Aspecto qué mostró Irene sobre territorio norteameriocano
¿Por qué los ciclones llevan nombres tan comunes de personas? ¿Por qué el huracán que ha golpeando la costa este de Estados Unidos y el Caribe se llamó Irene?
¿Qué nombres tendrán los próximos huracanes este año? Jose, Katia, Lee, María, Nate, Ophelia, Philippe y, si se vuelven más frecuentes, Rina, Sean, Tammy, Vince y Whitney.
El sistema de nomenclatura de los huracanes y ciclones oficiales consiste en 12 listas elaboradas por la Organización Meteorológica Mundial (WMO), seis para el Atlántico y seis para el Pacífico, con un nombre para cada letra del alfabeto, con la excepción de Q, U, X, Y y Z. No hay distinción de género, y son tomados del francés, inglés y castellano.
El 2011, el primer ciclón se llamó Arlene, el segundo Bret, el tercero Cindy, el cuarto Don, el siguiente Emily, y así sucesivamente hasta llegar a la I, la encargada de bautizar como Irene al último huracán. Si faltan nombres, se utilizará el alfabeto griego.
Sin embargo, hay excepciones. El 2005 fue el año que Katrina devastó Estados Unidos y dejó centenares de muertos. Este año se está repitiendo la lista que incluyó su nombre y, a pesar de esto, los próximos dos ciclones se llamarán José y Katia. Si un huracán fue demasiado fuerte o tuvo un número de víctimas elevado, será el último en llevar su nombre y el listado reemplazará su puesto con otro de la misma letra.
Así, se han cambiado hasta el momento 67 nombres desde 1979, año en que se estableció este sistema de nomenclatura. Un país afectado por un huracán muy fuerte puede solicitarle al WMO retirar el nombre por lo menos durante 10 años para facilitar el registro histórico del fenómeno y evitar confusiones.
Los nombres propios son fáciles de recordar y resultan muy efectivos a la hora de comunicar el progreso de un ciclón durante su tiempo de vida. Durante siglos, los huracanes llevaban el nombre del santo del día en que se formaban. Así tenemos por ejemplo el huracán Santa Ana que golpeó con violencia Puerto Rico en 1825.
A finales del siglo XIX se empezó a utilizar nombres propios para identificar a los ciclones. Posteriormente, la Oficina del Tiempo de Estados Unidos de América empezó a llamar únicamente con nombres de mujeres a los huracanes desde 1953 y fue en 1978 cuando la lista de nombres se volvió mixta.
(Basado en periodistadigital.com)