Durante sus décadas de actividad periodística, el autor vivió numerosos episodios que constituyen una especie de anecdotario muy personal. A continuación uno de ellos.
El ingreso del Perú a las comunicaciones espaciales se produjo a mediados de 1969.
La construcción de la estación terrena de Lurín permitió recibir y transmitir señales al INTELSAT, con un radio de acción que abarcaba América y Europa.
Un mes después -a mediados de julio- se produjo el histórico episodio de la llegada del hombre a la Luna. Miles de millones de personas en el mundo entero siguieron, día a día, hora a hora, el desarrollo del vuelo del Apolo IX, con sus tripulantes Neil Amstrong, Edwin Aldrin y John Collins. Esa increíble hazaña fue ocasión singular para demostrar la realidad maravillosa de las comunicaciones vía satélite.
Panamericana Televisión tuvo el liderazgo en esas comunicaciones en el país al realizar transmisiones extraordinarias del viaje a la Luna. Una ambiciosa producción en sus estudios fue el marco adecuado para difundir las imágenes que la NASA ponía en los satélites. Eran imágenes en blanco y negro.
32 Horas sin Parar
El trabajo de producción fue dirigido por Genaro Delgado Parker, quien me confió la segunda responsabilidad que, en algunas ocasiones, se convirtió en primera. Batimos un record de duración al transmitir durante 32 horas seguidas la etapa culminante de la misión de la Apolo IX: el descenso del módulo lunar, la primera caminata de Armstrong y Aldrin- con la famosa frase “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”- y su salida de la Luna para unirse a la nave madre conducida por Collins, que estaba dando vueltas al satélite. Ese record de transmisión ininterrumpida se mantendría en la televisión peruana hasta diciembre de 1996 cuando transmitimos más de 70 horas sin parar en los primeros días de la toma de la residencia de la Embajada japonesa por el MRTA.
En el programa sobre la Apolo IX destacaron la valía de profesionales como Humberto Martínez Morosini, Ernesto García Calderón y Alfonso Tealdo, quien condujo un panel de especialistas, como Víctor Estremadoyro (astrónomo), y Gilberto Tisnado (ingeniero espacial), el más espectacular de los panelistas por sus conocedoras explicaciones sobre las características de las naves y otros detalles científicos. Tisnado ganó la popularidad de una estrella televisiva. Tuvo muchas veces que firmar autógrafos en la puerta del canal. También hay que destacar la participación de Héctor Urquiaga, que se convertiría en el traductor más solicitado y mejor pagado del país.