Archivo por meses: julio 2015

Amigos cariñosos

¡Ah, esa relación de amigos cariñosos, amigos con derechos, “amigovios”, relación abierta, o cuanto nombre se le quiera poner! Yo lo que he visto, conforme han pasado los años, es que este tipo de relación se ha venido haciendo cada vez más frecuente, supongo que desde el advenimiento de la revolución sexual en la segunda mitad del siglo pasado. El asunto es que ahora es ubicua, está por todas partes y el que menos ha pasado alguna vez por una relación así, y larga, con meses o años de duración.

Lamentablemente no he visto estudios concluyentes al respecto (y con esto no quiero decir que no existan), así que sólo puedo hablar desde mi experiencia clínica (y también desde mi experiencia personal, ¿para qué negarlo?). Generalmente, este tipo de relaciones acaba mal, por lo menos uno de los dos termina sufriendo mucho, y, según lo que he visto, la que suele acabar llevando la peor parte es ella.

No quiero ahondar en el supuesto por qué de la poca probabilidad de éxito de este tipo de relaciones. Sólo quisiera dejar una recomendación, en especial a las chicas, a las mujeres: no es muy conveniente embarcarse en una relación así. Lo más probable es que acabes mal. Es poco probable que ese hombre al que no le agradas lo suficiente como para intentar iniciar una relación seria contigo, vaya a cambiar de opinión por el hecho de que tienes sexo con él una o dos veces por semana. Vaya, he visto casos en que ha ocurrido, que el hombre acabó enamorándose de su amiga cariñosa, pero es uno o dos entre decenas. Si deseas tomar ese riesgo, pues adelante, pero, insisto, lo más probable es que la apuesta acabe en tu contra.

Si un hombre “sale contigo”, a ti te gusta, quisieras que sean algo más, pero él no da el siguiente paso contigo y más bien lo único que avanza es el camino hacia la cama, pues no, te sugiero que pases.

Si acabas en la rutina de verse cada cierto tiempo para tener sexo (en el mejor de los casos luego de hacer alguna otra cosa juntos), pues ya estás dentro, ya tienes un amigo cariñoso, y no tendría buen pronóstico. Mejor evitarlo.

 

Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495
diego.fernandezc@pucp.edu.pe

 

Licencia Creative Commons
“Amigos cariñosos” por Diego Fernández Castillo se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Derivar 4.0 Internacional.

Antes de decidir ser papás

Hace algunos años me contaron que una psicóloga fue invitada a un programa de radio. Durante el programa, esta psicóloga afirmó algo así como “si desean ser padres, por favor, mínimo, 4 años de psicoterapia antes”.

La recomendación parece exagerada, pero realmente si algo extraño sucediera y una parte de la población mundial le hiciera caso, tendríamos garantizado un mundo muchísimo mejor luego de esos 4 años. Y luego de otros tantos años, tendríamos toda una generación nueva de personas más saludables o, en todo caso, con menos males que cargar.

La psicóloga, de la que lamentablemente nunca supe su nombre, tiene razón. Normalmente las personas cargamos con historias muy dolorosas y en el momento en que decidimos tener hijos, o peor aun, en el momento en el que nos salen los hijos por accidente, esos males que arrastramos se actualizan en la crianza de mil y un maneras, perpetuándose luego en nuestros hijos, y esto es así en prácticamente todo el mundo, ricos y pobres, hombres y mujeres, y en todas las razas y culturas.

Que una recomendación como la que extendió esta profesional en aquel programa de radio sea tomada en serio masivamente parece algo utópico, pero, nuevamente, la psicóloga está en lo cierto: si quieres ser un buen papá, antes de tener un bebé, optimiza tu salud mental, no con libros, ni vídeos, sino con una psicoterapia de verdad. Cuando llegue tu hijo, toda tu salud mental va a ser remecida como si de un terremoto se tratara, así que vale muchísimo la pena tenerla bien puesta y sólida para el acontecimiento.

