La memoria de los humanos disminuye en los dos años y medio antes de la muerte a un ritmo más rápido que en cualquier otro período desde que empiezan los problemas de memoria, según un estudio que publica la revista Neurology.
Otro estudio en la misma publicación de la Academia Estadounidense de Neurología indica que la mejor forma de preservar la memoria en la vejez es mediante juegos de mesa o la lectura.
Para el primer estudio los investigadores del Centro Médico de la Universidad Rush, en Chicago, hicieron pruebas de memoria entre 174 sacerdotes, religiosas y monjes católicos que no tenían problemas de memoria, de seis a 15 años antes de su muerte.
Después de la muerte, los científicos examinaron los cerebros de los sujetos para detectar las placas y “nudos” que señalan la presencia del mal de Alzheimer.
“En nuestro primer estudio usamos el fin de la vida como punto de referencia para investigar la disminución de la memoria en lugar del nacimiento o la fecha de comienzo del estudio”, explicó el autor del artículo, Robert Wilson.
El estudio encontró que, en promedio, unos dos años y medio antes de la muerte, diferentes capacidades de la memoria y el pensamiento tienden a disminuir a un ritmo de 8 a 17 veces más rápido que antes de esta etapa terminal.