LA PELEA DE LOS HERMANOS

Durante sus décadas de actividad periodística, el autor vivió y fue testigo de numerosos episodios que constituyen una especie de anecdotario muy personal.

El distanciamiento de Genaro Delgado Parker con sus hermanos Héctor y Manuel, en 1988, conmovió las estructuras mismas de Panamericana. Este distanciamiento, más la repentina y lamentable muerte de Héctor -quizás el más humanamente valioso de los hermanos- condujo a que el canal fuera finalmente vendido diez años después al próspero ingeniero y empresario Ernesto Schutz.

El origen profundo del rompimiento de los hermanos fue político. Héctor asumió la tarea de Editor General -cargo que había sido exclusividad de Genaro desde la fundación de la empresa- y Genaro pasó a la Presidencia Ejecutiva, para manejar directamente el negocio. Manuel, el menor, fue a la Presidencia del Directorio, la función de menos responsabilidad y con más oportunidades de descanso. Gobernaba Alan García y Héctor era su amigo muy íntimo, tanto que fue el padrino del último hijo del Presidente.

Con Héctor habíamos tenido un serio altercado en la época que él había pedido licencia de Panamericana para ser Asesor de Alan García. Fue a raíz de una conferencia de prensa de Luis Bedoya, quien entregó a los periodistas una grabación del Jefe de Estado, en la que comentaba sus deseos de acabar con la clase media del país. Héctor se apersonó al canal esa noche antes de la salida de “24 Horas” para solicitar que esa parte de la conferencia de prensa no se difundiera. Yo me negué y me retiré anunciando mi renuncia a la dirección del programa.

Genaro estaba en Huaraz en una reunión de IPAE. A los pocos minutos de llegar a mi oficina en otro piso, cuando estaba redactando mi renuncia, Héctor bajó y me dijo: “Haga usted. lo que considere conveniente. Yo no he dicho nada”. Casi inmediatamente sonó el teléfono. Era Genaro quien me dijo que había actuado muy bien, que Héctor no tenía porqué intervenir y que no tomara ninguna decisión hasta su regreso. Dado el respaldo de Genaro, retiré mi carta

Héctor, Editor General.
Se comprenderá la importancia que tenía manejar la línea editorial de Panamericana. Era responsabilidad del Editor General. De ahí que cuando Héctor asumió sus funciones hizo cambios notorios. Yo sabía que por el incidente no podía continuar no sólo al frente de “24 Horas” sino permanecer en el canal. Me adelanté y puse mi cargo a disposición del nuevo Editor General y mi carta de renuncia si lo consideraba a bien. Héctor no aceptó lo último pero sí lo primero. Y nombró a mis dos segundos como directores del noticiero. A mí me pidió que continuara en una difusa función de asesor y coordinador del área informativa.

En realidad, por lo que ocurrió en los años siguientes hasta su muerte, comprobé que Héctor era alguien sin rencores y un gran amigo, tanto que -sin saberlo yo- me recomendó para que fuera ventajosamente contratado por el Canal 13, asunto de gran interés en Palacio de Gobierno. Y cuando diez meses después dejé ese canal, él me reincorporó a Panamericana con un sueldo mayor que el que ganaba anteriormente. Luego me confió uno de sus más caros sueños: la ejecución del gran proyecto Cadena Sur.

La Salida de Genaro
El rompimiento de los hermanos tuvo su origen en el cambio de línea editorial que había impreso Héctor. Genaro no la aceptaba y la criticaba frecuentemente. Las cosas empeoraron con un episodio de agresión física de parte de Genaro al salir del ascensor con Héctor. El incidente fue visto por varias personas, entre ellas por los guardaespaldas de los hermanos, que casi protagonizan su propio pugilato. Lo ocurrido desencadenó la separación. Genaro se retiró de Panamericana para desarrollar otros proyectos empresariales, como los celulares y el cable, en los que fue el gran pionero..

La unión de Héctor con Manuel dio el control de la empresa a los dos hermanos -Héctor tenía el 40% de las acciones y el 20%, Manuel-. Por primera vez ellos trataron de conducir a Panamericana sin la participación de Genaro. Los resultados nunca se pudieron apreciar porque a los pocos meses Héctor fue secuestrado por un comando del MRTA y Manuel tuvo que asumir solo el comando de la empresa.

El secuestro de Héctor fue muy lamentable para la marcha de Panamericana. Había anunciado planes muy ambiciosos y visionarios. Pude comprobar personalmente lo mucho que buscó el apoyo y la colaboración de diversos ejecutivos, entre los que me encontraba.

La Ultima Reunión
Con el último que tuvo una reunión en Panamericana fue precisamente conmigo, para contemplar los detalles del programa de las próximas elecciones municipales. Héctor quería superar todo lo hecho antes. La reunión se interrumpió cuando alguien lo convocó y quedamos en reunirnos a primera hora del día siguiente. Nunca se produjo la reunión, pues cuando Héctor venía al canal fue emboscado y secuestrado a sangre y fuego por un comando emerretista a pocas cuadras de Panamericana. Murió su chofer, su guardaespaldas quedó gravemente herido y él mismo sufrió el roce de una bala en el interior de su Mercedes Benz blindado.

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