 

Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495
diego.fernandezc@pucp.edu.pe

 

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“Antes de decidir ser papás” por Diego Fernández Castillo se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Derivar 4.0 Internacional.

Leer cuentos a los niños antes de dormir

Antes que enseñar a manipular celulares, tablets o a usar internet a niños de 3 o 4 años, habría que enseñarles a imaginar los sucesos, a ver las cosas con su mente, a escuchar los diálogos escritos. Los celulares, tablets y computadoras no dejan nada a la imaginación, todo lo dan en bandeja y de la forma más vistosa posible, sus contenidos son inmediatistas, no dejan paso al pensar.

La literatura sí deja paso al pensar, al imaginar, a mover esas neuronas. Si un niño, desde muy pequeño, aprende que un libro, que las palabras, que las letras, los cuentos, la imaginación pueden ser fuente de placer, ese niño será un joven lector más adelante y una persona pensante, crítica, que usa su propia cabeza y no se limita a repetir lo que las pantallas le muestran (“un niño que lee será un adulto que piensa”).

Por eso a los niños de 3 o 4 años, hay que leerles antes de dormir y no acostarlos con aparatos audiovisuales encendidos. Los papás pueden elegir los textos que más se adecuen a sus hijos y dosificarles la lectura, no obligarlos, los papás tendrían que saber cómo motivar a sus hijos pequeños. Motivarlos no es tan complicado. Los niños pequeños son muy curiosos y aman hacer cosas con sus papás y aprender cosas nuevas.

¿Y si mi hijo ya tiene 7 u 8 años y no le inculqué el hábito de la lectura?

Los niños mayores siguen siendo curiosos y siguen amando aprender cosas nuevas y vivir nuevas experiencias. A esa edad ya es más complicado leer cuentitos en la cama, especialmente si ya tiene el hábito de usar dispositivos electrónicos. Sin embargo los papás pueden conocer a sus hijos. Algo les debe gustar.

Si, por ejemplo, le gusta el fútbol, puedes comprarle un texto, revista o publicación de su club favorito o de algún jugador al que admire mucho. Si le gusta un programa de televisión en especial, una serie o dibujo animado, puedes buscar material escrito sobre ese tema. Si está enganchado con algún videojuego, puedes comprarle algún libro o incluso alguna novela ambientada en el universo de ese videojuego. Hay que saber sacarles la vuelta a los gustos de los chicos, por más que no nos simpaticen a nosotros los mayores, o tal vez nos preocupen, como el caso de los videojuegos o de una afición desmedida por algún programa de TV. Eso sí, siempre viendo que el material sea para su edad.

La cosa es que lea. Y a esa edad, la única forma de que lea con placer, va a ser que lea sobre algo que le gusta. Se puede también aprovechar momentos de entusiasmo con respecto a algún tema. Por ejemplo, un interés muy grande por una película que vio contigo en el cine. Por unos días, tu hijo va a estar pensando en esa película. Aprovecha esos días para comprarle algún libro sobre esa película. Cuando den la secuela de esa película uno o dos años después, tu hijo volverá al libro que le compraste y así aprenderá a releer textos significativos. Si así, cada tanto, le vas proveyendo de lectura placentera, tu hijo tomará el hábito.

No exagerar llenándolo de papeles, ni tampoco desanimarse si los dos o tres primeros libros o revistas los deja tirados, hay que dosificar, poco a poco. Tal vez al principio sólo se limite a hojear o ver las imágenes. Poco a poco irá leyendo los textos. Hay que tomarlo como un trabajo a mediano o largo plazo, y ser constantes. También son muy útiles los cómics o historietas.

 

Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495
diego.fernandezc@pucp.edu.pe

 

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“Leer cuentos a los niños antes de dormir” por Diego Fernández Castillo se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Derivar 4.0 Internacional.