En Gran Bretaña, Bertold Wiesner y su mujer, Mary Barton, fundaron en los años 40 una clínica de reproducción asistida que aseguraba proporcionar el semen de padres seleccionados por su inteligencia.
Ahora, dos de aquellos niños han descubierto que son hijos del propio Wiesner. Calculan que pueden ser entre 300 y 600 los hijos del fundador.
El escándalo, del que ahora se hacen eco los medios británicos, lo han descubierto dos hombres concebidos en la clínica mediante inseminación artificial: el documentalista canadiense Barry Stevens -que guarda un parecido asombroso con Wiesner- y el abogado londinense David Gollancz.
Ambos han investigado el centro y los análisis de ADN han confirmado que Wiesner fue el donante del esperma, algo que en la época no estaba prohibido por ley.
Los análisis se han realizado a 18 personas concebidas en la clínica entre 1943 y 1962 y se ha visto que 12 (dos tercios de los analizados) eran hijos biológicos de Wiesner.
“Una estimación conservadora es que el médico habría hecho 20 donaciones al año durante aquel periodo. Utilizando las cifras estándar del número de nacimientos, incluidos los abortos y gemelos, calculo que es responsable [es decir, padre biológico] de entre 300 y 600 niños”, ha declarado Gollancz al Sunday Times.
En la clínica de Wiesner nacieron 1.500 niños. Aunque el matrimonio usaba a amigos de la familia como donantes, se cree que la escasez de voluntarios pudo llevar a Wiesner (fallecido en 1972) a ser el principal suministrador de esperma.
Gollancz descubrió en 1965, cuando tenía 12 años, que le habían concebido gracias a un donante de esperma, aunque no supo quién era el donante. Tras descubrir la verdad mediante un test de ADN, contactó con 11 de sus medios hermanos, según el Daily Mail. Entre ellos estaba Stevens, que es quien ha llevado a cabo la investigación.
Gollancz explica así sus sentimientos: “Conocer a los medios hermanos que he localizado ha sido enriquecedor. También frustrante, porque sé que hay todos estos hermanos ahí fuera a quienes no conozco pero realmente me gustaría conocer. Me encantaría alquilar una gran carpa e invitarlos a todos a una fiesta”.