“Tengo que decirte algo”. Aunque ya me lo estaba contando, yo no quería saber qué era ese “algo”, nos cuenta un joven estudiante de postgrado en Comunicación Social.

“Cuando ella me abandonó, yo quedé completamente devastado”, cuenta el joven recordando que necesitaba conversar sobre su relación con alguien pero lo único que sus amigos tenían para ofrecerle era cerveza.

Ella me engañó con otro y quiso acabar con nuestra relación. Yo conseguí borrar de la mente la mayoría de los clichés que suceden en estas ocasiones pero los detalles permanecieron en mi memoria.

Rogando

“Escuché las frases más horribles en boca de la persona que amaba y creía conocer. ‘Siempre fuiste bueno conmigo. No es tu culpa, es por mí. Yo no te merezco.’ Me debería haber enfadado pero, en realidad, me sentía aturdido y distante.

“Ella me había sido infiel, me había destrozado el corazón, y aún así me encontré rogándole que me diera otra oportunidad. Le hablé durante dos horas sobre mi amor hacia ella hasta quedar afónico. Pero ella se marchó.

Tortura

“Durante una semana estuve en estado de shock. Mi teléfono se convirtió en un objeto de tortura. Me quedaba mirándolo fijo sin parar esperando que ella me llame y me pida perdón.

“Escribí largos mensajes indignados y luego los eliminé. Quería retractarme de todo lo que le había dicho sobre una segunda oportunidad. No sabía si deseaba que ella volviera para poder largarla o para volver a empezar.

Pareja

“Richa y yo nos conocíamos desde pequeños pero habíamos comenzado a salir sólo tres años atrás. Ella era la chica un poco infantil y tonta que siempre había estado presente pero que nunca había visto en realidad hasta que empezamos el primer año en la universidad.

“Estábamos en plena discusión sobre un tema de estudios cuando me di cuenta que, por primera vez en mi vida, no me interesaba ganar la discusión. De repente ella me pareció la mujer más inteligente y más divertida que había conocido. Después de seis meses de intentar convencerla de que formar pareja conmigo era una buena idea, comenzamos una relación.

Entrelazadas

“Siempre nos habíamos llevado tan bien que, después de una relación de pareja de tres años, yo ya no sabía cómo volver a vivir solo.

“Incluso después de su partida, nuestras vidas seguían entrelazadas en las cosas más íntimas. Compartíamos los mismos amigos, sus libros aún estaban en mis estantes, todavía conservaba las camisas que ella usaba para dormir. Después de un mes, seguía encontrando cosas que iban a parar a la “caja de ella” con objetos para devolverle.

Borracheras

“Estaba muy apesadumbrado y parecía que no había nadie con quien hablar sobre mi dolor. Los amigos comunes evitaban tomar partido. Y mi grupo de amigos no tenía otra cosa para ofrecerme que algunas secas palmaditas en la espalda y alcohol sin límites.

“Pasé esos primeros meses aturdido con juergas y borracheras. No sé hasta qué punto me habrán ayudado.

“Hace exactamente un año y cuatro meses que por fin me libré de “la caja de de mi ex”. No puedo decir que esté completamente recuperado pero, al menos, ya no estoy descorazonado.”

Abhinav (no es su nombre verdadero) es un estudiante de postgrado en Comunicación Social.

Si alguna vez rompiste con tu pareja ¿cómo lo superaste? ¿Puedes conversar con tus amigos sobre tus sentimientos?

Fuente: Radio Nederland

Puntuación: 0 / Votos: 0