¿Quién puede dudar de que la relación que se crea entre el hombre y el perro es única?
Esa interdependencia viene acompañada de sentidos de cariño y lealtad –vistos en términos humanos- y la convivencia llega a puntos de entendimiento tan grandes, con unos lazos de unión tan fuertes, que para sí quisieran la mayoría de las relaciones humanas.
En 1955 la Asociación Norteamericana de Hospitales Veterinarios realizó una encuesta entre los dueños de mascotas. Los resultados que arrojó fueron, por lo menos, curiosos:
A.- El 60% declaró que si estuviera en una isla desierta su compañía preferida sería su mascota y no otra persona.
B.- El 47% afirmó que si su perro y un extraño se estuvieran ahogando, salvaría primero a su perro y el 25% contestó que no sabría que hacer.
C.- el 72% incluyó a sus mascota entre sus cinco afectos más importantes.
D.- TODOS aseguraron que no sabrían cómo sobrevivirían a la muerte de su mascota.
El amor que sentimos por nuestras mascotas está compensado con un amor incondicional por su parte.
Sin embargo, muchos seres humanos no participan de esos sentimientos y, por el contrario, manifiestan una actitud negativa y hasta agresiva contra los perros. En otros casos muestran indiferencia o los educan para ser fieles e incondicionales servidores
A continuación tres videos que muestran aspectos singulares de la relación hombre-perro
Un niño vive la experiencia infeliz de “ser perro”
Las imágenes “humanizan” los sentimientos de la mascota
http://www.youtube.com/watch?v=ZuDEhbDFGCc
Gracioso y sorprendente comportamiento de una inteligente mascota