La fiscal María del Rosario Lozada Sotomayor ha solicitado 8 meses más de plazo para concluir su investigación del caso Ciro-Rosario. Esto ha motivado que nuevamente los medios actualicen su información. En http://www.clasesdeperiodismo.com/ se publica este artículo de Roberto Bustamante que merece difusión por este blog, por sus acertados conceptos sobre el desempeño de los medios.
Una declaratoria: Mi opinión sobre lo que debe hacer o no el periodismo peruano sobre el caso Ciro Castillo es más o menos externa. Aunque soy profesor de la carrera de Periodismo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, no soy periodista. Mi opinión es básicamente la de alguien que consume medios y enseña a futuros periodistas sobre producción y uso de medios digitales. Así, haré una suerte de top ten de cosas (como es el estilo de Clases de Periodismo) que no me han gustado, tanto en fondo como forma para presentar todo lo que ha pasado en el caso de Ciro Castillo.
1. No te conviertas en juez. El periodismo, como lo entiendo, no ofrece pruebas de culpabilidad de nadie. Para eso está el sistema de justicia. El periodista ofrece, por otros lados, elementos y criterios para que la opinión pública evalúe y saque sus propias conclusiones. Elementos, no pruebas. Eso del “cuarto poder” es mentira. Deja a los funcionarios responsables que hagan bien su trabajo.
2. No entrevistes charlatanes. Aunque parezca gente seria, no se puede sacar un perfil psicológico a partir de los gestos de la aparición pública de una persona. No existe algo así como el “mago de los gestos” que sabe hasta de qué equipo de fútbol eres hincha a partir de un levantamiento de ceja. De verdad. Los profesionales del tema se toman su tiempo para hacer algo así. Y además serán bien cautos para decirte si una mujer está loca o no, así se lo preguntes veinte veces.
3. Un chamán no es una fuente. Con el fin de inventar una primicia, es posible que a alguien se le ocurra entrevistar a un brujo o chamán para saber dónde está el cuerpo desaparecido. Nunca entenderé este lado folclórico de nuestra prensa.
4. No subestimes al consumidor de medios. Una de las mejores cosas que han ocurrido con Internet, es que ahora hay más personas que son conocedoras del tema que se expresan a través de las redes sociales, de blogs, etc. Así, es posible que si dices alguna sandez, esta pueda ser rápidamente desbaratada por algún verdadero capo del asunto. No subestimes al lector, en serio.
5. No eres el protagonista. No sé de dónde viene esta idea del periodista como protagonista de la noticia. No sé si viene del Periodismo Gonzo de Hunter Thompson. O de ver demasiadas veces a César Hildebrandt. Pero, no se debe olvidar que en estos tiempos digitales, la información es la protagonista absoluta. La información, no tú. Aprende a sacarle la vuelta, a hacer mejores infografías, a hacerlas más útiles y utilizables. Prepárate harto antes de meterte al tema. No queremos verte subir un cerro. No nos interesa.
6. No olvidar lo sustantivo. Entiendo claramente que un noticiero es parte de un negocio. Que el fin es el rating. Pero se puede buscar un justo equilibrio entre la noticia/espectáculo como el tema de fondo. ¿Qué medio tocó la inoperancia de la policía frente a la desaparición de dos turistas (Castillo y Ponce) en una zona de harto flujo turístico? ¿Qué noticiero habló sobre la poca capacidad para auxiliar personas que se extravían en una zona complicada? Un poco de equilibrio puede significar más trabajo, pero al menos se deja el tema para que la opinión pública elabore sus conclusiones.
7. No convertirse en un cómplice de la policía. Como hacer buen periodismo es mucho trabajo, muchos caen en el juego de apelar a material reservado (interrogatorios, peritajes psicológicos, fotos, etc.) para presentarlos como “exclusiva”. Se pasa así del uso al abuso de este tipo de documentos con la excusa de que son de interés público. Al final, lo que termina ocurriendo es el fortalecimiento de una mafia dentro de la policía que trafica este material. Gracias a la prensa que les hace el juego.
8. No respetar la privacidad. Una de las consecuencias del punto anterior es tirarse abajo la privacidad de las personas involucradas en un caso policial. El menor daño puede ser enturbiar un justo y debido proceso, influyendo sobre las autoridades encargadas. El mayor daño es dañar la imagen y el nombre de una persona, más allá que finalmente sea considerada culpable.
9. No olvidar los principios rectores del medio. Todo lo que hemos visto hasta ahora podría haberse evitado si el periodista tuviera al costado de su computadora o como protector de pantalla, el documento con los principios rectores de su medio. Todos los medios hablan de respetar los derechos humanos (por ejemplo, el Grupo El Comercio). Varias de las cosas que hemos visto durante estos más de 200 días de búsqueda de Ciro Castillo (y los días post rescate del cadáver) se han saltado olímpicamente este principio. Sobre todo el último punto.
10. No Publiques la foto del cadáver. No hay una sola excusa para publicar la foto del cadáver de Ciro Castillo. Su publicación no contribuye un solo punto a esclarecer el caso a la opinión pública. Si no quieres usar un difuminado o un mosaico encima de la foto, puedes hacer una reconstrucción gráfica. Hay miles de formas para presentar la información que no implican publicar la foto de un muerto. Respeta al muerto. Respeta a la familia.
Esta suerte de antidecálogo, sí pues, es más trabajo para el periodista y para el medio. Seguramente implicará un riesgo. Pero ya es justamente la pericia del periodista cómo darle la vuelta a la información y hacerla atractiva, al mismo tiempo que equilibra negocio/rating con información de calidad. Del lado del consumidor de medios es algo mucho más que cambiar de canal. Es también exigir por un lado una mejor calidad del producto que se le brinda y, al mismo tiempo, reclamar porque se cumplan los principios rectores, que son parte de la publicidad del medio, por lo que uno ha decidido comprarlo. Quién sabe, si hasta se les pueda demandar por publicidad engañosa.
También el sanmarquino Carlos Caramantín Guzmán elaboró lo que llama “Lecciones aprendidas del caso Ciro Castillo” con un enfoque juvenil y travieso.
1. Cuando te dicen que hay lugares en el Colca por donde no debes ir, es porque no debes ir. Hay lugares más bonitos donde pasar tiempo de enamorados. Los tipos que se creen boy -scout caen mal.
2. Los medios son estúpidos; pero a la vez, inteligentes. Exageran y mienten, consultan a curanderos, etc., pero no se les ocurre decir que a Ciro se lo llevaron los extraterrestres, por ejemplo. De lo que veas en los periódicos peruanos, toma en cuenta la mitad, y de esa mitad, no creas nada.
3. Marihuana y montañismo no son buena combinación. Fuma en un parque o en tu cuarto, si tienes ventana, claro.
4. Cuando te acusen de homicidio, reírte no es lo más recomendable. Puede ser por los nervios, cámaras, tu inmadurez o locura, pero sonreír en momentos dramáticos no es el mejor mecanismo de defensa, en serio. Será tu tumba.
5. Si logras sobrevivir a una tragedia, no agradezcas por tu suerte, al contrario, laméntate, serás considerado el culpable. Nadie valorará ni se tragará el cuento de que el destino quiso que estés vivo. Si eres el último sobreviviente, suicídate.
6. Si alguna vez quieres desaparecer a tu pareja, reza por que desaparezcan también tus ex y tus amigos. Pueden fregar tu perfil psicológico.
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