El colombiano Carlos Devis es uno de los más seguidos blogueros especializados en mensajes espirituales. Durante los últimos 20 años, ha desarrollado programas para escuelas, colegios y empresas que han sido utilizados por cientos de miles de personas, en más de 10 países de América.
Al comenzar 2001 su amigo y editor Christian Godefroy, creador de la idea del CLUB POSITIVO lo invitó a hacerlo en español.
Carlos ha sido empresario toda su vida. Le encanta leer, escuchar música clásica, aprender formas nuevas de pensamiento y sobre todo disfruta escribiendo.
Ha publicado 2 libros, su libro “Convierta los problemas en oportunidades” fue publicado en español y francés para Francia y Suiza. Su segundo libro, “La vida en trazos”; (caricaturas) lo enorgullece porque es el libro de cabecera de miles de niños.
En la actualidad está preparando dos libros más.
Una de sus últimas historias es la que podemos titular como Primero las piedras grandes en el tarro y que difundimos enseguida
Un día, un viejo profesor de la fue contratado para dar una formación sobre la planificación eficaz de su tiempo a un grupo de quince ejecutivos de grandes compañías norteamericanas.
Este curso constituía uno de los cinco talleres de su jornada de formación. El viejo profesor no tenía entonces sino una hora para “hacer pasar su materia”.
Parado, delante de ese grupo de élite (que estaba listo a anotar todo lo que el experto le iba a enseñar), el viejo profe los miró uno por uno, atentamente, y les dijo “Vamos a hacer un experimento”.
Debajo de la mesa que lo separaba de sus alumnos, el profesor movió un inmenso tarro de vidrio de más de 4 litros, que puso delicadamente en frente suyo. Luego sacó alrededor de doce piedras tan grandes como bolas de tenis y las depositó cuidadosamente, una por una en el gran tarro.
Cuando el recipiente se llenó hasta el borde y era imposible agregarle una sola piedra más, levantó lentamente los ojos hacia sus alumnos y les preguntó:
“¿Les parece que el tarro está lleno?”
Todos respondieron: “Sí.”
Esperó unos segundos y agregó: “¿Están seguros?”
Entonces, él se agachó de nuevo y sacó de debajo de la mesa un recipiente lleno de piedrecillas. Con mucho cuidado, él agregó las piedritas sobre las piedras grandes y sacudió ligeramente el tarro. Las pequeñas piedras se infiltraron entre las grandes… hasta el fondo del tarro.
El viejo profesor levantó nuevamente los ojos hacia su auditorio y reiteró su pregunta:
“¿Les parece que el tarro está lleno?”
Esta vez sus brillantes alumnos comenzaron a entender su manejo.
Uno de ellos respondió: “¡Probablemente no!”
“Bien”, respondió el viejo profesor.
Se agachó nuevamente y esta vez sacó de debajo de la mesa una bolsa de arena. Con mucho cuidado agregó la arena al tarro. La arena rellenó los espacios existentes entre las piedras y las piedritas. Una vez más, preguntó: “¿Les parece que el tarro está lleno?”
Esta vez sin pensarlo dos veces y en coro, los brillantes alumnos, respondieron:
“¡No!”
“¡Bien!”, dijo el viejo profesor.
Y como se esperaban sus prestigiosos alumnos, el hombre cogió la botella de agua que estaba sobre la mesa y llenó el tarro hasta el tope. El viejo profesor levantó entonces los ojos hacia su grupo y preguntó:
“¿Qué gran verdad nos demuestra esta experiencia?”
El más audaz de sus alumnos, reflexionando sobre el tema de este taller, respondió:
“Esto demuestra que incluso cuando creemos que nuestra agenda está completamente copada, si lo deseamos realmente, podemos agregar más citas, más cosas para hacer.”
“No”, afirmó el viejo profesor. “No es eso. La gran verdad que nos muestra esta experiencia, es la siguiente:”
“Si uno no mete las piedras grandes primero en el tarro, jamás podría hacer entrar el resto después.”
Hubo un gran silencio, en el que cada uno estaba tomando conciencia de la evidencia de estos propósitos.
El viejo profesor, dijo entonces: “¿Cuáles son las piedras grandes en sus vidas?”
“¿Su salud?”
“¿Su familia?”
“¿Sus amigos?”
“¿Realizar sus sueños?”
“¿Hacer lo que aman?”
“¿Aprender?”
“¿Defender una causa?”
“¿Relajarse?”
“¿Tomarse el tiempo…?”
“¿O cualquier otra cosa?”
“Lo que hay que retener, es la importancia de meter esas PIEDRAS GRANDES en primer lugar en la vida. Si no, uno se arriesga a no lograr… la vida. Si uno le da prioridad a los pecadillos (las piedritas, la arena) uno llenará la vida de pecadillos y no tendrá suficiente tiempo para consagrar a los elementos importantes de la vida.”
Davis termina su historia preguntando: ¿Cuales son las piedras grandes para ti?… ¿cuales tienes en tu tarro y cuales estás dejando fuera?
“Enseguida, mételas primero en tu tarro.”