Contratar a una narradora atractiva puede sumar puntos de “rating” en el panorama televisivo pero también distrae de lo que se quiere transmitir. O, al menos, esa es la conclusión que se extrae de un estudio de la Universidad de Indiana (EEUU), que concluye que los hombres no procesan igual la noticia si quien la lee es arrebatadoramente bella.
La investigación se ha basado en la reacción de 400 voluntarios sobre un programa de noticias presentadas por una atractiva joven.
En un primer momento, la profesional presenta la información de manera normal mientras que, después, lo hace con una imagen más atrayente para los hombres, con ropa más apretada y con algo de escote.
¿El resultado? La audiencia masculina presta más atención a la segunda estampa, pero su concentración no se centra en la narración y el contenido de las noticias. Una conclusión muy distinta es la que ofrecen las voluntarias del estudio. Ellas recuerdan por igual las noticias leídas por la narradora.