Para muchos entendidos el 3D (tercera dimensión) no es sólo un nuevo sistema narrativo, sino una defensa contra la piratería.
Agregan que el cine empieza a defenderse y lo hace con un formato absolutamente nuevo, como es el 3D.
Explican que detrás del 3D no sólo está escondido el tema a tratar de dar al cine un sistema narrativo distinto, sino también el asunto de la piratería. Dicen que la historia del cine está llena de estos tipos de cambio y que el 3D probablemente no se restringirá sólo a películas de aventura y épicas.
En efecto, Sony, la poderos compañía japonesa que se está especializando en el desarrollo de la nueva tecnología, ya está fabricando el equipamiento necesario para transmitir en vivo todo tipo de espectáculos, especialmente los deportivos, en 3D. Anuncian que el próximo Campeonato Mundial de Fútbol en Sudáfrica estrenará en grande la revolucionaria tecnología.
En cuanto a la piratería de las películas, los entendidos opinan que los piratas tardarán de 10 a 15 años en conseguir la clave para descargar las películas 3D.
Piratería en el Perú
Sobre la piratería en el Perú, Daniel Schweimler, periodista británico de la BBC, escribió hace tres años este entretenido relato, con el título de “Piratería en las calles de Lima”:
La piratería es un problema en muchas partes del mundo, pero en la capital peruana, Lima, el mercado negro se ha vuelto parte normal de la vida cotidiana.
Antes de llegar me habían hablado sobre el mercado negro en Lima, pero aún así, me tomó por sorpresa.
Estaba en los límites del barrio chino limeño y recordé que un amigo me había pedido que le consiguiera una copia de la película Cars de Disney/Pixar para su hijo.
“¿Tienes Cars?”, pregunté a un vendedor.
Me pasaron una copia de Cars 2.
“Pero eso no puede ser”, alegué. “No ha sido filmada todavía. Cars 1 apenas está siendo estrenada en los cines hoy”.
“No ha sido distribuida”, dijo el vendedor con voz experta, “pero ya fue filmada”.
Y golpeó la caja con un dedo, antes de implorarme que lo siguiera por un laberinto de puestos de mercado cubiertos con láminas de plástico corrugado, cada uno de ellos vendiendo una enorme variedad de discos en formato DVD, en su mayoría de estrenos recientes de Hollywood.
Los que estaban exhibidos más prominentemente eran para niños.
Pero si mirabas más detenidamente en la penumbra, encontrabas la variedad normal de sórdidas películas pornográficas.
Difícil de resistir
En una esquina de este mercado negro estaban sentados dos guardias de seguridad uniformados.
Cada puesto tenía un televisor insertado entre las cajas, para demostrar a los clientes que estaban comprando videos ilegales de alta calidad.
Me hicieron una demostración de uno de los videos, en el que un filme corto antes de la presentación principal me decía que yo no robaría un auto ni una casa, y por lo tanto tampoco debería comprar un DVD pirata, pues eso también constituía un robo.
Creo que los vendedores no notaron la ironía.
Las imágenes eran un poco borrosas en los bordes, y el sonido estaba un poco distorsionado, pero definitivamente era un filme susceptible de verse.
Mitad son piratas
Se que no lo debí haber hecho, pero lo hice.
A un precio de tres soles (equivalente a un dólar), ¿quien puede resistirse a comprarlo?
La Alianza Internacional de Propiedad Intelectual, una organización basada en Estados Unidos que lucha por detener la piratería en todo el mundo, estima que cerca de la mitad de todas las películas vendidas en Perú son copias piratas.
El mercado legal de la música ha colapsado, pues no puede competir en una situación en la que 98% de toda la música se vende en el mercado negro.
Los libros son otro problema.
Mientras caminaba por el barrio chino de Lima, tenía que eludir a numerosos y entusiastas vendedores que me ofrecían los más recientes trabajos del autor peruano más conocido, Mario Vargas Llosa.
Pero había algo que estaba mal. “Mario Vargas Llos”, decía en la portada.
Nunca he oído hablar de el.
Hay otra historia que circula en Perú, y que podría ser cierta.
Según la misma, el popular escritor peruano Jaime Bayly estaba esperando en un semáforo cuando vendedores informales le ofrecieron una copia pirata de uno de sus propios libros.
Al reconocer al autor por la foto en la contraportada, el vendedor, sin sonrojarse, le ofreció un descuento.
Comercio vibrante
El comercio de bienes piratas en Perú ha sido avaluado en más de 2 mil millones de dólares anuales.
Y no se limita a libros, películas y música.
También hay un comercio vibrante en alcohol, cigarrillos, software de computadoras, juguetes y ropa de marca.
Más de la mitad de la economía peruana está compuesta por negocios informales que no pagan impuestos.
Más de la mitad de los 28 millones de peruanos viven por debajo de la línea de la pobreza y simplemente no podrían pagar los bienes legales.
Un disco compacto en una tienda puede costar 16 dólares.
La Alianza Internacional de Propiedad Intelectual ha pedido al gobierno peruano que tome medidas al respecto. El gobierno ha reaccionado con redadas constantes en los mercados negros, muchos de los cuales operan abiertamente a una cuadra de distancia de los juzgados y estaciones de policía de Lima.
También que debería imponer sanciones más fuertes a los culpables.
Sin embargo, en uno de sus informes, la Alianza señala que 150 oficiales de policía, armados con gas lacrimógeno y equipo antimotines, quienes efectuaron una redada a un conocido mercado negro limeño, fueron simplemente expulsados por los bien organizados vendedores informales.
Problemas de corrupción
No hay duda de que al gobierno le gustaría hacer más. Pierde millones de dólares en impuestos que no son pagados cada año, y los extranjeros no invierten.
El gigante petrolero anglo-holandés Royal Dutch Shell vendió sus estaciones de gasolina en Perú, diciendo que el contrabando de combustible desde Ecuador afectaba su operación.
Aquellos que se quedan deben invertir en medidas que hacen más difícil la piratería.
Grupos empresariales locales han exigido acciones más drásticas contra los mercados ilegales.
Pero los políticos dicen que dichos mercados se han convertido en una parte intrínseca de la sociedad peruana, y que cerrarlos llevaría a problemas de protesta social.
Además, millones de dólares de contrabando entran a Perú cada año a través de sus porosas fronteras con Bolivia, Chile y Ecuador.
La corrupción abunda entre sus funcionarios mal pagados y escasamente equipados en todas las fronteras.
Pero tal vez la dificultad más grande para resolver el problema radica en que simplemente se ha vuelto demasiado extendido, tan parte de la vida cotidiana que yo compré mi copia de Cars y me olvidé totalmente de que estaba haciendo algo malo