El caso del francotirador más mortífero asesinado a tiros

20130206-a_francotirador.jpg

El asesinato en un campo de tiro en Texas de Chris Kyle un ex ‘Navy Seal’ (Fuerza de Operaciones Especiales de la Marina norteamericana) de 38 años, retirado, de puntería prodigiosa y nervios de acero ha provocado un gran interés por el singular personaje.

Kyle formó parte de la unidad de elite SEAL y combatió en Irak, donde mató al menos a 150 insurgentes entre 1999 y 2009, según cifras oficiales del Pentágono, aunque él asegura que fueron más de 250, lo que lo convertía en el francotirador más letal de la historia de EEUU.

El año pasado, en una entrevista con la revista «Time», el ex militar defendió su labor en Irak y argumentó que matar a terroristas islámicos significaba salvar la vida de muchos de sus compañeros.

«La primera vez, ni siquiera estás seguro de que puedas hacerlo (matar). Pero yo no estaba allí mirando a esas personas como personas. No me preguntaba si tenían familia. Solo estaba tratando de mantener a mi gente a salvo».

A los 8 años
Christopher Kyle nació en Odessa, en el estado de Texas en 1974, era hijo de un matrimonio religioso que tenía una granja. A los 8 años, Chris Kyle recibió como regalo un rifle Springfield para niños, y se aficionó junto a su padre en la caza furtiva de aves de presa y ciervos de su comarca, desarrollando una gran aptitud para el manejo efectivo de un arma.

Intentó ganarse la vida como cowboy de rodeo de exhibición en su estado; pero un accidente grave en un brazo lo retiró de los rediles.

En 1998, Chris intentó enrolarse en la Marina de los Estados Unidos con la intención de formarse como un SEAL; pero la lesión de su brazo causó que fuera desestimado en un principio. Sin embargo, gracias a contactos dentro de la Marina, Chris Kyle tuvo otra oportunidad y fue admitido para el curso de SEAL en la especialidad de francotirador en 1999.

Ese mismo año, Kyle fue enviado como parte de la compañía Charlie a Irak y designado a Ramadi, Anwar y Bagdad. Kyle realizó cuatro ciclos de relevo en Irak mientras duró esta guerra.

Proezas mortíferas
Kyle efectuó en Ramadi proezas mortíferas en su especialidad logrando dar en el blanco a una distancia de 2.100 m cuando un joven insurgente se dirigía con un RPG (lanzador de granadas) a un convoy norteamericano en marcha. Otra de sus proezas fue dar de baja a una mujer que portaba un explosivo y que se acercaba confundida entre un grupo de desprevenidos soldados.

En la segunda batalla por la ciudad de Fallujah, Kyle se anotó en un solo día 40 bajas de insurgentes. Kyle fue herido dos veces por disparos de otros francotiradores y sobrevivió a 6 atentados con explosivos disimulados mientras se trasladaba en un vehículo de la Marina.

Kyle por sus proezas ganó dos medallas de Plata y cinco de bronce al Valor.

Tras abandonar las Fuerzas Armadas para dedicarse a su familia –deja esposa y dos hijos pequeños-, Kyle decidió crear su propia empresa de entrenamiento para misiones de riesgo así como una fundación para dar ayuda psicológica a los veteranos de guerra.

Escribió un libro, «American Sniper» (Francotirador Americano), en el que relata sus días como tal. En el libro, publicado el año pasado y que estuvo en la lista de los más vendidos del diario ‘The New York Times’, Kyle revela que los insurgentes iraquíes lo apodaron ‘El diablo de Ramadi’ y ofrecieron una recompensa de 80.000 dólares por su cabeza.

Puntuación: 5.00 / Votos: 3

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *