| Por Sebastiaan Gottlieb (Foto: Gregory Hill (c))
Contar chistes es una costumbre milenaria que ya se practicaba en Acrópolis y Pompeya. El chiste más antiguo conocido hasta ahora data de hace 4000 años.
Puesto que se trata de un chiste originario de lo que actualmente es Iraq, es de suponer que también se contaban chistes en otros continentes. Arie Bras, periodista de Radio Nederland Arie, y Wim Daniëls, realizaron una investigación y escribieron un libro sobre el tema de los chistes. Y si en algo coinciden es que los chistes son un hábito mundial y, sobre todo, un asunto de hombres.
El chiste más antiguo hasta ahora conocido data, como se ha dicho, de hace 40 siglos, y muy posiblemente no sea nada cómico para el público actual, pero en su época era incluso algo atrevido, y reza como sigue:
Nombre algo que no ha sucedido desde que el mundo es mundo.
Una chica que no suelte una ventosidad mientras está sentada en el regazo de su marido.
Según Bras, si bien hoy en día nos resulta difícil descubrir humor en este chiste, la costumbre de soltar ventosidades era algo muy humorístico, y posiblemente tuvo su origen cuando el ser humano empezó a andar erecto y, en consecuencia, aumentó su flatulencia. Es posible, pero nadie lo sabe, que las ventosidades causaban risa.
Damas decentes y mujeres vulgares
Tanto griegos como romanos ya contaban chistes, y en su libro, Bras y Daniëls citan un antiquísimo chiste holandés, que data de 1180, sobre San Servacio, obispo de Tongres, el más antiguo que se conoce en los Países Bajos.
Una tendencia visible en los últimos siglos es que contar chistes se ha convertido cada vez más en un asunto masculino, al menos en el mundo occidental, donde las mujeres se empiezan a abstener de hacerlo desde el siglo XVII. Poco a poco, se consideraba incorrecto que una mujer contara chistes o que utilizara lenguaje soez. En otras palabras, una mujer decente se abstenía sencillamente de contar chistes, y las que lo hacían eran mujeres vulgares.
Bras es del parecer que a los hombres les gusta contar chistes para dominar, porque cuando lo hacen acaparan la atención. En cambio, las mujeres prefieren una charla con humor, y casi nunca logran recordar un chiste, ya que tampoco tienen la intención de contarlo más tarde. Y si bien ríen al oír un chiste, lo hacen siempre un poco después que los hombres.
Burla
Con frecuencia, los chistes no son sino una forma humorística de ofender a otros. Los holandeses se burlan de los belgas, a quienes consideran tontos. Pero, los belgas hacen otro tanto con los franceses; los alemanes se mofan de los frisones del Este y los británicos de los irlandeses. Siempre necesitamos una víctima de quien podamos burlarnos y reírnos. “Creo que es algo universal,” comenta Bras.
Un ejemplo es el chiste sobre los bosnios, a quienes los eslovenos consideran tontos:
Un ciudadano bosnio solicita empleo en Eslovenia. ¿De dónde es usted originario? le pregunta su interlocutor. “De Bosnia,” responde el solicitante. “Pero, es que ustedes los bosnios son perezosos,” replica el responsable. A lo que el solicitante responde, “no, los perezosos son los montenegrinos, nosotros los bosnios somos solo tontos.”
Humor mundial, algunos ejemplos:
Indonesia:
Niño: Mamá, ¿qué significa la palabra inglesa ‘chaos’?
Madre: Eso depende de quién es el autor del diccionario.
Niño: ¿Acaso cada autor de asigna un significado diferente?
Madre: Según la Academia de la lengua significa ‘caos’, pero según el Gobierno significa ‘todo en orden y bajo control.’
Gran Bretaña (1973):
Un famoso profesor de aritmética, a pesar de estar casado durante muchos años, no había logrado tener hijos. Un día, alguien le dijo a su esposa: ‘Señora, su esposo es un gran matemático’. ‘Sí,’ respondió ella, ‘pero uno que no sabe multiplicar’.
Humor en español:
Mario llega excitado a su casa y le pregunta a su esposa:
¿Qué harías si yo ganara la lotería?
Ella responde:
Haría mis maletas, me separaría de ti y desaparecería de tu vida.
A lo que él contesta:
Excelente. Acabo de ganar 12 euros, aquí tienes los 6 que te correspondes y esfúmate lo más rápido posible.
Chiste árabe:
Un niño libanés pregunta a su padre:
Papá, ¿cómo es que he llegado a este mundo?
El padre responde: Te lo explicaré cuando seas algo más grande.
No, dímelo ahora, insiste el niño.
Bueno, admite el padre. Después de conocer a tu madre, fuimos inmediatamente a un cibercafé. Allí establecí ‘contacto’ con tu madre, y ella te ‘bajó’ de mi ‘pastilla de memoria’. Pero, cuando había acabado de ‘subirte’, nos dimos cuenta que no habíamos instalado un ‘fire wall’ ni un programa antivirus. Y como ya era demasiado tarde para ‘anular’ o ‘eliminar’, nueve meses más tarde nos contagió un virus.
Entonces, el niño pregunta: ¿Y ése eras tu?
Fuente: Radio nederland