El papa Benedicto XVI denunció en Fátima que políticos, intelectuales y profesionales de la comunicación “que promueven y profesan una cultura única y desdeñan la dimensión contemplativa y religiosa de la vida” intentan “silenciar” la fe en numerosas partes del mundo.
El Pontífice hizo esta denuncia en el encuentro que mantuvo con los obispos portugueses, último acto de su visita al santuario de Fátima, en cuya explanada ofició una misa a la que asistieron más de medio millón de personas.
El Obispo de Roma afirmó que los tiempos actuales “exigen” un nuevo vigor misionero de los cristianos, “llamados a formar un laicado maduro, solidario con la compleja transformación del mundo”.
“Se necesitan verdaderos testigos de Jesucristo, sobre todo en aquellos ambientes donde el silencio de la fe es más amplio y profundo: los políticos, los intelectuales, los profesionales de la educación que profesan y promueven una propuesta monocultural, con desdeño hacia la dimensión religiosa y contemplativa de la vida”, afirmó el Pontífice.
Lamentó que en esos ambientes no faltan creyentes “que se avergüenzan y que dan una mano al secularismo, que construye barreras al cristianismo”.
El Papa exhortó a los que en esos ambientes defienden con valentía y vigor el pensamiento católico.
Benedicto XVI dijo que para evangelizar es necesario conocer los factores sociales y culturales, valorar las carencias espirituales y promover eficazmente los recursos pastorales.
Y es que, visto que la fe católica ya no es patrimonio común de la sociedad y muchas veces se ve como una mala simiente, difícilmente se podrá entrar en los corazones con simples discursos o llamamientos morales y menos aún con genéricos llamamientos a los valores cristianos”, aseguró.
Recordando una frase de Juan Pablo II, manifestó que la Iglesia necesita sobre todo de grandes movimientos, corrientes y testimonios de santidad, pero precisó que esas nuevas realidades cristianas deben someterse a la guía de los obispos de sus diócesis.