Cuestionan Justicia Comunitaria

Cuestionan Justicia Comunitaria

A la luz de los hechos y de las interpretaciones que se hacen del derecho comunitario, aparentemente la sociedad, los medios, el Estado, los gobiernos y las instituciones no han logrado entender que los beneficios del desarrollo y de la modernidad no han llegado a las comunidades y que los derechos económicos civiles, culturales, sociales que el Estado garantiza sólo se han traducido en un bajo nivel de vida, en pobreza, altos niveles de violencia, discriminación y la destrucción del tejido social en las comunidades. Todo esto ha hecho que en las poblaciones rurales o urbanas marginales haya una visión particularizada de la justicia. Según Alexis Ponce, de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos en Quito, “lo sorprendente es que los medios de comunicación, si bien critican y cuestionan la justicia comunitaria, son sin embargo los que alientan los linchamientos para determinar castigos corporales que terminan a veces con la muerte de los presuntos malhechores”. La responsabilidad es doble. Por un lado del Estado que hace muy poco por construir realmente la institucionalidad de la justicia comunitaria, pero por el otro lado, de las dirigencias indígenas que hacen muy poco o casi nada para desmitificar una justicia que esconde, por ejemplo, maltratos físicos e incluso asesinatos y que por medio de asambleas logran gestionar el “‘perdón” al victimario cuando para el Estado occidental actual es la justicia la que debe castigar a ese sujeto. Derechos de la naturaleza En el caso ecuatoriano, la nueva constitución incorporó un principio que es totalmente inédito en materia de derecho al determinar, en un capítulo entero, que la naturaleza es un sujeto de derechos reconociendo allí las visiones ancestrales de las comunidades indígenas en su relación permanente con la naturaleza. El Ecuador en su nueva Constitución recoge el principio indígena de la naturaleza y de la Pachamama como ”sujeto de derechos”. Esto provocó que muchos juristas ecuatorianos y de otras latitudes prácticamente se rasgaron las vestiduras y defendieron “que sólo el ser humano es sujeto de derechos”. Parece que olvidaron por un momento el cambio climático, la deforestación de los bosques tropicales en el globo, asuntos que hacen más bien urgente que las visiones indígenas nos permitan evidenciar o estructurar una propuesta de diversidad en torno a la justicia , a la moral y a la ética.

Fuente: Radio Nederland (más…)

Hay que construir la esperanza

Es un artículo sobre la entrevista realizada a Dr. Federico Mayor por José Zepeda Varas de radio Nederland==================================
Hay que construir la esperanza
*José Zepeda Varas
15-04-2009
Entrevista a Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la UNESCO y presidente de la Fundación para una Cultura de Paz y co-presidente del Grupo de Alto Nivel de las Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones.
En medio de la noche más rotunda, más oscura; de pronto impredecible, inmerecido… un rayo de luz.
Una pequeña hendidura en nuestro ánimo teñido también de negro intenso. Luz, aunque tenue, en la mente y la pupila; tenemos que saberlo y propagarlo y recordarlo; hasta el más ínfimo destello puede reavivar, germinar, entibiar lo que parecía yerto y frío.
José Zepeda.- Leyendo este poema, ¿sabe en qué estaba pensando? En esos boxeadores que se han estado preparando durante mucho tiempo, suben al ring, les dan una tremenda paliza y en lugar de pensar seriamente en parar su carrera, lo que hacen es ir directamente a entrenar pensando en las victorias que hay que conquistar mañana. Está a bastante maltraer la esperanza en estos tiempos, ¿no le parece?

