Uno de los aspectos más lamentables en el ejercicio periodístico es el de los periodistas desinformados, sin conocimiento de los temas.
Como lo precisa Eduardo Heguy Terra en su blog Periodismo-Comunicación:
La mayoría de las personas en presencia de un periodista suele dar por sentado que esta frente a un hombre bien informado. Informado, en cantidad y en calidad, muy por sobre el denominador común y, por ello, en condiciones inmejorables para entender los hechos, comprenderlos y explicar a los demás todo cuanto sucede en el país y en el mundo. Pero esto no siempre es así. No siempre el periodista esta tan bien informado como se quisiera, como sería deseable y necesario para una comunicación de la mejor calidad al público.
La realidad nos muestra una variedad de situaciones. Unas debidas a factores externos que condicionan al periodista e influyen en su trabajo y rendimiento; otras que son personales, derivadas la formación, o de la ausencia de ella, de la disponibilidad de tiempo y recursos o de la ausencia de ellos. Pero tanto unas como otras dan por resultado un paradojal e indeseable informador desinformado.
¿Por qué es tan importante evitar que ello ocurra? Pues, además de lo obvio, porque uno de los principales deberes del comunicador es, precisamente, estar adecuadamente informado. Esto es, informado de manera amplia, completa y veraz. En lo general, respecto a las principales noticias nacionales e internacionales. En lo particular, en relación con un especial conocimiento de los temas a su cargo. Para lograrlo debe proponerse mejorar siempre, ampliar sus fuentes, leer, entrevistar, consultar archivos, navegar en Internet, intercambiar datos y referencias con los colegas.
Últimamente se comprobaron tres casos en el periodismo radial peruano:
• Un reportero fue comisionado para informar sobre la rebaja de los combustibles. En un grifo, que mantenía los precios antiguos por la descripción de los mismos, el reportero preguntó a los empleados en cuánto habían bajado…El colega desconocía los precios anteriores a la rebaja.
• En una entrevista sobre los sucesos en Cajamarca, una periodista comentó indignada que el Gobierno había esperado que ocurrieran las muertes para decretar el Estado de Emergencia. “Nadie anticipó lo que iba a pasar”, dijo, categórica, la colega… Ignoraba que diez días antes el jefe policial de la región había solicitado públicamente que se decretara la Emergencia, porque sus informes de inteligencia señalaban que las protestas iban a ser cada vez más violentas.
• Un ministro fue abordado al mediodía por los periodistas, uno de ellos le dijo: Señor ministro estamos transmitiendo en directo ¿cuándo se promulgará la ley que aprobó el Congreso? El ministro, un tanto burlón, le contestó: Esta mañana fue publicada la ley. Se ve que usted no lee El Peruano.
En realidad, los periodistas desinformados pueden ser causantes de episodios muy lamentables.
Tal fue el caso hace algunos años en el que muchos periodistas desinformados sostuvieron que bajo los suelos de Tambogrande, donde se proyectaba una cuantiosa inversión minera, había un yacimiento de plutonio. El plutonio es un elemento que se obtiene en el laboratorio y no es posible encontrarlo en estado natural. Lo que sucedió es que el desconocimiento de los comunicadores los llevó a confundir rocas plutónicas con plutonio el elemento radioactivo. Igual sucede con las perforaciones diamantinas que se convierten, por insalvable ignorancia periodística, en yacimientos de diamantes.