¡Conferencias de Prensa…sin Preguntas!

En los últimos días algunos políticos se han mostrado contrariados por las preguntas que les formulan los periodistas. Como es sabido, muchos de ellos consideran que los hombres de prensa son relacionistas públicos y que, en consecuencia, deben preguntar solo sobre asuntos que agraden y favorezcan al entrevistado.

Pero hay circunstancias mucho más radicales: las reuniones con los periodistas en las que no se permite hacer preguntas. El personaje declara y de inmediato se retira sin permitir que los profesionales expresen sus inquietudes.

En España este año, hartos de asistir a conferencias de prensa donde políticos, deportistas o artistas no aceptaban preguntas, los periodistas a través de Twitter levantaron el movimiento #sinpreguntasnohaycobertura: partió como la indignación de algunos y agarró tal vuelo que emitieron incluso un manifiesto y el 2 de mayo la Federación de Asociaciones de Periodistas de España pidió a los medios de comunicación que no acudieran a las ruedas de prensa donde no se les permitiera preguntar.

En Chile, como se divulgó en un artículo en este blog, no sólo se repiten actividades públicas donde no se aceptan preguntas, sino que también se levantan propuestas de reformas legales tendientes a restringir la esencia misma de la labor de la prensa: preguntar.

El diputado de Renovación Nacional, Gaspar Rivas, anunció que presentará un proyecto de ley que busca prohibirle a los periodistas formular preguntas “en forma imprudente, invasiva y hostigosa”.

Aparentemente, la principal preocupación del congresista es que los reporteros… no hagan su trabajo.

Muchos querían preguntarle al diputado Rivas qué entiende por una pregunta “imprudente, invasiva y/u hostigosa”: Invasivo es quien irrumpe, que entra y ocupa un lugar. A veces, en oposición a alguien o algunos. Imprudente significa que es quien no tiene cautela, que no actúa con moderación. Y una pregunta hostigosa es una pregunta molesta y fastidiosa.

Se comentó que ello suena a exactamente lo que un reportero debe hacer frente a los poderosos: meterse en los rincones donde éstos no quieren que la prensa husmee; indagar en aquello que otros prefieren silenciar y preguntarle lo que haya que preguntar a quien ostenta cargos de poder, como un congresista, y que, por definición, debe rendir cuentas a la opinión pública.

En el país vecino se recordó que en las últimas dos décadas Chile ha sido condenado en tres ocasiones por la Corte Interamericana de Derechos Humanos: por violar el artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica sobre libertad de expresión: por prohibir La Última Tentación de Cristo, y por negar el acceso a la información sobre un proyecto gubernamental.

Adicionalmente, en ese país aún se penaliza los llamados delitos de opinión a través de las figuras de injurias y calumnias y los reporteros arriesgan penas de cárcel si usan cámaras ocultas, en oposición a la tendencia en la región y a las recomendaciones del sistema interamericano respecto a despenalizar los delitos de información y opinión.

Como opinó la bloguera sureña Claudia Lagos Lira, “una cosa es ser críticos al rol contemporáneo de los medios de comunicación con su espectacularización y el irrespeto a ciertos imperativos éticos, donde el caso de las escuchas ilegales en News of the World es el paradigma, y otra cosa muy distinta es no comprender lo que debe hacer la prensa y el periodismo en una sociedad democrática contemporánea.”

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