Una fotografía publicada en primera página por el diario opositor venezolano “El Nacional” sobre la condición en la que se encontraba la morgue de Caracas, en la que se veía cadáveres apilados en camillas y en el suelo, ha motivado una demanda judicial contra ese medio.
De acuerdo con la agencia DPA, se trata de una solicitud de sanción que equivaldría al 2% de sus ingresos brutos por la “infracción cometida”, prevista en la Ley de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
Según esa ley está prohibido publicar “imágenes, informaciones y publicidad de cualquier tipo con contenido de sangre, armas, mensajes de terror, agresión física, imágenes que utilicen contenidos de guerra y mensajes sobre muertes y decesos que puedan alterar el bienestar psicológico de los niños, niñas y adolescentes”.
El tema de la fotografía fue tratado por el presidente Hugo Chávez, quien acusó a algunos medios críticos de su gestión de hacer un manejo “pornográfico” de los hechos de violencia en el país.
El equipo forense de la policía judicial también se pronunció sobre la foto y dijo que su publicación es el “más grande irrespeto a la dignidad de las víctimas”. Su portavoz afirmó que se trata de “una verdadera podredumbre mediática, porque no hay otra forma de decirlo, y resulta tan grotesco y aberrante que nos vemos en la necesidad imperiosa de manifestar un no rotundo a esa pornografía periodística”.
El director de “El Nacional”, Miguel Henrique Otero, desestimó la acción judicial y dijo que en el diario están “dispuestos a seguir dando la pelea por mantener el periodismo independiente”
Censura versus Información Responsable
Este caso de la foto de la morgue en primera página y la sanción por faltar a una Ley de protección a los menores, ha abierto un nuevo capítulo en la frecuente discusión sobre lo que puede y no puede publicar un diario.
Cualquier intervención de un organismo ajeno al medio de inmediato puede ser determinante para denunciar un atentado contra la libertad de información. En una posición sostenida y defendida por varias organizaciones periodísticas, no se acepta ninguna interferencia en la conducta editorial de los medios.
Sin embargo, muchos piensan que algunos medios se extralimitan en sus informaciones y caen en un criticable sensacionalismo que provoca la inevitable reacción de las audiencias.
Esos medios eluden la responsabilidad que tiene para practicar un periodismo que no ofenda la sensibilidad de sus lectores, como fue, indudablemente, la publicación de la foto con los cadáveres en la morgue.
En resumen, NO a la censura ni a la intervención ajena a los medios; SI a una información responsable y respetuosa del público.