Federico Mayor Zaragoza.- Es más necesaria que nunca y además, créame, es más posible que nunca. El mundo está pasando un período de pavor, de miedo, aterrorizado; está perplejo. Yo recuerdo aquel libro de Maimonides, fíjese que hace siglos, se llamaba “Guía de Perplejos”. Pues ahora nos tendrían que dar esta guía de perplejos y habría que decir: pero ¿podemos o no podemos realmente superar la situación en la que nos encontramos? Y mi respuesta es que sí; no es una respuesta optimista, es una respuesta esperanzada. ¿Por qué? Pues porque creo en la inmensa capacidad creativa de la especie humana.
Está desmesura, porque es una desmesura, que cada ser humano único e irrepetible sea capaz de crear, de inventar, y por eso desde siempre lo que se ha procurado por parte del poder, es que no nos demos cuenta de esta capacidad que tenemos. Es una capacidad exclusiva de la especie humana. Y entonces ¿qué es lo que hacen? Nos mantienen súbditos, en un contexto donde lo indiscutible es lo que tenemos que aceptar, porque claro, cómo se va a discutir que si el poder nos reclama nuestra propia vida durante siglos. Los ciudadanos han tenido que dar su vida cuando llegaba el momento para defender las causas que los designios del poder decidía. Y así hemos estado durante siglos. En el que acaba de terminar ¡qué vergüenza! millones y millones de muertos sacrificados por causas que no eran las suyas; eran las causas del poder. Hemos sido tradicionalmente personas resignadas, testigos de lo que sucede sin ninguna capacidad para intervenir, para decir, ‘no, cómo yo Mayor, voy a dar mi vida… ni hablar. Y además, no estoy de acuerdo en cómo lo están haciendo ustedes’. Y además, una democracia no es que nos cuenten cada 4 años en unas elecciones, una democracia es que seamos tenidos en cuenta los ciudadanos por parte del poder, de manera permanente, porque el poder emana precisamente del pueblo.
Todo eso se lo digo para que comprenda este poema, para que se dé cuenta de que estoy absolutamente seguro, que en estos albores del siglo y del milenio, por primera vez, los ciudadanos podemos ser ciudadanos esperanzados. Porque podemos ser conscientes de la capacidad inmensa que tenemos, de la fuerza inmensa que tiene la sociedad civil, pero que no la utilizan. ¿Por qué? Pues porque estamos sometidos; somos súbditos, pero ahora la resignación ha terminado, el silencio ha terminado. Cómo puede ser que las instituciones científicas, las universidades, la comunidad, que se dedica a estar en la vanguardia del progreso, estemos callados, distraídos, adormecidos. A mí me llamó mucho la atención y por eso soy un gran partidario de que nos pongamos en el centro de nuestro proceder diario, en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se dice ‘para liberar a la humanidad del miedo y de la miseria’. Fíjese que maravilla. Pues esto es lo mismo, que ahora nos tenemos que dar cuenta; ahora sí que podemos liberar a la humanidad del miedo y de la miseria, porque tenemos que decirle ‘no seáis más espectadores; no seáis más exclusivamente testigos de lo que pasa. ¡Sed actores, participad! Y aquí viene mi esperanza adicional. Hasta ahora mucha gente decía ‘es que yo soy tan poca cosa… yo qué voy a ser, cómo voy a ayudar a superar estas situaciones en las que nos encontramos’, en las que siempre los más vulnerables son los que pagan la factura de los desaciertos de los mandatarios… qué podemos hacer. Por primera vez ahora tenemos la posibilidad de contestar. Ya podemos participar de forma no presencial. Esto -créame José Zepeda- esto puede ser lo que transforme radicalmente el panorama del mundo en 10 o 15 años: los ciudadanos ya no se van a callar, los ciudadanos ya no van a aceptar que tengan que hacer esto o lo otro, que tengan que aceptar que haya una guerra basada en mentiras, o que se haga todo un proceso al consumo de petróleo también basado en mentiras.
Todo esto se acabó. ¿Por qué? Porque ahora podemos participar de manera no presencial. Tenemos el SMS con la telefonía móvil, tenemos el Internet y tenemos también los medios de comunicación y muy especialmente la radio, que se van a dar cuenta progresivamente -ustedes se han dado cuenta hace muchos años- pero, que se van a dar cuenta de que vamos a asistir a un cambio radical que será el fruto, precisamente, de la gran crisis que estamos padeciendo.
Esta crisis puede ser la gran oportunidad, como fue la crisis del año 1818 al terminar la Primera Guerra Mundial. Existió un momento en que hubo una posibilidad grande de salvación y Woodrow Wilson pensó ‘ha llegado el momento de la sociedad de naciones, ha llegado el momento de la paz permanente’. No le hicieron caso, hicieron una economía de guerra… Llegó la II Guerra Mundial, porque se habían preparado para ella. Al final de esta guerra mundial otra gran crisis, otro gran equipo alrededor de Roosevelt, las Naciones Unidas; todos los instrumentos posibles para que hubiera una cierta capacidad jurídica y de castigo de transgresores a escala mundial. No hay que olvidar que junto a las Naciones Unidas se crean la Corte Internacional de Justicia y una serie de instituciones reguladoras… otra vez lo mismo.
Los países no quieren la democracia; quieren la plutocracia, quieren la hegemonía; los Estados Unidos deciden mandar y ellos que habían creado las Naciones Unidas, pues las abandonan, crean los G7, G8, todo esto. Nos sustituyen los valores por las leyes del mercado. Y sobre este desastre que estaba anunciado en el año ’91 -yo no soy economista- escribí que aquello no podía dar más que como resultado una catástrofe general a escala mundial, la burbuja de la comunicación, la burbuja inmobiliaria. Y ahora tenemos la crisis que no tuvimos al final de la Guerra Fría, porque todos esperábamos que al final de la Guerra Fría se produjeran la misma crisis y las mismas oportunidades que habían surgido al final de la guerra del ’14, al final de la guerra del ’39. No fue el caso, y ahora tenemos esta oportunidad. Créame, tenemos que ser muy optimistas, pero tenemos que movilizar a la gente para decirles por primera vez PODEMOS.

