XXV Aniversario del MST

Mario de Freitas

16-04-2009

El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, MST, la principal organización campesina de Brasil, intensifica en este mes su campaña de ocupación de haciendas y propiedades, como inicio de su semana anual de lucha para pedir la agilización de la reforma agraria.
La serie de movilizaciones y actividades del MST será realizada coincidiendo con el 17 de abril de 1996, fecha en la que fueron asesinados 19 campesinos sin tierra en El dorado de Carajá, Estado de Pará, en la región norte de Brasil.
Esta fecha se institucionalizó como el Día Nacional de la Reforma Agraria durante el gobierno anterior, de Fernando Enrique Cardoso.

Hermana Dorothy
Joao Pedro Stédile, miembro de la dirección del movimiento y principal líder del MST en entrevista a la Radio Nederland, se mostró contento con la decisión adoptada recientemente por la justicia del Estado de Pará de anula una sentencia que ponía en libertad a un hacendado latifundista que ordenó asesinar a Dorothy Stang, una monja defensora de los derechos de los campesinos.

Según Stédile, la Justicia brasileña sigue siendo aliada de los grandes terratenientes y el regreso a la prisión del hacendado asesino se debe únicamente a la enorme presión popular ya que se trataba de una persona que representaba dos aspectos importantes: ser monja y además estadounidense. Ha sido una victoria lograda por las organizaciones y movimientos que han venido exigiendo que se hiciera justicia. La anulación de la sentencia ha constituido un gran motivo de júbilo.
No obstante, Joao Pedro Stédile denunció que, de los 1.400 líderes campesinos asesinados en los últimos veinte años en Brasil, sólo han sido juzgados 85 casos. De ellos 7 personas fueron condenadas y cinco asesinos se encuentran actualmente encarcelados.

Lula
Stédile que apoyó al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en las elecciones del 2002 y 2006, manifestó: “que en el actual Gobierno el modelo de economía campesina tendría prioridad”. No fue así, pero, adelantó que en este Gobierno sí se han registrado avances para efectuar la reforma agraria. Sin embargo, lamenta que Lula nunca haya querido afrontar el problema del latifundio, y añade que según su opinión, Lula ha creado un gobierno para los ricos, la clase media y los pobres. Ha buscado agradar a esos tres sectores y en ese aspecto ha constituido también un avance para los campesinos. Se registraron mejoras en algunos asentamientos, en la red de suministro eléctrico en el medio rural, sumamente importante para el hombre del campo, y en la educación.

Pero le faltó mucho cumplir su promesa de dar tierra a todos los que la necesitaban. Según Stédile, “frenamos el neoliberalismo, pero no hubo cambios estructurales durante el Gobierno Lula”, y tan sólo queda algo más de un año para que termine su mandato.

Previsiones
Según Joao Pedro Stédile, el XX aniversario de la fundación del MST, y la coincidencia con la crisis económica mundial y el desempleo originarán el clima para un abrir un debate mejor en el seno de la sociedad brasileña (y mundial) favoreciendo cambios estructurales, como la reforma agraria. Stédile es optimista y espera que “dentro de cinco o diez años habrá muchos cambios en Brasil y en el resto del mundo debido a la crisis capitalista”.

Ya en lo que se refiere a la prensa extrajera en general, en Sao Paulo, Stédile afirmó que “ocupar un latifundio es muy fácil, el problema es cambiar el modelo agrícola representado por esas empresas que plantan una única cultura (el monocultivo) en grandes extensiones de tierra”. “El actual modelo agrícola depende del mercado externo, es depredador del medio ambiente. Queremos un modelo que mantenga la diversidad de cultivos, que use tecnologías ecológicas y que fije las personas en el campo”, subrayó Stedile.

Transnacionales serán blancos
“Con la crisis aumentarán las ocupaciones de latifundios”, aseveró el líder del mayor movimiento campesino del continente, que según él tiene como su “gran enemigo” a las “grandes empresas trasnacionales”. Para Stédile, “los monocultivos para fines de exportación utilizan grandes áreas, destruyen la biodiversidad, no crean empleo y dejan a Brasil como el segundo país en el mundo con más uso de agrotóxicos”. “El MST es el mayor productor de arroz orgánico del país. El problema no es el uso de la tecnología, sino el destino de la producción”, señaló.

El activista resaltó, con mucho orgullo, los alcances sociales en los 25 años del movimiento y, en especial, que en los últimos cinco años, 3.600 militantes e hijos de integrantes del MST se han diplomado en la universidad y otros 400 siguen estudios de maestría y doctorado. “Muchos actúan ya como abogados del movimiento y luego algunos serán promotores y jueces. “El principal temor de los hacendados no es que ocupemos sus supuestas tierras, sino que los campesinos se estén educando”, apuntó Stédile.

Fuente: Radio Nederland Wereldomroep

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