Con este título el portal “Periodismo de las Américas” enfoca un asunto de gran interés y actualidad. Aquí el texto:
Periodistas de medios de comunicación han estado utilizando Twitter para ampliar el alcance de su trabajo, aumentar la interacción con el público y continuar informando. Sin embargo, cuando tratan de emitir opiniones y comentarios —uno de los aspectos más fascinantes de la herramienta—, enfrentan todo tipo de obstáculos: represalias de los editores, cancelación de entrevistas e incluso despidos.
La semana pasada, el exigente editor en jefe de Bloomberg News, Matt Winkler, envió una nota a la redacción en la que criticaba algunos de los “tweets” (o mensajes en Twitter) de sus reporteros durante la cobertura de una audiencia del Congreso de los Estados Unidos sobre la crisis financiera, informó el sitio Talking Biz News. Según el editor, comentarios “imprecisos y basados en opiniones” habían comprometido la integridad de Bloomberg.
Otros contratiempos también fueron relatados por el periodista estadounidense Andrew Romano en la edición en línea de Newsweek. Se encomendó a un reportero escribir en Twitter sobre la controversial representante republicana Michele Bachmann, para después publicar una versión comentada de la experiencia en la versión impresa de la revista. Bastaron algunos “tweets” irónicos para que la política cancelase la entrevista.
Episodio Extremo en Brasil
Un episodio más extremo ocurrió en Brasil. El periodista Felipe Milanez fue despedido del cargo de editor de National Geographic por criticar en Twitter a la revista Veja, ambas publicadas por la editora Abril. Veja había sido acusada de inventar las declaraciones de un importante antropólogo brasilero en referencia a la demarcación de tierras indígenas en Brasil (lea la respuesta de la revista a esta carta del antropólogo). El Sindicato de Periodistas de São Paulo criticó al grupo editorial por obstruir la libertad de expresión de sus profesionales.
Como apunta el título de esta nota en Tech Crunch, “Twitter reveló un secreto: los periodistas tienen opiniones”, y los medios prefieren evitar que sean expresadas públicamente. Un manual del Washington Post señala que todos sus periodistas “deben renunciar a algunos de sus privilegios como ciudadanos particulares” y les prohíbe “escribir o publicar cualquier cosa que pueda reflejar una parcialidad o favoritismo político, racial, religioso o sexual”.
Por su parte, la BBC recomienda tener cuidado antes de retuitear comentarios de terceros, ya que “puede parecer que el periodista está respaldando el punto de vista del autor”. En este comunicado interno, la Red Globo de Brasil prohíbe a los periodistas usar redes sociales para comentar “temas relacionados con las actividades de la televisora, con el mercado de los medios y con su marco regulatorio”.