Pasada le euforia y alegría por la entrega del Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa, queda una reflexión:
Para el periodismo televisivo fue una comprobación categórica del impacto de su lenguaje (imagen, sonido y movimiento) en el difundido y emotivo momento en que Mario Vargas Llosa se refirió a su esposa Patricia, en su discurso en la Academia Sueca. Resultó imposible que los otros lenguajes periodísticos hubieran podido describir tan conmovedor testimonio, como lo consiguió la televisión.