Parece que el doctor Ciro Castillo Rojo sigue en su plan de aparecer en los medios a como dé lugar, de figuretismo. Esta vez por la participación de Rosario Ponce en un desfile de modas.
Calificó el acto como una ofensa a la memoria de su hijo y como algo enfermizo por el nombre del diseñador Ciro Taipe.
Es decir, la ex enamorada de su hijo debe comportarse como una monja de clausura, condenada a actuar en una forma que no desmerezca el sentimiento que considera al infortunado joven poco menos que un santo o el “Ángel del Colca”, que debe ser reverenciado por siempre jamás.
Pero el colmo de la reacción del doctor fue cuando afirmó que el debut de Rosario en las pasarelas pretendía distraer el objetivo central de la denuncia judicial que persigue demostrar que el joven Ciro fue víctima de un homicidio. Y , según lo ha manifestado en más de una oportunidad, la principal sospechosa es Rosario.
Si los medios simpatizantes de la posición del doctor Ciro ejercieran el periodismo con un poco de sensatez habrían considerado que nada tiene que ver, ni influir en la investigación fiscal, un desfile de modas.
Lo que ocurre, indudablemente, es que Rosario motivó un gran despliegue periodístico y ello no agradó al doctor quien pretende monopolizar el interés mediático.