El Rey posa con el propietario de Rann Safaris
Como no podía ser de otra manera, la prensa española se alborotó con la noticia de la operación en la cadera del rey, a raíz de un accidente sufrido en un safari para cazar elefantes. el portal de periodistadigital.com informó asi:
En España cada periódico enfoca el penosa accidente del Monarca español en tierras africanas, desde su particular punto de vista.
Es una antigua foto -se hizo en realidad en 1996- de Don Juan Carlos I posando, escopeta en mano, delante de un elefante muerto, la que domina este domingo 15 de abril de 2012 las portadas de ‘El País’, ‘El Mundo’ y ‘El Periódico de Catalunya’.
Este último, lo que subraya en primera es que se trata de la tercera operación médica que sufre el Monarca en dos años.
‘La Razón’ ni saca el asunto a su primera página.
‘La Vanguardia’ abre a cuatro columnas con la noticia de la rotura de cadera en el campamento de Botsuana, pero opta por una imagen del Prícipe Felipe de Borbón, llegando al hospital, para visitar a su doliente y majestuoso padre.
El más agresivo, muy en el estilo del rotativo que dirige Pedrojota, que titula: “El batacazo del Rey desvela que llevaba 4 días cazando elefantes”.
Y dentro, ‘El Mundo’ sentencia en su editorial:
“Habría que conocer las circunstancias concretas para matizar más nuestras opiniones, pero, a partir de lo que hemos podido saber, se trata de un viaje irresponsable, realizado en el momento más inoportuno”.
“Resulta muy poco ejemplar el espectáculo de un monarca cazando elefantes en África cuando la crisis económica en nuestro país provoca tantos problemas a los españoles, incluidas algunas situaciones familiares dramáticas. Ello transmite una imagen de indiferencia y frivolidad que el Jefe de Estado jamás puede dar”.
‘El País’, más prudente e institucional que su competidor lamenta en su editorial:
“El reiterado hecho de que los viajes privados del Jefe del Estado al extranjero no sean comunicados de forma oficial ni al Gobierno, ni al Parlamento, ni a la opinión pública”.
Sus columnistas habituales, tipo Carlos Boyero o A. Gutiérrez Rubí, se encarga de soltar el ‘veneno’.
No Advirtió al Presidente Rajoy
Según ‘El Mundo’, donde Sostres se parte el pecho y defiende al Rey , Juan Carlos I, que tiene ya 74 años, no advirtió al presidente del gobierno conservador Mariano Rajoy que preveía “desplazarse al extranjero y aún menos que participaría en una nueva cacería en África”.
La Casa Real española no confirmó el motivo del viaje del monarca, indicando simplemente que se trataba de un desplazamiento privado.
Como no podía ser de otra manera, el diario ‘ABC’ -conservador y monárquico- defiende el “derecho a la intimidad” del Rey y lamenta:
“Que unos cuantos pescadores en río revuelto aprovechen el accidente sufrido por Don Juan Carlos en su viaje privado a Botsuana o el de su nieto Felipe, para cargar contra la monarquía parlamentaria como ‘forma política del Estado’, ignorando así su papel determinante en el funcionamiento de nuestro sistema democrático”.
‘ABC’ dedica un especial de 12 páginas a la familia real titulado “El año más amargo”, en el que se recuerdan los últimos incidentes protagonizados por miembros de la Casa Real y, especialmente, la convocatoria en febrero del yerno del rey y esposo de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin, ante un juez que investiga un caso de corrupción.
Dicho todo esto y al margen de lo que pontifiquen los opinadores de siempre y d elas bobadas que se escuchen en tertulias de radio y televisión, resulta indudable que la noticia sobre el percance sufrido por el Rey en Botsuana ha sorprendido a la opinión pública no solo por la naturaleza de su fractura, que le obligará nuevamente a un periodo relativamente prolongado de inactividad y a un proceso de recuperación lento, sino sobre todo por el reiterado hecho de que los viajes privados del Jefe del Estado al extranjero no sean comunicados de forma oficial ni al Gobierno, ni al Parlamento, ni a la opinión pública.
El Rey viajó a Botsuana y regresó para su intervención quirúrgica en Madrid en un avión privado. España no dispone de Embajada en el país africano, lo que obligó a que la repatriación tuviera que ser organizada por la embajadora en Namibia.
No cabe duda de que incluso los reyes tienen vida privada y, por lo tanto, poseen derecho a la misma protección jurídica a su intimidad que cualquier otro ciudadano.
Pero los desplazamientos de don Juan Carlos fuera del territorio nacional deberían ser comunicados, como sucede en la mayoría de los países democráticos, aunque las leyes españolas no establezcan nada al respecto.
Respecto a las críticas realizadas por el coordinador de Izquierda Unida -que anda pensando ya en la III República Española- respecto al viaje del monarca a África, suena hasta estrambótica la tesis de que el rey no tiene derecho a unos días de asueto y ocio, cualquiera que sea la dureza de la crisis económica.
No es la primera vez que el monarca sufre un accidente fuera de España con ocasión de dedicarse al ejercicio de deportes de riesgo.
Y el que eso se produzca fuera de las fronteras del país sin que se sepa si existía por las autoridades políticas conocimiento previo del viaje no es bueno ni para el prestigio de la institución ni para el normal desarrollo de las actividades de la Jefatura del Estado.
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