populares realmente impresionantes e increíbles.
Ahora esos medios y esos periodistas tendrán que pagar las consecuencias: desprestigio absoluto y las acciones civiles y penales que entablen los abogados de Rosario como castigo justo a tanta irresponsabilidad.
Como era de esperar, el doctor Castillo Rojo Salas criticó la decisión final de la justicia. Será, sin duda, uno de los demandados y su ambiciosa pretensión a ser candidato a la Presidencia del país desbaratada.