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¿Quién es la mujer que acompañaba durante el verano de 2011 al obispo de la Diócesis Merlo- Moreno, Fernando Bargalló? Se trata de la empresaria gastronómica María de las Victorias Martínez Bo, divociada, de 55 años.
El romance ya había tenido su punto de máximo esplendor durante el verano del 2011, cuando el 10 de enero llegaron a Ezeiza, cada uno por su parte y tomaron distintos vuelos hacia los Estados Unidos. Ella, mujer de 55 años y divorciada viajó en el avión de la entonces línea Continental, mientras que él tomó un vuelo de American Airlines. Los dos se dirigieron a Miami, pero la realidad es que no había nada que sospechar al respecto, ya que provienen de lugares totalmente distintos.
Él es el titular de Cáritas en América Latina, mientras que ella es la dueña de un finísimo restaurante que está ubicado en el barrio de Belgrano R. Para aquel entonces la pareja se encontró en el país ya nombrado y juntos viajaron al Distrito Federal de México donde tuvieron una pequeña “luna de miel”. Al otro dia, viajaron hacia el Aeropuerto Internacional de Bahía de Huatulco, y así, esperando no encontrarse con algún argentino alguien que pudiera reconocerlos, pasaron tres días en el Hotel Boutique Casa Bichú, donde se los pudo ver comiendo y bebiendo vinos de elevados precios.
El lugar cuenta con nueve cabañas extremadamente lujosas, y con un detalle que no es menor: cada una de ellas se encuentran bien separadas y rodeadas de palmeras, para que quienes se hospedan allí, puedan mantener un gran nivel de intimidad. El valor de las mismas se ubica entre los 290 y los 470 dólares y durante su estadía no se privaron absolutamente nada, reveló el diario Crónica.
Sin embargo, el viaje no terminó ahí y con una camioneta blanca se fueron a recorrer la costa marítima del Estado de Oaxaca, para después continuar con las playas de Xicatela, en la ciudad de Puerto Escondido donde se hospedaron por tres días más en otro lujosísimo hotel. El romántico y apasionado viaje finalizó en las playas de Ixtapa y luego cada uno partió por su lado, pero en la misma línea aérea.
Mientras que María de las Victorias regresó con todas las esperanzas de que el obispo dejaría sus hábitos para poder arrancar así, una historia que no tuviera la necesidad de ocultar nada, él, estaba seguro de que jamás lo haría.
Afirman quienes fueron al restaurante de ella, que una vez que llegó a su lugar de trabajo, escribió un mensaje en la carta de precios que dice: “El amor es tan importante como la comida, pero no alimenta”.
De ahora en más habrá que ver qué es lo que va a suceder. El Vaticano es quien tiene la última palabra y decidirá si el obispo será o no sancionado.
Desde su círculo íntimo aseguran que ella continúa con las esperanzas de que Bargalló deje finalmente sus hábitos, aunque él, a través de un comunicado afirmó “que siente profundamente su sacerdocio”. Aseguran que como consecuencia de esto, Benedicto XVI habría decidido recortarles poder a Cáritas desde el mes de mayo.
(Versión de Periodista Digital)