*José Zepeda Varas es director del Departamento españos de Radio Nederland
Fuente: Radio Nederland
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Desmontando al Hombre (VI): Los Mujeriegos ya no son lo que eran

Desmontando al Hombre (VI): Los Mujeriegos ya no son lo que eran

Escrito por Julián Fernández de Quero

viernes, 20 de marzo de 2009

Uno de los estereotipos más difundidos por la Cultura de los Géneros es la innata tendencia a la poligamia -entendida como promiscuidad- de los hombres frente a la monogamia de las mujeres. Incluso desde el ámbito científico, numerosas obras publicadas en las últimas décadas, influidas por la sociobiología -una disciplina que tiene como axioma la naturalización de todo el comportamiento humano a partir de la consideración de que los genes son los que determinan nuestra vida, siendo el cuerpo una mera estructura habitacional donde ellos se mantienen y reproducen- intentan justificar dicho prejuicio a partir de las necesidades reproductoras de los organismos vivos.
Así, el mandato genético induciría a los machos a las relaciones sexuales poligámicas para aumentar la eficacia reproductora de la especie, consiguiendo que un solo macho deje preñadas a un mayor número de hembras, mientras que las hembras, más vulnerables y dependientes de la crianza, trazarían estrategias de fidelización monogámica captando al macho más fuerte para, por un lado, asegurarse una prole genéticamente más sana y con más probabilidades de sobrevivir y, por otro, asegurar la protección y la provisión alimenticia necesarias para la supervivencia de la hembra y sus crías.
Con estas afirmaciones, la sociobiología “naturaliza” la familia nuclear burguesa, la división del trabajo entre hombres -provisión, protección y procreación, las famosas “3P” de David Gilmore- y mujeres -reproducción, crianza y cuidados- construida por el Patriarcado y el falocrático dominio de los hombres sobre las mujeres.
Sin ninguna pretensión de “deconstruir” con detalle las teorías pseudocientíficas de la sociobiología, algo que ya han llevado a cabo otros/as autores/as, me permito recordar algunas de las consideraciones que permiten superar dicha concepción ideológica revestida de cientificidad:
– No hay ningún estudio que demuestre la existencia de la familia nuclear desde los orígenes de la especie humana. Por el contrario, numerosos estudios demuestran que durante muchos miles de años, los grupos humanos estuvieron conformados por clanes familiares nómadas de relaciones endogámicas y promiscuas, hábitos alimenticios carroñeros y comportamientos intercambiables entre hombres y mujeres. Era el grupo como conjunto solidario el que se encargaba de la búsqueda de comida, del cuidado de las crías y demás tareas de supervivencia. No había división sexual del trabajo ni comportamientos sexuales diferentes entre hombres y mujeres.
– La evolución matriarcal posterior en numerosos grupos que dejaron de ser nómadas para fijar y estabilizar su residencia, inventando la agricultura y la domesticación de los animales, trajo como consecuencia la expansión del tabú del incesto y otras normas sociales de convivencia, transformando las relaciones de endogámicas en exogámicas, es decir, que los hombres en edad reproductora eran acogidos como huéspedes por los grupos matriarcales durante un corto tiempo -generalmente, durante las fiestas de la fertilidad y otros rituales- para que dejaran embarazas a las mujeres y luego, se volvían a sus grupos de origen, mientras que las mujeres parían y criaban a sus hijos con la protección y los cuidados de todo su clan materno. No había familia nuclear, ni maridos, ni esposas, ni padres. Los primeros linajes eran matrilineales y los lazos sociales se organizaban en torno a la autoridad de las madres.
