Las parábolas de un consejero espiritual colombiano

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El colombiano Carlos Devis ha afectado positivamente la vida de millones de personas. Es el fundador del clubpositivo.com en español, que ofrece estrategias sencillas para el manejo de los pensamientos y

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emociones para vivir hoy mismo una vida más feliz y exitosa.

Es coautor del libro “Convierta los problemas en oportunidades “(más de 50.000 ejemplares vendidos) publicado en 5 países y también en francés y de tres libros más, ha creado decenas de audios y sus cursos tienen un impacto, inmediato y duradero en la vida de las personas.

Cuenta con decenas de miles de seguidores en internet, a los que envía por e-mail sus mensajes.

La caricatura refleja una de sus apreciaciones sobre el comportamiento de muchos.

A continuación, una de sus interesantes relatos que culminan, como las parábolas, en una enseñanza:

El mar estaba muy picado hacía varios días. La visibilidad era muy precaria. El capitán del enorme acorazado recomendó a su tripulación permanecer alerta.

– Por favor informe inmediatamente cualquier novedad. -ordenó con seguridad el capitán a su segundo.

Tan pronto oscureció uno de los marinos anunció:

– Atención, una luz está brillando hacia el norte.

– ¿Se está moviendo o está quieta? -preguntó el capitán.

– ¡Se está moviendo! -respondió el segundo.

El capitán llamó al encargado de las señales y le dijo:

– Avísele a esa embarcación que si sigue en esa dirección está en grave riesgo de estrellarse contra nosotros. Aconséjele que vire 20 grados hacia el este.

Como no hubo respuesta y la luz seguía acercándose el capitán decidió encargarse personalmente de la situación.

– Atención, atención. Habla el capitán de este gran acorazado. Le advertimos una vez más, cambie de curso o nos estrellaremos contra ustedes.

– Háganlo ahora. -insistió el capitán con firmeza-.

Entonces una voz tranquila y segura le respondió:

– Aquí habla el marinero Pérez. Acorazado, cambie usted su rumbo 20 grados hacia el este.

Al oír esto el capitán, ya salido de casillas y casi gritando, dijo:

– Por última vez marinero. Este es un barco de guerra, vire inmediatamente 20 grados hacia el este.

Y la respuesta que recibió fue:

– Yo soy el faro. Usted es el que debe cambiar de curso.

REFLEXION: A veces queremos que los demás cambien y hasta los amenazamos con estrellarnos. Es más fácil que tú cambies. Tú diriges tu barco. Ve a donde tú quieras y como todo buen capitán, sé flexible en la forma de construir los caminos. Escucha lo que los demás tengan que decir. Te puedes evitar una colisión.

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