Casi 200 periodistas y trabajadores argentinos del diario Crítica están luchando para mantener sus empleos. Han hecho de todo. Han organizado protestas y reuniones y han ocupado la redacción las 24 horas del día por tres meses y se han rehusado a cumplir con una orden judicial de desalojo, emitida por el magistrado a cargo del proceso de quiebra de la compañía
El miércoles 11 de agosto, cuando el síndico que maneja la quiebra se presentó en la redacción para cerrarla definitivamente, los trabajadores se negaron a abandonar el edificio sin un compromiso de continuidad laboral.
Los empleados de Crítica también pidieron que se les permita permanecer en la redacción hasta que se alcance un acuerdo o solución sobre sus puestos de trabajo. Según La Nación, la Justicia aceptó que los trabajadores permanecieran en la redacción por 72 horas más.
Desde el viernes 30 de abril “Crítica” ha dejado de circular, tanto en su edición en papel como en su versión electrónica. En una primera instancia, el diario se mantuvo en los kioscos con ediciones de emergencia que producía el personal jerárquico de su redacción, debido a que el resto del personal se había declarado en huelga. Días más tarde, los altos cargos del diario se unieron al reclamo de todos los trabajadores.
El principal accionista Antonio Mata decidió el cierre del diario por poco tiraje y escasa publicidad. Se acusa a Mata de ser un personaje célebre en el mundillo de los negocios por su capacidad para destruir empresas. Ponen como antecedente lo ocurrido con Aerolíneas Argentinas.