Esta foto de un bebé de 21 semanas, aún sin nacer, y su historia respectiva causaron enorme impacto y emoción en el mundo hace 13 años.
Al bebé llamado Samuel Armas se le había diagnosticado una espina bífida. Es decir, una malformación congénita que se caracteriza porque uno o varios arcos vertebrales posteriores no han fusionado correctamente durante la gestación y la médula espinal queda sin protección ósea. Samuel nunca sobreviviría, a menos que se le practicara una operación intrauterina.
El Dr. Joseph Bruner, tras numerosos estudios realizados en el Centro Médico Universitario de Vanderbilt, en
Nashville, anunció que él podría llevar a cabo la operación, con el bebé dentro de la matríz materna.
Durante la intervención, el cirujano extrajo el útero mediante una cesárea y practicó una pequeña incisión a la bolsa, a través de la cual le fue posible operar al pequeño Samuel.
El Dr. Bruner estaba acabando exitosamente la operación, cuando Samuel sacó su pequeñísima pero bien desarrollada mano a través de la incisión practicada y se agarró del dedo del atónito médico.
Este prestigioso cirujano declaró haber vivido el momento más emotivo de toda su vida, cuando sintió la mano de Samuel asiéndole uno de sus dedos, a modo de agradecimiento por obsequiarle con el regalo de la vida.
Por supuesto, el Dr. Bruner permaneció helado, -totalmente inmóvil por varios segundos– durante los cuales Samuel seguía cogiéndole el dedo, lo cual dio el suficiente tiempo para que el personal del quirófano pudiera fotografiar el momento con toda claridad.
LA OTRA FOTO
El fotógrafo Michael Clancy, que cubría la operación para el USA Today, describió el episodio como “milagroso” y que “le cambió la vida”. Según su versión, vio como el feto sacó el brazo por la apertura del útero porque “se le pasó la anestesia demasiado pronto y estaba sufriendo. Entonces el doctor levantó su mano y el feto reaccionó apretando el dedo del doctor.”
Él describió esos momentos así:
“La tensión se respiraba en la sala de operaciones desde el momento que comenzó la cirugía. Se hizo la típica incisión de cesárea para tener acceso al útero, que se levantó y se situó en el cruce de los muslos de la madre. Todo el procedimiento se llevaría a cabo dentro del útero. Durante el procedimiento, la posición del feto se ajustó mediante una cuidadosa manipulación de la parte exterior del útero. Todo el procedimiento quirúrgico en el niño se completó en una hora y trece minutos. Cuando todo terminó, el equipo quirúrgico suspiró de alivio, al igual que yo.
Mientras el médico me preguntaba qué velocidad de película estaba utilizando, por el rabillo del ojo vi el movimiento del útero, pero ninguna mano de nadie estaba cerca de él. Estaba temblando por dentro. De repente, todo un brazo salió por la abertura, luego se movió hacia atrás hasta que sólo quedó a la vista una
pequeña mano. El médico se acercó y levantó la mano, que reaccionó y apretó el dedo del médico. Como si fuera una prueba de resistencia, el médico sacudió el pequeño puño. Samuel se mantuvo firme. Tomé la foto! Wow! Sucedió tan rápido que la enfermera de pie al lado me preguntó: “¿Qué pasó?” “El niño salió, le dije. “Oh. Lo hacen todo el tiempo”, respondió ella.
La abertura quirúrgica del útero fue cerrada y el útero fue puesto de nuevo dentro de la madre, cerrando a continuación la abertura de cesárea.
Transcurrieron diez días antes de saber si la foto estaba incluso enfocada. Para asegurar que no hay ninguna manipulación digital de imágenes antes de que se puedan ver, USA Today requiere que la película sea presentada sin procesar. Cuando por fin el editor de imágen me llamó, dijo, “Es la imagen más increíble que he visto nunca.”