Como se ha informado ampliamente, en una polémica sentencia, la jueza Flor de María La Rosa La Rosa, sentenció a 3 años de prisión suspendida al blogger y abogado José Alejandro Godoy.
Godoy es autor del blog de noticias, denuncias e informes del ámbito político, desdeeltercerpiso.com DTP, y ha sido condenado además al pago de 300 mil nuevos soles y 120 días de trabajo social. El delito: difamación.
En el año 2009, el blog en mención citó en un post, a varias fuentes relacionadas al por ese entonces congresista Jorge Mufarech. Este exigió a Godoy que retire el post en donde citaba una acusación en su contra por haber “amenazado a un asesor de la bancada nacionalista”.
Al únicamente citar, con links, las denuncias, el blogger se rehusó a retirar el post, por lo que fue denunciado penalmente por difamación.
José Alejandro Godoy ha recibido el respaldo de muchos periodistas y anunció que apelará la sentencia por considerarla “exagerada y sin fundamentación”.
En DTP, Godoy Mejía ha realizado diversas investigaciones que finalmente tuvieron trascendencia en los medios de comunicación.
El Instituto Prensa y Sociedad, IPYS, ha calificado al sentencia de inconstitucional, por el hecho que José Alejandro Godoy cumplió con citar las fuentes y además dio el respectivo derecho a réplica a Mufarech Nemy.
Para el abogado de IDL, Carlos Rivera, en el caso Godoy “La justicia se convierte en el garrote de la libertad de expresión”.
¿Es Periodismo el Blogging?
Pero, la gran pregunta es si blogging es periodismo.
De acuerdo a la Corte Suprema de los Estados Unidos NO LO ES.
En marzo del 2005 lo sentenció en el caso que envolvía a Apple Computer y varios bloggers que dieron rumores acerca de la compañía. La Corte Suprema determinó que los blogs no tenían derecho a la protección de preservar el anonimato de sus fuentes, porque los blogs no eran periodismo. Hay que indicar que los bloggers no eran periodistas profesionales.
Si se aplicará en el caso de Godoy lo que determinó el máximo y definitivo tribunal norteamericano, la sentencia de la jueza Flor de María La Rosa no debería ser interpretada como un atentado contra la libertad de expresión, sino como un castigo por el delito de difamación.
Ese delito es drásticamente sancionado en Estados Unidos y Europa, a veces con exigencias económicas tan considerables que llevaron a la quiebra a más de un medio de comunicación.
En la película “El Informante” se presenta el caso de un reportaje televisivo que no fue difundido por la CBS durante mucho tiempo por la amenaza de las compañías tabacaleras de entablar contra la cadena una demanda judicial por difamación, cuya posible sanción de miles de millones de dólares podía llevar al desastre financiero a la poderosa CBS.
El reportaje, que revelaba que las tabacaleras incorporaban a sus cigarrillos un aditivo que conseguía que los fumadores se volvieran más adictos, finalmente fue difundido cuando el Congreso investigó y comprobó la veracidad de la denuncia periodística.