– La invención del patriarcado y de la propiedad privada trae como consecuencia la división sexual del trabajo, el empoderamiento del hombre como género, una de cuyas principales manifestaciones es la elevación del pene a la categoría de falo, la esclavización de la mujer convertida en objeto de propiedad masculina y el matrimonio como legitimación de la compra que un hombre hace de una mujer para dedicarla a fines reproductores y de crianza que garanticen su linaje y la transmisión de su herencia. Como estudió Claude Levy Strauss, el patriarcado revierte el significado de los tabúes y normas sociales heredadas del matriarcado en beneficio de los varones y en detrimento de las mujeres, entre otras, la exogamia se convierte en un pacto entre familias por el cual, la mujer pasa del sometimiento del padre al del marido, unidos en matrimonio por intereses familiares que nada tienen que ver con la sexualidad y el afecto. El varón adquiere la titularidad de “pater familias” con poder de vida y muerte sobre los demás miembros de la misma. Al estar el poder y la riqueza basados en la propiedad de la tierra, los clanes familiares se convierten en familias extensas que compiten, pactan y guerrean entre ellas para alcanzar el poder supremo.
– Durante los miles de años que dura el patriarcado, los hombres usan del poder y de su fuerza física para someter a las mujeres, eliminando por innecesarios los comportamientos característicos del llamado “cortejo animal” heredados filogenéticamente. Las mujeres son separadas en dos grandes grupos: Las esclavas sexuales sometidas a la pulsión copulatoria de los varones, socialmente degradadas como “animales impúdicos y lujuriosos” y las esclavas reproductoras -matronas- encargadas de la reproducción, crianza de los hijos y cuidados de las personas a su cargo, a las que se les considera asexuadas -no tienen sexo sino útero- y que reciben una cierta consideración social debido a su función.
Por lo tanto, en las épocas premodernas, el hombre de género es un mujeriego poderoso que no tiene ninguna necesidad de seducir para satisfacer sus instintos sexuales puesto que toma a las mujeres de grado o por la fuerza. El acceso a la modernidad supone una variación que tiene que ver con la clase social. La aristocracia y la burguesía reconocen a las mujeres de su misma clase social como miembros de la especie humana, diferente al hombre, pero sujeto de consideración y respeto formal. Las familias que tienen hijas las someten a una estricta educación puritana, ya que la virtud femenina -entendida como pureza y virginidad hasta el matrimonio, pudor y obediencia al padre y al marido- elevan sus posibilidades en el mercado matrimonial. Estas actitudes sociales y familiares convierten a las mujeres decentes en una pieza apetitosa y rodeada de morbosidad para los ociosos caballeros que ejercen de depredadores sexuales.
A partir del siglo XVIII, se inventa un “deporte” masculino entre las clases altas consistente en competir entre los varones para ver quien es el que más mujeres virtuosas logra seducir como manifestación de su potente virilidad y de sus habilidades como seductor. El movimiento de Los Libertinos, Don Juan Tenorio y Giacomo Casanova se convierten en los modelos ideales de la masculinidad, tal como han reflejado películas como “Valmont” o “Las Relaciones peligrosas”, entre otras muchas. Los mujeriegos, además de presumir de una vida licenciosa, repleta de juergas y orgías con prostitutas, queridas y amantes, todas ellas mujeres socialmente degradadas por su condición inmoral, presumían sobre todo de su astucia y habilidad para utilizar el engaño y los modales corteses con el único objetivo de vencer las resistencias de las mujeres decentes y acabar con su virtud puritana.
En todas las cortes europeas se implanta la doble moral de aparentar una cosa y actuar de otras formas de tapadillo. Como argumenta Anthony Giddens en su estupendo libro “La Transformación de la Intimidad” (Ediciones Cátedra, 2006) “Casanova no tendría sitio en las culturas premodernas: es una figura de una sociedad cercana a la modernidad. El no tenía interés en acumular esposas, si tal cosa hubiese sido posible. El sexo era para él una búsqueda nunca acabada, que terminó no por el cumplimiento de una autorrealización o sabiduría, sino sólo por la decrepitud de la edad” Como el mismo autor analiza, la sexualidad del mujeriego responde al síndrome de “sexualidad compulsiva”, entendida como una adicción al sexo similar a la que se puede tener con relación a las drogas, el trabajo, y otras actividades humanas. “Tradicionalmente, el seductor era un aventurero genuino, que desafiaba no sólo a cada mujer, sino a todo el sistema de normativa sexual. Era un subversor de la virtud y luchaba contra otros molinos de viento también, porque la seducción también implicaba desafiar el orden masculino de protección sexual y control.
