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Cambios de apariencia en adolescentes. ¿Vale la pena oponerse?

Los adolescentes a veces sorprenden a sus papás con cambios repentinos en su apariencia que pretenden ser chocantes, como adoptar un estilo de vestir, teñirse el cabello, cortárselo o peinárselo de cierta forma, o pintarse las uñas o maquillarse de determinada manera o con determinados colores.

Algunos adolescentes, los menos rebeldes o atrevidos, lo proponen verbalmente o buscan que se les dé permiso antes de hacerlo, mientras que los más rebeldes, atrevidos o impetuosos pueden sorprender de pronto con un cambio significativo ya realizado.

Los papás pueden tender a oponerse de inmediato a estas cosas, prohibir el pedido, exigir deshacer el cambio, castigar al adolescente o decirle cosas hirientes para hacerlo desistir (“¡pareces un maricón!” o “¡no se sabe si eres hombre o mujer!”, por ejemplo, lo que por supuesto está absolutamente desaconsejado).

El problema puede presentarse cuando luego tengan que, necesariamente, oponerse a cosas como el consumo de alcohol o drogas o a situaciones de riesgo o a cambios permanentes en el cuerpo, como tatuajes o piercings a temprana edad, porque entonces se acumulan las objeciones de los padres, generando la sensación de que ellos se oponen a todo, pudiendo así perturbar la relación con sus hijos.

Para evitar este riesgo podría ser buena idea sacrificar algunas cosas que no nos gusten y abstenernos de manifestar objeciones. Para no equivocarnos y acabar permitiendo algo verdaderamente perjudicial, es importante preguntarnos si el cambio que está proponiendo o mostrando nuestro hijo en su cuerpo o apariencia es permanente y/o si es directamente peligroso o nocivo. Por ejemplo, un par de prendas estrafalarias no representan un cambio permanente en su apariencia; más bien es algo reversible; ¡basta con ponerse otra ropa!

De esta forma los papás reservan sus objeciones para poder oponerse firmemente a cosas irreversibles o verdaderamente peligrosas, sin generar la sensación de que en todo están en desacuerdo o que todo prohíben.

Ahora bien, el no mostrar objeción no significa mostrar falta de interés. Los papás pueden:

  1. Preguntarle a su hijo para qué adopta ese cambio en su apariencia (buscar entender qué desea el adolescente, qué hay detrás de sus acciones, con genuina curiosidad, sin prejuicio).
  2. En momentos que no sean tan forzados, mostrar interés en cómo se está sintiendo o en cómo le está yendo en sus asuntos.
  3. De ser necesario, se le puede mencionar qué consecuencias puede traer su apariencia, para que tome una decisión informada. Por ejemplo, el peinarse o vestirse de forma muy llamativa o demasiado diferente (sin que eso signifique que “está mal”), puede atraer muchas miradas en lugares públicos, gestos de sorpresa, de burla o incluso podrían personas inadecuadas e impertinentes decirle cosas que tal vez no le agraden o le hagan sentir incómodo.

Es posible (solo posible, ojo) que el adolescente, al sentirse incómodo, regule lo chocante de su apariencia o inclusive desista de su cambio, cuando sus papás han sido tolerantes. Más bien cuando los padres se ponen intransigentes y generan esta sensación de que todo lo castigan y todo lo censuran, el adolescente se puede aferrar a sus acciones por pura necesidad de llevarles la contra.

 

Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495
diego.fernandezc@pucp.edu.pe

 

Licencia Creative Commons
“Cambios de apariencia en adolescentes. ¿Vale la pena oponerse?” por Diego Fernández Castillo se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Derivar 4.0 Internacional.

Atrévete a aceptar y agradecer los cumplidos de tu pareja

Ilustración: Wikihow

Algunas personas no aceptan los cumplidos de su pareja, los niegan o incluso los destruyen ahí inmediatamente. Por ejemplo:

– ¡Qué bonita eres!

– No, no lo soy.

O:

– ¡Eres muy guapo!

– No, no soy guapo, soy feo.

