Es muy oportuno recordar las normas que tres eminentes periodistas determinaron para guiar la práctica de la profesión.
EL DODECALOGO DE CAMILO JOSE CELA
Camilo José Cela, fallecido Premio Nobel de Literatura 1989, fue periodista durante más de medio siglo.
Para Cela, el periodista ha de partir de los siguientes supuestos para el buen ejercicio de la profesión. El periodista debe:
I. Decir lo que acontece, no lo que quisiera que aconteciese o lo que imagina que aconteció.
II. Decir la verdad anteponiéndola a cualquier otra consideración y recordando siempre que la mentira no es noticia y, aunque por tal fuere tomada, no es rentable,
III. Ser tan objetivo como un espejo plano; la manipulación y aun la mera visión espectacular y deliberadamente monstruosa de la imagen o la idea expresada con la palabra cabe no más que a la literatura y jamás al periodismo.
IV. Callar antes que deformar; el periodismo no es ni el carnaval, ni la cámara de los horrores, ni el museo de figuras de cera.
V. Ser independiente en su criterio y no entrar en el juego político inmediato.
VI. Aspirar al entendimiento intelectual y no al presentimiento visceral de los sucesos y las situaciones.
VII. Funcionar acorde con su empresa quiere decir con la 1ínea editorial ya que un diario ha de ser una unidad de conducta y de expresión y no una suma de parcialidades.
VIII. Resistir toda suerte de presiones: morales, sociales, religiosas, políticas, familiares, económicas, sindicales, etc., incluidas las de la propia empresa.
IX Recordar en todo momento que el periodista no es el eje de nada sino el eco de todo.
X. Huir de la voz propia y escri¬bir siempre con la máxima senci11ez y corrección posibles y un total respeto a la lengua. .
XI. Conservar el más firme y honesto orgullo profesional a todó trance y, manteniendo siempre los debidos respetos, no inclinarse ante nadie.
XII. No ensayar la delación, ni dar pábulo a la murmuración ni ejercitar jamás 1a adulación; al delator se le paga con desprecio y con la calderilla del fondo de reptiles; al murmurador se le acaba cayendo la lengua, y al adulador se le premia con una cicatera y despectiva palmadita en la espalda.
EL PERIODISTA
¿Qué es los que hace efectivo a un periodista? Creo que las siguientes son algunas de las cualidades que debería tener:
Una mente abierta, un deseo de aprender, y la convicción de que las cosas no son siempre lo que parecen ser.
Una creencia en la dignidad humana, y compasión por aquellos a quienes el mundo a menudo abruma con indignidades.
Una alta estima por la riqueza del lenguaje y una avidez por aprender su apropiado uso.
Una apreciación acerca de los conflictos y complejidades de la vida moderna, y la comprensión de que a menudo no pueden ser reconciliados.
Una compresión de que incluso las personas mejor intencionadas cometen errores, y la disposición –muy rara entre los periodistas- a admitir los propios errores.
Una capacidad para duras horas de trabajo, prolongadas e irregulares.
Una permanente preocupación por la justicia.
Una dedicación a la verdad.
Un sentido del humor.
OSBORN ELLIOT
Ex Decano de la Escuela de Periodismo
Universidad de Columbia
UN BUEN REPORTERO
Esta es la imagen de un hombre.
Se mueve rápida y reposadamente. Pregunta temas específicos, anticipa sucesos, acciones y reacciones cuando es posible hacerlo.
Conoce las noticias del día, lee cuidadosamente los periódicos y las revistas, escucha la radio y ve los noticieros de televisión para mantener sus conocimientos al día.
Es educado y culto.
Averigua no solamente lo que pasó, sino también por qué sucedió y qué puede esperarse que ocurra luego.
Es diligente sin ser un entrometido, agudo sin ser ofensivo, influyente sin ser hombre de confianza e nadie, perceptivo sin ser adivino, solícito sin ser pedante, escéptico sin ser cínico, minucioso sin ser un taquígrafo, cuidadoso sin ser indeciso, determinado sin ser discutidor, de buenas maneras sin ser un portero.
El hace mucho más que dar las noticias.
El periodismo no sería su profesión si fuera un simple captador de noticias. Es una fuerza primaria en nuestra vida diaria, una fuerza que transmite, explica y algunas veces origina un flujo mundial de sucesos e ideas de actualidad.
Ejercita una amplia e incalculable influencia sobre la gente dentro del alcance de su comunicación.
No es un semidiós. Es su reportero favorito.
JOHN HOHENBERG
Autor del libro “ El Periodista Profesional ”