En cambio, los mujeriegos actuales se están convirtiendo en dinosaurios de una época pasada que producen más grima que admiración. Como vuelve a decir Anthony Giddens, “Los mujeriegos de hoy son producto de transformaciones en la vida personal que se han producido y se mantienen por la fuerza. Son seductores en una era en que la seducción se ha vuelto obsoleta….. La seducción ha perdido significado en una sociedad en la que las mujeres están más dispuestas para los hombres que nunca, aunque -y esto es crucial- sólo apareciendo como iguales a él.”. “Los mujeriegos actuales pueden parecer fósiles de una edad anterior, acechando a su presa con valor, armados sólo con penicilina, preservativos (se supone) y un bagaje para hacer frente al SIDA…. Son seductores, sí, en la medida en que están preocupados -sobre todo- con la conquista sexual y con el ejercicio del poder que ello implica”. ¿Pero, qué premio ofrece la victoria cuando la victoria es tan sencilla?. El autor cita a Graham Hendrick para afirmar que la igualdad sexual conquistada por la mujer actual “disuelve la división arcaica entre las mujeres virtuosas y la corrompidas o degradadas”. Ahora, las mujeres se consideran en el mismo plano de igualdad sexual frente a los hombres, reivindican su derecho a tener la iniciativa, a seducir en función de sus intereses, buscan su propio placer y no consideran que tengan que defender ninguna “virtud” según los cánones de una moral periclitada. Por lo tanto, “una vez que la “muerte” del seductor depende de la destrucción de la virtud, la persecución pierde su dinámica principal…. El mujeriego de hoy no es alguien que cultiva el placer sensual, sino un buscador de emociones en un mundo abierto, lleno de oportunidades sexuales.”
La figura del mujeriego actual hace más evidente aún, si cabe, la dependencia afectiva del hombre de género en relación a la mujer. Aparentando una autonomía de la que carece, presumiendo de una independencia con tintes de misoginia, el mujeriego actual expresa con su búsqueda obsesiva de conquistas sexuales, el rechazo a una madre afectivamente sobreprotectora, para poder construir su identidad masculina, con el obsesivo deseo de una afectividad huérfana. Como dice Giddens, “Su dependencia de las mujeres es bastante obvia, tan obvia que se trata de una influencia que controla sus vidas…. El moderno aventurero sexual ha rechazado el amor romántico, o utiliza su lenguaje sólo como retórica persuasiva. Su dependencia de las mujeres, por tanto, sólo puede ser validada a través de la mecánica de la conquista sexual.”.
Así pues, el mujeriego actual ya no es lo que era. Sus frustraciones, complejos y disfunciones frente a una mujer sexualmente libre, autónoma en sus decisiones y con la autoestima suficiente para no depender del hombre, le convierten en firme candidato a las consultas de la terapia sexual y de la psicología. Las nuevas condiciones creadas por las actitudes de las mujeres actuales, le obligan a un cambio necesario para salvar su integridad. Giddens apunta a la construcción de un nuevo tipo de relaciones que llama “la pura relación”, basada en la superación de la relación de “sujeto a objeto” tradicional y convertida en una relación de “sujeto a sujeto”, cuyos términos se plantean de un plano de igualdad y cuyos objetivos deben negociarse y pactarse de mutuo acuerdo. De esa pura relación derivan la conductas de una “sexualidad plástica”, más personalizada y diversa, superadora del obsesivo coitocentrismo de épocas pasadas y la posibilidad de un “amor confluente” fruto de una transformación de la intimidad que convierte la relación en un proyecto de vida negociado y consensuado, cuyas premisas son la honradez sincera de las propuestas, la expresión sin vergüenzas de las propias necesidades y vulnerabilidades y la empatía necesaria para que la búsqueda de la propia felicidad pase por la felicidad de la otra persona.