O también:

– ¡Me gusta que seas tan inteligente!

– ¡¿Qué?! No, no lo soy. Si lo fuera las cosas me saldrían mejor.

Si tú eres una de las personas que hace esto, esto va para ti: es respetable que creas que eres feo(a), que no eres atractivo(a), que tu cuerpo es desagradable, que tu cabello es horrible o cosas por el estilo acerca de tu físico. También es respetable que creas que eres poco inteligente, poco astuto(a) o poco interesante. Es decir, si tú crees esas cosas acerca de ti, nadie tiene derecho a cuestionarlo. A lo que quiero ir en realidad es a otra cosa: el hecho de que tú creas esas cosas negativas acerca de ti mismo(a) no tiene por qué implicar que todos los demás te evaluemos así. Habrá personas que tal vez te evalúen aun peor, así como habrá personas a las que les resultarás agradable o les gustes. Una de ellas tendría que ser tu pareja, que por algo está contigo, ¿cierto?

Si tu pareja te dice un piropo, cumplido o halago es porque a ella le gusta eso de ti. ¿Para qué manifestar tu desacuerdo? ¿Hacer eso lleva a algo? ¿Cuál es el propósito?

En términos lógicos, pretender refutar un halago podría ser algo tan inútil como manifestar tu desacuerdo por la afición de alguien a determinado equipo de fútbol o a determinado artista. En la mayoría de casos resulta evidente que ponernos a discutir eso con el aficionado no nos va a llevar a ningún lado.

El asunto no queda ahí; y es que resulta que no estamos hablando de un equipo de fútbol. Estamos hablando de ti mismo(a). A esa persona le gustas tú, sus palabras son una muestra de su cariño o de su amor por ti, es un regalo o una caricia verbal, y tú lo que estás haciendo es destruir ese regalo y tirárselo en la cara.

Es como que tu pareja te quisiera dar un beso y tú apartases la cara. También es como si tu pareja te quisiera dar la mano y tú la retirases. Así de desagradable puede ser para tu pareja. Es como que tu pareja llegue con un detalle, un regalo, te lo diera, y entonces tú dijeras “no me lo merezco, toma”, y se devolvieses, o directamente lo eches al suelo o a la basura. Eso es lo que haces cuando tu pareja te dice que eres hermoso(a) y tú lo niegas, lo refutas y afirmas en respuesta la palabra “feo(a)”; destruyes esa “hermosura” y la conviertes en “fealdad”.

OK, mi pareja me dice algo positivo que yo no creo. ¿Qué podría hacer?

Aunque sea por cortesía, por cariño o amor hacia tu pareja, o por cuidado de tu relación, a la que seguramente sí valoras, recibe el cumplido y agradece con una sonrisa, una caricia y/o un “gracias”. No rompas ese regalo, aunque sea por educación.

Y ojo, tampoco valdría este tipo de salidas para evitar el recibir y agradecer:

– ¡Qué linda eres!

– ¡Tú eres lindo!

¡No! Esa respuesta lleva implícita la negación del cumplido (el mensaje real es “no, tú eres el lindo, no yo”), le estás devolviendo el regalo. A ver que vayas al cumpleaños de alguien querido para ti, le des un presente y esa persona va y te lo devuelve. ¿Cómo se ve eso? ¿Cómo se siente eso?

Atrévete a aceptar el cariño verbal de tu pareja. Nadie dice que creas lo que te dice. Repito: si tú quieres vivir pensando que eres feo(a), desagradable, antipático(a), tonto(a) o poco interesante, dale, nadie tiene por qué cuestionarlo. Lo que sucede es que tu pareja no te quiere convencer de nada (tal vez ahí radica el malentendido), no es un debate, tu pareja solo te está diciendo lo mucho que le gustas (a ella, no a ti). Recíbelo nada más.

 

Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495
diego.fernandezc@pucp.edu.pe

 

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“Atrévete a aceptar y agradecer los cumplidos de tu pareja” por Diego Fernández Castillo se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Derivar 4.0 Internacional.