En los últimos años, el tabloide News of the World –parte del grupo mediático News Corp., propiedad de Rupert Murdoch y que dejará de publicarse desde el domingo 10- fue acusado de numerosos casos de escuchas ilegales.
Las revelaciones de que la publicación sensacionalista semanal “hackeó” el teléfono de particulares en casos de delitos serios investigados por la policía británica da a la saga un nuevo derrotero y plantea cuestiones legales y éticas de fondo.
Pero, ¿quién es el controvertido hombre a la cabeza de News Corp., el imperio mediático del que News of the World era sólo una pequeña parte?
Al nombrar a Murdoch, vienen a la mente figuras como William Randolph Hearst o Joseph Pulitzer.
Y, en cierto modo, Murdoch, de 80 años, algo tiene que ver con los magnates de la prensa de otros tiempos.
“Una de las cosas que hacen único a Murdoch como magnate es que le gustan los periódicos. En cierto sentido es un propietario de diarios de la vieja escuela, un defensor de la libertad de prensa, sobre todo para los propietarios de la prensa”, afirmó a la BBC Michael Wolff, biógrafo del empresario.
El Imperio de Murdoch
La vida de Murdoch y el recorrido de su compañía se entrecruzan y se confunden.
El imperio de Rupert Murdoch comenzó en Australia, su país de origen, en los años 50, donde llegó a poseer más de un centenar de publicaciones a lo largo y ancho del país.
A finales de los 70, Murdoch penetra en el Reino Unido y se hace con cuatro publicaciones señeras: News of the World, The Sun, The Times y The Sunday Times.
En paralelo, el magnate inicia su expansión en los Estados Unidos con la compra del diario The New York Post y se interesa por el mercado televisivo.
Nacionalidad Estadounidense
“Una de las cosas que hacen único a Murdoch como magnate es que le gustan los periódicos. En cierto sentido es un propietario de diarios de la vieja escuela, un defensor de la libertad de prensa, sobre todo para los propietarios de la prensa”, afirma Michael Wolff, biógrafo de Rupert Murdoch.
Pero para ser propietario de canales de televisión en Estados Unidos, Murdoch debía cumplir un requisito legal, convertirse en ciudadano estadounidense.
Y así lo hizo. En 1985, el magnate adoptó la nacionalidad del país norteamericano.
En medio de las sospechas de que la administración Reagan podría haber agilizado su proceso de naturalización, los periodistas le preguntaron el por qué de su decisión. ”Porque quería ser estadounidense, y estoy muy contento y gratificado”, fue todo lo que contestó el magnate.
A partir de ese momento, la expansión de Murdoch en la televisión fue rápida.
En 1986 fundó la compañía Fox Broadcasting, propietaria de los míticos estudios 20th Century Fox, y en 1996 entró en el mercado de la televisión por cable con Fox News. Mientras tanto, en el Reino Unido, su compañía BSkyB domina el mercado de la televisión digital.
En 2007 Murdoch da el golpe de gracia a su implantación en Estados Unidos al comprar la compañía Dow Jones, propietaria de uno de los títulos emblemáticos de la prensa estadounidense, el Wall Street Journal.
China, en el punto de mira.
La Aspiración China
Pero más allá del mercado anglosajón, China fue desde siempre una de las aspiraciones del imperio de Murdoch.
Un interés que, según algunos analistas, trasciende lo meramente económico y no entiende de matices políticos.
“Murdoch cortejó a los líderes del Partido Comunista e hizo negocios con sus hijos. Fox News ayudó a la principal cadena estatal china a desarrollar su sitio web”, escribió el reportero Joseph Kahn en The New York Times.
En 1999, el magnate se casó con Wendi Deng, de origen chino, “embajadora” desde entonces de News Corp. en aquel país.
A pesar de que su plataforma de televisión por satélite, Star TV, es una de las mejor posicionadas en el mercado asiático, en los 90, Murdoch perdió millones después de que el gobierno chino decidiera restringir sus emisiones.
A partir de ese momento, el magnate intentó ganarse la confianza de las autoridades chinas hasta el punto de que se le acusó de aceptar el juego de la censura oficial.
“Star TV cambió su programación para adecuarse a los gustos chinos. En 1994 retiró BBC News de su oferta. Murdoch aseguró que la decisión tuvo que ver con razones de negocio, no políticas”, señaló Joseph Kahn.
Finalmente y tras una serie de fracasos, en 2007, News Corp. alcanzó una alianza con China Mobile para suministrar contenidos multimedia a los 480 millones de usuarios de móvil chinos, un enorme negocio potencial.
Poder político
Si bien Murdoch nunca tuvo una participación directa en política, su relación con el poder político, siempre en la sombra, plantea como pocas la cuestión de la independencia de los medios y, por extensión, de la libertad de prensa en las sociedades democráticas.
Rebecca Brooks, directora ejecutiva de News Corp. en el Reino Unido, cuenta con el respaldo de Murdoch.
“Yo no me uniría a ningún club. Tengo menos amigos íntimos que la mayoría de la gente, pero creo que eso está bien”, aseguró Murdoch en cierta ocasión.
Mucho se ha dicho, sin embargo, sobre su “influencia” sobre los políticos y sobre su poder para hacer ganar o perder elecciones.
Más allá de su tendencia conservadora, Murdoch es un pragmático capaz de admirar a Lenin y apoyar políticamente a George Bush.
“Desde los primeros años 50, cuando tenía un busto de Lenin en su estudio del Worcester College de Oxford, se consideró a sí mismo un inconformista”, escribió el periodista Nicholas Shakespeare en el periódico británico The Telegraph.
En el Reino Unido, si en la década de los años 80 apoyó abiertamente las gestiones conservadoras de Margaret Thatcher, en los 90 su candidato fue el laborista Tony Blair.
La relación entre el magnate y el fundador del “nuevo laborismo” fue, durante una época, fluida y -según indican algunos analistas.
“En 1995, Blair viajó 15 mil kilómetros hasta las Islas Caimán para dar un breve discurso en una reunió de News Corp. A finales de ese año, los editores de Murdoch tenían pocas dudas de que Blair era su hombre”, escribió Andrew Neil, editor en aquel momento de The Sunday Times, citado por Nicholas Shakespeare.
En EE.UU., los medios de propiedad de Murdoch apoyaron muchas de las políticas del gobierno de George Bush, incluida la guerra de Irak.
“El éxito de Fox News, que Murdoch lanzó en 1996, le hizo ganarse una reputación de conservador acérrimo, así que fue sorprendente tanto para sus aliados de derechas como para sus enemigos liberales cuando en julio de 2006 organizó un desayuno para recaudar fondos para Hillary Clinton”, comentó el periodista John Cassidy en la revista The New Yorker.
En las últimas elecciones presidenciales, que dieron como resultado la victoria de Barak Obama, casi el 70% de las donaciones de News Corp. a los partidos político fueron destinadas a los demócratas.
La Cuestión Sucesoria
A pesar de algunos reveses recientes, como las pérdidas del portal Myspace, adquirido en 2005, News Corp. es uno de los grupos de comunicación líderes en el mundo.
Muchos se preguntan cuál será el futuro de News Corp. después de Murdoch.
“Él dijo reiteradamente que quiere que uno de sus hijos dirija la compañía que él levantó y el más joven, James, es el único miembro de la familia que trabaja actualmente en el negocio”, apuntó en el semanario británico The Observer el reportero James Robinson.
Sin embargo y a pesar de que algunos analistas predicen una lucha fratricida entre los herederos por el control de la empresa, Rupert Murdoch aún no suelta las riendas de su imperio.
(Publicado por BBC Mundo)
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