FUENTE: http://boletin.ahige.org/index.php?option=com_content&task=view&id=860&Itemid=66
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XXV Aniversario del MST

XXV Aniversario del MST

Mario de Freitas

16-04-2009

El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, MST, la principal organización campesina de Brasil, intensifica en este mes su campaña de ocupación de haciendas y propiedades, como inicio de su semana anual de lucha para pedir la agilización de la reforma agraria.
La serie de movilizaciones y actividades del MST será realizada coincidiendo con el 17 de abril de 1996, fecha en la que fueron asesinados 19 campesinos sin tierra en El dorado de Carajá, Estado de Pará, en la región norte de Brasil.
Esta fecha se institucionalizó como el Día Nacional de la Reforma Agraria durante el gobierno anterior, de Fernando Enrique Cardoso.

Hermana Dorothy
Joao Pedro Stédile, miembro de la dirección del movimiento y principal líder del MST en entrevista a la Radio Nederland, se mostró contento con la decisión adoptada recientemente por la justicia del Estado de Pará de anula una sentencia que ponía en libertad a un hacendado latifundista que ordenó asesinar a Dorothy Stang, una monja defensora de los derechos de los campesinos.

Según Stédile, la Justicia brasileña sigue siendo aliada de los grandes terratenientes y el regreso a la prisión del hacendado asesino se debe únicamente a la enorme presión popular ya que se trataba de una persona que representaba dos aspectos importantes: ser monja y además estadounidense. Ha sido una victoria lograda por las organizaciones y movimientos que han venido exigiendo que se hiciera justicia. La anulación de la sentencia ha constituido un gran motivo de júbilo.
No obstante, Joao Pedro Stédile denunció que, de los 1.400 líderes campesinos asesinados en los últimos veinte años en Brasil, sólo han sido juzgados 85 casos. De ellos 7 personas fueron condenadas y cinco asesinos se encuentran actualmente encarcelados.

Lula
Stédile que apoyó al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en las elecciones del 2002 y 2006, manifestó: “que en el actual Gobierno el modelo de economía campesina tendría prioridad”. No fue así, pero, adelantó que en este Gobierno sí se han registrado avances para efectuar la reforma agraria. Sin embargo, lamenta que Lula nunca haya querido afrontar el problema del latifundio, y añade que según su opinión, Lula ha creado un gobierno para los ricos, la clase media y los pobres. Ha buscado agradar a esos tres sectores y en ese aspecto ha constituido también un avance para los campesinos. Se registraron mejoras en algunos asentamientos, en la red de suministro eléctrico en el medio rural, sumamente importante para el hombre del campo, y en la educación.

Pero le faltó mucho cumplir su promesa de dar tierra a todos los que la necesitaban. Según Stédile, “frenamos el neoliberalismo, pero no hubo cambios estructurales durante el Gobierno Lula”, y tan sólo queda algo más de un año para que termine su mandato.

Previsiones
Según Joao Pedro Stédile, el XX aniversario de la fundación del MST, y la coincidencia con la crisis económica mundial y el desempleo originarán el clima para un abrir un debate mejor en el seno de la sociedad brasileña (y mundial) favoreciendo cambios estructurales, como la reforma agraria. Stédile es optimista y espera que “dentro de cinco o diez años habrá muchos cambios en Brasil y en el resto del mundo debido a la crisis capitalista”.

Ya en lo que se refiere a la prensa extrajera en general, en Sao Paulo, Stédile afirmó que “ocupar un latifundio es muy fácil, el problema es cambiar el modelo agrícola representado por esas empresas que plantan una única cultura (el monocultivo) en grandes extensiones de tierra”. “El actual modelo agrícola depende del mercado externo, es depredador del medio ambiente. Queremos un modelo que mantenga la diversidad de cultivos, que use tecnologías ecológicas y que fije las personas en el campo”, subrayó Stedile.

Transnacionales serán blancos
“Con la crisis aumentarán las ocupaciones de latifundios”, aseveró el líder del mayor movimiento campesino del continente, que según él tiene como su “gran enemigo” a las “grandes empresas trasnacionales”. Para Stédile, “los monocultivos para fines de exportación utilizan grandes áreas, destruyen la biodiversidad, no crean empleo y dejan a Brasil como el segundo país en el mundo con más uso de agrotóxicos”. “El MST es el mayor productor de arroz orgánico del país. El problema no es el uso de la tecnología, sino el destino de la producción”, señaló.

