Julian Assange, criticado, elogiado y acosado
Con este título el portal “Periodismo en las Américas” publicó este interesante artículo.
Una semana después de que WikiLeaks publicara cables secretos del servicio diplomático estadounidense, el polémico sitio de denuncia en Internet y su fundador, Julian Assange, son todavía el blanco de un debate sobre ética, libertad de expresión y el significado de ser periodista.
Larry Womack, de The Huffington Post, atacó a Assange y dijo que “ha demostrado de manera consistente que no tiene ética como periodista, bloguero o ser humano”. Además, criticó a los blogueros y comentaristas en Internet que apoyan a Assange. “Un pensamiento: si eres un bloguero que se preocupa de proporcionar información valiosa, ¿por qué no bajas los documentos, redactas la información sensible y publicas los resultados o detalles relevantes en tu propio blog?”.
En contraste, Matthew Dowd, un ex asesor del presidente Bush, se preguntó desde cuándo está mal revelar la verdad sobre lo que hace un gobierno, especialmente cuando el gobierno no tiene ningún problema con espiar las comunicaciones de los ciudadanos. “Si queremos recuperar la confianza en nuestro gobierno, tal vez debemos empezar por decir la verdad, guardar menos secretos y respetar un poco más la privacidad del ciudadano común”, escribió.
Democracy Now incluyó un debate respecto de si existe un límite a la transparencia y si WikiLeaks cruzó esa línea.
Mientras, el cerco se cierra en torno a Assange. Una orden de detención en su contra a causa de una investigación de delitos sexuales iniciada en Suecia ya estaría circulando en Europa, mientras PayPal canceló el sistema para hacer donaciones a WikiLeaks y Amazon bloqueó al sitio por violación de contrato.
¿Quién es el Enjuiciado?
Ante este panorama, el editor de SiliconRepublic, John Kennedy, se preguntó: “¿Quién está siendo enjuiciado: Assange, la tecnología o la libertad de expresión?”. También enfatizó: “Una nueva era ha comenzado, los secretos no se puede guardar para siempre. Es tiempo quizás de que aquellos en posiciones de poder aprendan a comportarse mejor. O mejor aún, a no guardar secretos”.
En el blog de la Escuela de Periodismo de la BBC, el director ejecutivo, Kevin Marsh, escribió que es importante tener en consideración lo que la liberación masiva de datos de WikiLeaks hace por el periodismo. ”Ningún periodista debería afirmar que la revelación no sirvió al interés público”.
El problema con WikiLeaks, enfatizó Marsh, es que no puede reemplazar el periodismo investigativo porque carece de prominencia. ”Debido a la forma en que la mayoría del periodismo investigativo sale a la luz pública —a través de un denunciante que, con razón o sin ella, siente algún tipo de violación moral— tiene esa cosa mágica que llamamos prominencia. Y es prominencia lo que la filtración a escala industrial no tiene […] La denuncia que carece de relevancia no hace nada para servir el interés público […]. Y el peligro es el siguiente: que podemos convencemos de que el estilo transparente de Wikileaks es un sustituto para el periodismo de investigación más que el precursor de las posibilidades periodísticas”.
Mientras más cables diplomáticos continúan siendo liberados, The Guardian y Reuters proporcionan actualizaciones y resúmenes de los datos más relevantes de manera periódica.
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