Turquía está estremecida por el contrato. En realidad, causa repulsión, porque es moralmente abyecto y revela lo peor del ser humano.
El supuesto contrato publicado por la prensa, firmado por todas las partes (incluida la niña), dice lo siguiente:
“He vendido a mi hija por 5.000 liras turcas (unos 2 mil euros). Concedo mi hija E.Y. a Yusuf A. En fecha 12 de febrero de 2006. He recibido el pago en metálico. Mi hija estará bajo el control de Yusuf A. desde la fecha mencionada a continuación. Doy mi consentimiento como padre” .
Las cláusulas aparecen claras: El objeto, lo revela un artículo que publica el diario ‘El Mundo’, era la violación de la menor.
Una Pobre Niña
La pequeña, de cuyo nombre sólo se conocen las iniciales, E.Y., rompió a llorar en clase hace seis años.
“El hombre que me compró a mi padre me llevó anoche a un hotel y me violó”.
Así lo relata el periódico local ‘Hurriyet’, que cita a una maestra de su instituto y publica la foto del violador.
Y más de un lustro ha tardado la policía en dar con el ‘propietario’ de la niña, Yusuf A., un empresario de la región que está en prisión y será sometido a juicio la próxima semana.
El Padre Vendedor
El padre de la víctima asegura que le cedió a la niña con la intención de “facilitar su educación y ofrecerle un empleo”. Pero la versión del encarcelado difiere de forma diametral.
Según afirma el ‘comprador’, el padre de E.Y. necesitaba dinero hasta tal extremo que amenazó con matar a la menor a menos que abonara su precio.
El Acuerdo y la Violación
Tras el acuerdo mercantil y la violación, la menor regresó con su familia, que se trasladó a una población en la provincia de Sivas.
Nada se había sabido de ellos hasta ahora. Los psicólogos que han tratado a la joven aseguran que la niña sufre traumas que requerirán de tratamiento psiquiátrico.
No está claro cuánto tiempo se supone que la niña pasó en manos de su dueño. Se espera que los detalles se conozcan en el juicio, previsto para el mes de marzo, a menos que la familia airee más detalles escabrosos en la televisión.
Un Crimen contra la Humanidad
“Este incidente es inaceptable. Constituye un crimen contra la humanidad. La Ley debe perseguir vigorosamente este caso”, exigió Recep Akdag, ministro de Salud turco.
La ministra de Familia y Políticas Sociales, Fatma Sahin, conocida por su persecución manifiesta de todo atisbo de violencia de género, tampoco se calló:
“Están ocurriendo sucesos indeseados que hieren nuestra conciencia y la de toda la población”.
En uno de los muchos programas de la televisión turca que se han ocupado del truculento suceso, la menor -que ahora tiene 19 años- ha dicho no recordar si la firma estampada en el contrato es suya.
“Mis padres jamás recibieron dinero por mí. Los amo, confío en ellos”.
Amenazas De Muerte
Según su relato, su ‘comprador’ la amenazó de muerte para que no contara una palabra de lo sucedido.
Por su parte, el padre -que será interrogado en fechas próximas- niega tajantemente haber cobrado del empresario.
Asegura que el único papel que firmó con el detenido fue en relación con un trabajo y que fue el mismo Yusuf A. quien se encargó de todo el papeleo.
Mientras el empresario niega la cita en el hotel, los empleados del establecimiento, según relata la prensa local, la han confirmado y explicado que creían que ambos eran padre e hija.