La opinión pública ha sido impactada en los últimos días por imágenes dramáticas, reveladoras, indignantes. Podemos mencionar tres:
• Las del mayor GC Felipe Bazán en poder de indígenas en Bagua
• Las de los policías en horas de servicio bebiendo en una playa del norte
• Las de los colegiales limeños dañando paredes del complejo de Chan Chan
Estos tres testimonios tienen una característica similar: son documentos periodísticos no logrados por la acción reporteril de los profesionales de la información. Constituyen aportes de lo que ahora ya se conoce como periodismo ciudadano o participativo. Es decir logros informativos conseguidos por la acción de gente que no integra el personal de ningún medio de comunicación, pero que tiene oportunidad de capturar imágenes por ser testigos singulares de hechos y sucesos.
Y lo pueden hacer por contar con los recursos de medios tecnológicos digitales que están ahora al alcance de todo el mundo por su precio accesible, tales como los teléfonos celulares y las pequeñas y compactas cámara de video. Y esos logros son, generalmente, ofrecidos a través de Internet, de donde los aprovechan los medios para difundir masivamente esos aportes periodísticos.
¿Por qué el Periodismo Ciudadano?
Existe un segmento de población que no se limita a una acción pasiva frente a los medios, sino que prefiere producir y participar, ayudado por las inmensas posibilidades que brindan actualmente las nuevas tecnologías. Ese nuevo y relevante papel de los receptores tiene mucho que ver con las posibilidades de interactuar que la red ofrece a los usuarios.
En esta nueva situación, no es difícil percibir cómo los usuarios están llamados a tener un creciente protagonismo informativo, social y económico, pues ahora los lectores no solo condicionan, sino que incluso dirigen u orientan la especialización y la temática informativa.
No será difícil que en los próximos años los lectores de noticias puedan leer relatos elaborados por otros lectores como ellos, mezclados con el trabajo de los periodistas convencionales.
Dos Ejemplos Mundiales
Muchas organizaciones periodísticas invitan a sus audiencias a contribuir con contenidos. Una variedad de definiciones han sido formuladas para describir este concepto. Algunas de las más conocidas incluyen el de contenidos generados por los usuarios o la audiencia, y el de periodismo participativo o ciudadano. Más allá de las palabras usadas para describir el concepto, el proceso permite a las organizaciones periodísticas asegurar el espíritu creativo de esas nuevas formas noticiosas para hacer un mejor periodismo. Al igual que con los blogs, fueron los mayores sucesos los que destacaron el potencial de los contenidos generados por los usuarios. Los atentados contra un ómnibus y el metro subterráneo en Londres fueron el catalizador para la aceptación de imágenes e informaciones desde las escenas de la matanza. La BBC recibió en una hora después de la primera explosión más de 50 e-mails con fotografías y videos adjuntos. La primera imagen publicada de los atentados apareció en un sitio de moblog. Unos 3 mil moblogueros enviaron fotos y videos a un sitio llamado Moblog UK en los días posteriores a los atentados. Uno de sus fundadores reveló que fue la primera vez que el moblogging había jugado un papel significativo en la cobertura de una noticia de último minuto o actualidad inmediata y urgente (breaking news) en la Gran Bretaña. Fotos de aficionados con teléfonos móviles y cámaras digitales originaron la mayor parte de la cobertura visual de los atentados. Las imágenes de los celulares tomadas por los sobrevivientes en el metro fueron ampliamente usadas por las televisoras y los diarios.
Lo ocurrido confirmó lo que la anunciada democratización de los medios se había hecho realidad con miembros del público transformados en fotógrafos y reporteros. Las más dramáticas imágenes de los atentados fueron captadas por el público. Los periodistas profesionales generalmente llegan al escenario de los sucesos cuando éstos ya han ocurrido, pero los aportes de las audiencias muestran los sucesos en el momento mismo de las ocurrencias.
La cobertura de diciembre del 2004 del tsunami en el Sudeste del Asia y sus secuelas fue otra gran historia que reveló el valor de los contenidos generados por los usuarios.
Nuevas formas participativas
Como ya se ha aventurado en alguna ocasión, las nuevas formas de implicación superan a algunas de las antiguas formas participativas. Se reconoce que ante la interactividad propiciada por las nuevas tecnologías, las cartas al director, el derecho de réplica, el derecho de aclaración y hasta la intervención de oyentes y telespectadores en las emisiones en directo, pasan a la prehistoria de la información. Esa interactividad a la que se hace referencia es una de las características que distingue a Internet de los medios de comunicación convencionales.
Durante los últimos años, han sido muchas las publicaciones que se han lanzado a la búsqueda de nuevas maneras de lograr que los lectores tengan un mayor protagonismo, una mayor participación en el proceso de elaboración de las noticias. Los hay que experimentan con blogs de lectores u otras formas de generar contenidos comunitarios. El OhMyNews de Corea del Sur, por ejemplo, lleva varios años publicando colaboraciones de lectores. En España se tiene el caso ¡Qué! el cual se presenta como el primer diario español elaborado por sus propios lectores. Y en Estados Unidos, la cadena CNN de noticias por cable, en sus versiones televisivas y en Internet presenta aportes de los televidentes en fotos y videos, por lo común capturados por teléfonos celulares.
A decir verdad, es difícil determinar cuántas personas consideran medios de comunicación a páginas de Internet no vinculadas a ningún medio tradicional, pero que cubren una demanda informativa no satisfecha por los medios. El periodismo participativo o periodismo ciudadano es una realidad que reta el statu quo mediático. Este nuevo paradigma también se denomina bajo diversos términos: periodismo cívico o periodismo social, si bien este último concepto se emplea para definir un periodismo que asume su responsabilidad en los procesos sociales, que reflexiona sobre su papel en el devenir social y que se preocupa por la búsqueda de soluciones. Paralelamente, también hay autores que definen el periodismo cívico como un tratamiento de la información basado en la complicidad y corresponsabilidad del medio con los problemas de una colectividad concreta.
El objetivo del periodismo ciudadano es incitar a cambios. Davies Merritt, considerado como el padre del concepto de “civic journalism”, decía que la prensa contemporánea necesita ser capaz de trascender la misión limitada de contar las noticias, hasta una misión más amplia, de ayudar para que la vida pública funcione bien y de actuar fundándose en este imperativo.
Esta cuestión, aún poco abordada en textos académicos y periodísticos, es más que probable que continúe siendo objeto de reflexión, porque la tecnología avanza a una velocidad vertiginosa.
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