NO HAY NOTICIAS BUENAS NI MALAS… SOLO NOTICIAS QUE INTERESAN O NO
– Dos buenas noticias para los intereses peruanos surgieron ayer en Sao Paulo ( sección Deportes de El Comercio)
– Esta mañana tenemos dos noticias buenas y una mala (Conductores de Radioprogramas, en la secuencia Ampliación de Noticias)
– No tratar de ocultar las malas noticias. Cualquier organización puede ser víctima de un acontecimiento fortuito o de un error que origine noticias desfavorables a la misma ( Nielander, William: “Práctica de Relaciones Públicas”. p.172)
Uso muy común es referirse a noticias buenas, malas, positivas, negativas. Hasta periodistas consagrados emplean esa nomenclatura.
Se confunde el suceso y el hecho con el resultado de la cobertura periodística del mismo. Es decir, con la noticia y su correspondiente información que dan cuenta de lo acontecido. Los hechos pueden ser negativos, positivos o neutros; o, también, según otra apreciación, buenos o malos. Pero, en periodismo los hechos son interesantes o no y la información sobre ellos es correcta (objetiva, veraz, imparcial, honesta y responsable) o no. En consecuencia, no hay noticias positivas, negativas, buenas o malas; sólo hay noticias que interesan y su información es correcta.
Esta confusión explica desde el origen de la historia porqué los mensajeros portadores de noticias sobre sucesos desafortunados, negativos y malos eran ejecutados. A los infelices mensajeros se les atribuía conexión con el suceso indeseable.
No es difícil entender, entonces, porqué los gobiernos asediados por sus desaciertos u ocurrencias negativas suelen denunciar a los periodistas y medios de comunicación como los causantes de las crisis o inestabilidades políticas que los hechos originan. “Dan sólo noticias negativas” claman los voceros gubernamentales.
También es fácil de entender por qué en los regímenes dictatoriales – de izquierda y derecha- no se permite la libre información. En esos regímenes son inconcebibles medios y periodistas que aborden los hechos y sucesos que no agradan a los gobernantes.
Queda, pues, claramente establecido que los periodistas y medios no originan los sucesos. Dan cuenta de ellos. Pero, a este respecto, conviene precisar bien que la información que se brinda, como se ha indicado, tiene que ser correcta. Es decir:
a) Objetiva (no se debe opinar cuando se dan los detalles de los hechos);
b) Veraz (todo lo que se informe debe ser la verdad estricta y confirmada);
c) Imparcial (se debe dar oportunidad a todas las partes involucradas a expresar sus razones o a referirse a todos los ángulos informativos);
d) Honesta (no se debe magnificar o insistir sólo en los aspectos negativos de un suceso, con una clara y perversa intencionalidad);
e) Responsable (no debe infamar o atribuir conductas delictivas por simples afirmaciones o versiones sin pruebas y sin sanción judicial).
Pero la noticia, que es el resultado de la cobertura periodística de un suceso que tiene interés general, que interesa al mayor número de personas, debe ser, en consecuencia, interesante. Si no lo es, si el suceso abordado no despierta ningún atractivo o inquietud, no tendrá lectores, radioescuchas o televidentes, según sea el medio.
Un millonario norteamericano, cansado de los diarios que, según él, sólo dan noticias negativas y malas, decidió fundar un periódico que únicamente diera noticias positivas, buenas y alentadoras. Antes de los tres meses tuvo que cerrar la publicación por falta de tiraje, lo que le ocasionaba diariamente fuertes pérdidas que amenazaban acabar con su fortuna. Explicación: el diario del millonario daba noticias que no interesaban a los potenciales lectores.
INFORMACIÓN Y NOTICIA
Como se ha indicado, un hecho o suceso sólo es noticia cuando tiene cobertura y conocimiento periodísticos. Algo puede ocurrir y permanecer oculto durante mucho tiempo. Será noticia cuando un reportero lo descubra o cuando el periodismo tome conocimiento de lo sucedido. Recuérdese el caso del profesor y los alumnos de La Cantuta. El asesinato fue noticia sólo cuando, muchos meses después, se descubrieron los restos de las víctimas.
Académicamente, no es lo mismo noticia que información, aunque en la conversación diaria se les use indistintamente para referirse al contenido de los noticieros.
Noticia e información son dos momentos de un mismo proceso, ya que, como se ha indicado, noticia es el resultado inmediato de la acción del reportero en el lugar de los hechos e información es la elaboración, de acuerdo con el lenguaje de cada medio, del informe de los detalles del suceso.
Reporteros de un diario, radio y televisión pueden acudir a cubrir un acontecimiento. Los tres tendrán la misma noticia, pero sus informaciones serán diferentes porque el primero se preocupará de la redacción de su texto, el segundo de su informe oral, el tercero de sujetar su narración a las imágenes, los sonidos y el movimiento captados.
Para entender mejor que noticia e información no son lo mismo, se pueden considerar estos dos ejemplos, con connotaciones muy diferentes: risueña y dramática.
El director de un diario ubicó al hijo renuente de seguir estudios universitarios de un matrimonio amigo en la Sección Deportes por la afición del joven a los mismos. Su primera comisión fue la cobertura del primer partido de un triplete en el Estadio Nacional. El jovencito acudió al estadio – lugar del hecho- y, terminado el partido, se fue a su casa con el conocimiento del resultado o noticia. Por la noche, en el cierre de edición el jefe de la sección preguntó: ¿ dónde está la información del primer partido?. Todos sabían el resultado, pero había que dar los detalles. Le dijeron que el jovencito no la había dejado. Entonces el jefe ordenó que lo llamaran por teléfono. En el contacto, el jovencito contestó: ¿Qué información?… si no pasó nada…! el partido terminó cero a cero!
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Un ómnibus interprovincial se precipitó al abismo en Pasamayo. Un canal de televisión encargó la cobertura de emergencia a un equipo integrado por el reportero, el camarógrafo y el chofer-ayudante. El equipo hizo la cobertura del caso, grabando las imágenes correspondientes. Luego se dirigió al hospital de Huaral, donde habían sido llevados los heridos. Desde ahí, el reportero llamó al canal para dar la noticia a su jefe: “Hay 25 muertos y 48 heridos que viajaban en el ómnibus de la agencia “x” rumbo a Trujillo. Ya vamos con las imágenes” (es decir, la información). Al regresar a gran velocidad para alcanzar la edición del noticiero, se rompió la dirección del carro y pasaron a la pista contraria. Sucedió la tragedia: un gigantesco camión arrolló al vehículo de la televisora y lo arrastró casi 80 metros. En el acto murieron los tres ocupantes y los equipos quedaron destrozados. Nunca llegó la información acerca del ómnibus de Pasamayo al canal, aunque ya el reportero había comunicado la noticia.
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