Sin duda alguna, la cobertura periodística en México significa a veces consecuencias trágicas y una actividad de intensidad macabra.

No bien ingresé ayer mi última entrada, cuyo contenido se refería a la barbarie de los narcos mexicanos, cuando una nueva información se refirió al hallazgo de los cuerpos de cuatro jóvenes decapitados, atados y colgando de un puente en la autopista México-Acapulco, en una zona de la ciudad central de Cuernavaca.

A los cuerpos les fueron cercenados los genitales y los dedos índice. Aparecieron en el puente conocido como “Tabachines”, ubicado al sur de la ciudad y al lado de la zona residencial más importante de la capital de Morelos.

Cuernavaca es una ciudad turística y de descanso de fines de semana para miles de capitalinos y extranjeros.

En la misma autopista en la que fueron encontrados los cadáveres fueron halladas las cabezas, dos de ellas con los ojos vendados.
Los criminales dejaron en el lugar un mensaje escrito en el que advierten de que eso mismo le pasará a quien apoye “al traidor Edgar Valdés Villarreal, alias ‘La Barbie'”.

“La Barbie” era uno de los lugartenientes del cartel de los hermanos Beltrán Leyva, organización que atraviesa por una sangrienta pugna interna por el liderazgo, tras la captura o muerte de varios de sus líderes, entre ellos Arturo Beltrán Leyva, quien fue abatido en diciembre pasado en Cuernavaca por infantes de la Armada.

La Fiscalía de Morelos aseguró que el padre de una de las víctimas informó que recibió una llamada telefónica para alertarle de que su hijo viajaba con otros tres jóvenes en un automóvil al que desconocidos le cerraron el paso con una camioneta.

Morelos es uno de los estados en los que los cárteles de las drogas han desatado una ola de violencia, principalmente entre pistoleros de “La Barbie”, que se enfrentan a sicarios de Héctor Beltrán Leyva.

Una Lista Interminable

En menos de 48 horas ocurrieron 39 asesinatos que tendrían relación con el crimen organizado, entre ellos los de los cuatro jóvenes encontrados decapitados y colgados del puente.

Los demás homicidios se dieron en Chihuahua, Jalisco, Guerrero -donde se halló el cadáver de un ciudadano estadunidense-, Sonora, Sinaloa y Michoacán.

La procuraduría morelense identificó a los cuatro muertos como Mauricio Michel Maravillas Martínez, de 21 años de edad; Édgar Eduardo Ayala Gallardo, de 21; Eder Ernesto Calderón Martínez, de 24, y Erick Iván Ayala Ortiz, de 20 años de edad.

En Guerrero, el estadunidense Joseph Steven Proctor, originario de Georgia, murió en circunstancias no aclaradas por las autoridades, en la comunidad Cerrito del Oro, municipio de Coyuca de Benítez. Versiones no confirmadas señalaron que Proctor, de 32 años de edad, falleció a balazos al enfrentarse con elementos del Ejército Mexicano, con sede en el puerto de Acapulco.