REFLEXIONES SOBRE EL PERIODISMO TELEVISIVO (2)

En la prensa, cada diario tiene un tipo de lector y va dirigido a un público determinado. En cambio, las noticias de televisión son para todos los públicos. Ve la televisión gente de todas las clases sociales, de diferente formación intelectual – inclusive los analfabetos- y de distintas ideologías. Hay que tener en cuenta esta diversidad de público cuando se escriben las noticias, porque no sería correcto presentar las informaciones de una manera que sólo fueran comprensibles o aceptables para una parte de los espectadores. Tampoco se pueden presentar las informaciones de una forma tan simple que moleste al segmento más culto de la teleaudiencia.
Otra característica de la televisión es que la audiencia es muy numerosa y que mira el televisor en pequeños grupos familiares o individualmente. Por lo general, los televidentes están en casa, o en ambientes igualmente tranquilos y relajados. A ellos el periodista no puede dirigirse como si les hiciera un discurso, dictara un a conferencia o les leyera las noticias de un diario. Se ha demostrado que el estilo que se utiliza en una conversación es el más apropiado para los medios audiovisuales. Las frases que se utilizan en una conversación son más claras y directas, lo que es ideal para la información televisiva.

Estilo Conversado
Se entiende por estilo conversado aquel que utiliza una persona culta cuando habla. No debe tener una gramática pobre, ni una construcción incorrecta, tiene que evitar las expresiones vulgares o demasiado coloquiales. Para ser más precisos, el periodista televisivo tiene que redactar la noticia de la misma manera que la contaría a una persona interesada en ella. En un diario es común escuchar al jefe de informaciones decirle a un redactor que pretende contarle una noticia: “no me lo digas, escríbelo”. En televisión se escucha: “no lo escribas, cuéntamelo”.

Hay varias diferencias fundamentales entre el lenguaje de prensa y el audiovisual:

1. El primero está escrito para la vista del lector, y el segundo para el oído del televidente
2. El texto de un diario es para ser leído mentalmente; el de la televisión para ser leído en voz alta. Por lo tanto, deber sonar natural al oído y ser fácil de leer, sin tropiezos ni dificultades en la respiración de quien lee el texto. Para esto se tiene que emplear permanentemente oraciones cortas y directas.
3. Si el texto de un diario no se entiende en primera lectura, se puede releer una y otra vez hasta captarlo debidamente. En televisión el texto oído una sola vez. Si el televidente no entiende alguna frase poco clara o no comprende una palabra, no puede volver atrás o lograr que se repita la información. Por lo tanto, el teleespectador tiene que entender cada frase y cada palabra a la primera. Para ello, en la redacción televisiva se deben emplear- casi evitar- con mucha prudencia las palabras técnicas, muy cultas o especializadas, porque generalmente dificultan el entendimiento del promedio de los televidentes y hacen perder el hilo de la narración.
4. Por lo indicado, el estilo televisivo es más informal que el que se utiliza en otros medios. Es más sencillo y menos retórico.

Técnica y Esfuerzo
El estilo propio de la televisión no es difícil de aprender, pero exige una técnica y mucho esfuerzo. En realidad, nadie habla de la misma forma que escribe, ni escribe de la misma forma que habla. Sin embargo, cuando hablamos lo hacemos de una manera más sencilla y directa, y una buena manera de practicar es simplemente explicar a alguien la historia que queremos escribir. Con toda seguridad el periodista que escribió: “Piquetes de trabajadores en huelga ingresaron por la fuerza a las instalaciones de su fábrica” no lo habría contado así a sus amigos. Lo más probable es que les hubiera dicho: “Trabajadores huelguistas se apoderaron de su fábrica”.

Estos principios que comparten los profesionales especializados en televisión no siempre son aceptados por los periodistas que llegan a la televisión provenientes de otros medios. Por eso muchos de ellos fracasan y los que insisten tienen que hacer grandes esfuerzos para cambiar su estilo de escribir. Alguien recomendó que en televisión hay que hablar con la máquina de escribir, ahora con la computadora. Y esto consiste en leer en voz alta lo que se escribe. Es una técnica extraña. En la BBC de Londres muchas veces los reporteros dictan sus informaciones a secretarias para asegurarse que los textos se entienden bien y que se sujetan a las normas de un estilo claro y directo. Leer en voz alta ayuda a detectar errores, repeticiones, palabras innecesarias; y, en general, permite reconocer mejor las imperfecciones.
Otro factor que limita el trabajo del periodista de televisión es el tiempo o duración de las notas. El director de un noticiero tiene muy poco tiempo disponible para dar el panorama informativo básico del día. Por lo tanto, tiene que limitar la duración de las informaciones. De ahí que el periodista que trabaja en televisión siempre tendrá menos espacio que su colega de la prensa
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