Autor: Fritz Du Bois

CompartirEnviar.Hace dos años, cuando se endurecieron las penas para choferes ebrios, saludamos una decisión que nos sigue pareciendo correcta. Los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte violenta para los peruanos y en el caso de choferes ebrios el solo hecho de manejar borracho es un acto criminal al poner en riesgo la vida de los demás, por lo que no se requiere que hayan causado efectivamente daño para ser encarcelados.

Sin embargo, también en ese momento alertamos que era necesario que tanto la Policía como el Poder Judicial mejoren en su labor pues, de lo contrario, de nada habría servido haber aumentado la sanción. Dicho y hecho, lamentablemente esto último es lo que ha pasado.

Para empezar, el fuerte incremento en la penalidad no parece haber tenido efecto disuasivo, ya que el número de choferes ebrios se ha multiplicado y ha aumentado en 150 por ciento en solo un año.

Pero lo más indignante es que después de dos años aún no se conoce de un solo caso u2212dentro de todos esos miles de choferes manejando embriagadosu2212 en el cual el infractor haya sido encarcelado. Por tanto, la ley no es más que letra muerta, ya que nadie parece hacerle caso.

Peor aun, hace algunas semanas dimos a conocer que en toda la ciudad de Lima la Policía solo cuenta con 30 alcoholímetros e, incluso, cuando se destapó este escandaloso hecho, las autoridades inmediatamente ofrecieron adquirir cuatrocientos de ellos para que todas las dependencias policiales pudieran examinar si los choferes están ebrios. Habrá que confiar en que la Policía cumpla con el ofrecimiento.

Sería realmente disuasivo ver algún día operativos frecuentes contra conductores que han tomado, con el mismo entusiasmo y rigurosidad con que los guardias de tránsito revisan minuciosamente los papeles de los choferes de transporte público todos los viernes cuando ha anochecido.

Por otro lado, también ha quedado en el olvido el ofrecimiento del Poder Judicial de crear juzgados especiales para asegurar celeridad en los fallos que involucran a choferes embriagados.

En realidad, de nada sirve aprobar leyes solo para salir del paso y luego nunca preocuparse del motivo por el cual no se han implementado. Mientras no se tome con más seriedad la lucha contra la criminal costumbre de manejar con tragos, seguiremos presenciando horrorosas imágenes de accidentes, a las cuales este Gobierno parece que ya se ha acostumbrado.

Fuente: Perú21

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