Debbie Bosanek con un polo con un mensaje preciso
Debbie Bosanek saltó hace unos días a la fama cuando Barack Obama utilizó su caso para denunciar que los asalariados pagan más impuestos que los ricos.
Su acaudalado jefe, la segunda persona más rica de Estados Unidos después de Bill Gates, dice entregar a Hacienda solo el 17,4 por 100 de sus ingresos, frente al 36 por 100 de media de sus empleados.
Debbie Bosanek tiene 55 años y ha trabajado durante casi 20 en Berkshire Hathaway, la compañía presidida por Buffett. Reside en Omaha, la ciudad de Nebraska donde se encuentra la sede de la empresa (de ahí que a su patrón se le conozca como el «mago» o el «oráculo» de Omaha); lleva gafas y el color de su pelo es entre rubio y rojo.
Antes de la crisis cobraba 60.000 dólares al año. Según Alice Schroeder, autora de una biografía de Buffett, las cualidades de Bosanek -«amable, educada, competente»- le supondrían un sueldo en Wall Street de seis cifras.
En una junta de accionistas, Buffett no sólo se refirió a ella como «inestimable asistente»; también mencionó sus preferencias culinarias.
OBAMA Y SUS AMIGOS
Horas después de que Obama invocara la «regla Buffett» -el millonario, de afiliación demócrata, considera que los ricos como él tienen que pagar más impuestos-, apareció en Twitter la cuenta @BuffettSecretary.
El primer tweet decía:
«Estoy de acuerdo con la cantidad que pago de impuestos».
El mensaje era falso, porque la cuenta es una de tantas ficticias que circulan por la red.
También hay unas cuantas que figuran con el nombre del propio Buffett.
Igual de rápido apareció un vídeo en YouTube, creado por MoveOn.org, una organización a la izquierda del Partido Demócrata.
En él, diversas personas con trabajos comunes (una secretaria, una enfermera, un policía) aparecen ante la cámara afirmando:
«yo soy la secretaria de Warren Buffett».
«La mayoría de los americanos quiere que el Congreso suba los impuestos a los ricos».
MIMAR A LOS RICOS
Obama se había hecho eco de un artículo de opinión publicado en agosto por Buffett en «The New York Times» titulado «Basta de cuidar a los super ricos».
Pero el millonario ya había puesto como ejemplo a su secretaria cuatro años antes.
Entonces él pagaba el 17,7 por 100 de sus ingresos (casi 7 millones de dólares) y ella el 30 por 100.
Al parecer el desequilibrio se ha acentuado, aunque muchos discuten las cifras y aseguran que la propia hacienda estadounidense viene a negarlas.