El activista resaltó, con mucho orgullo, los alcances sociales en los 25 años del movimiento y, en especial, que en los últimos cinco años, 3.600 militantes e hijos de integrantes del MST se han diplomado en la universidad y otros 400 siguen estudios de maestría y doctorado. “Muchos actúan ya como abogados del movimiento y luego algunos serán promotores y jueces. “El principal temor de los hacendados no es que ocupemos sus supuestas tierras, sino que los campesinos se estén educando”, apuntó Stédile.

Fuente: Radio Nederland Wereldomroep (más…)

Delito de solidaridad

Este es un artículo muy interesante y a la vez paradójico, mejor denle una lectura

Delito de solidaridad
Anna Karina Rosales
15-04-2009

Un número creciente de franceses considera que en su país disminuyen cada vez más sus derechos y libertades. Los ciudadanos no son sólo objeto de registro, vigilancia y señalamientos por las autoridades, sino también de detenciones si, por ejemplo, son solidarios con inmigrantes ilegales.

De hecho, la Liga de Derechos Humanos (LDH, por sus siglas francesas), que denunció esta constatación en un informe, ha llegado a decir que los franceses han entrado “a la era de las torres de vigilancia invisibles, en la que abundan los chips, las cámaras, los detectores de huellas y ficheros”, entre otros registros de datos personales. A la organización le preocupa que todos los franceses estén bajo vigilancia, y en particular los defensores de los derechos de los ciudadanos.
Solidarios delincuentes
La semana pasada, esta misma organización formó parte de una convocatoria social en toda Francia para salir a manifestarse en contra de una disposición que, en la práctica, fuerza a los franceses a no prestar asistencia por ejemplo a inmigrantes indocumentados. Quienes cometan este llamado “delito de solidaridad” podrían ser detenidos por las autoridades.

Con evidente descontento y en tono desafiante, los manifestantes, que se movilizan por toda Francia durante estos días, declaraban a los medios que “si la solidaridad se convierte en un delito, pedimos ser perseguidos por este delito”.

“El llamado delito de solidaridad y la criminalización de toda contestación está alcanzando niveles que van más allá del problema de los indocumentados,” comenta Miguel Venasayán. Según este sicoanalista y filósofo, residente en París, la limitación de los derechos y libertades en Francia está causando manifestaciones y rechazo en varios sectores, y podría afectar la estabilidad social de los franceses.
“Existe resistencia y miedo entre la población francesa,” agrega, “sobre todo porque la época de crisis no ayuda a que uno sea solidario, y hace que uno se repliegue a una posición individualista y egoísta. El aumento de las medidas de control empeora esta crisis social, y se crea un ambiente muy desagradable, articulado con el aumento de la vigilancia de la población”.
Lógica reacción
A juicio del analista, las recientes manifestaciones sociales en contra de algunas medidas gubernamentales, sobretodo las que tienen que ver con seguridad y lucha antidelincuencia, pueden ser vistas como una lógica reacción de los ciudadanos, a pesar de que muchos de ellos están conscientes de que la intención de las autoridades es protegerlos.
“Es siempre en nombre de los ciudadanos, que se cortan precisamente las libertades a ellos mismos. El problema es que se está pasando de un Estado de derecho a uno de disciplina y de control, y esto no es bien recibido por la sociedad”. Venasayán opina que el caso de los franceses que ayudan a inmigrantes y que responden a las autoridades diciendo que no les importa “delinquir” siendo solidarios denota, más que una rebeldía al sistema impuesto, un espíritu social, que a pesar de todo conservan los franceses.
“Y no solamente eso,” precisa el filósofo, “la sociedad francesa conoce las fronteras de lo que es permeable y lo que es legítimo.” A tal respecto, cita el caso del aborto, y explica que “practicando abortos que no eran legales pero legítimos, los franceses han reivindicado su legitimidad”. Y siendo solidarios, a pesar de ir en contra de la legitimidad, podrán quizás más adelante cambiar la actual situación de control.
Fuente: Radio Nederland Wereldomroep (más…)

Sentir, pensar y hacer con respeto a los derechos humanos

Ante todo gracias a la Universidad por esta oportunidad de brindarme este espacio para expresar lo que siento, pienso y lo que hago, claro está en el marco del respeto de los derechos humanos de otras personas. Digo oportunidad, pues los medios tradicionales como la radio, la televisión no dan oportunidad para expresarse a cualquiera persona, a menos que tenga título nobiliariarios o estés alineada a la propaganda que promueven a fovor de un grupo de poder económico o prsonaje.
Una vez más gracias. (más…)

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