Publicado el : 1 de Abril 2010 – 6:18 de la tarde | Por Sergio Acosta (Colegio Médico de Georgia, EE.UU.)

Se estima que hay 10,5 millones de niños con epilepsia el mundo. 3,4 millones de personas inician un cuadro de epilepsia cada año y, de ellas, el 40% son niños. 1,4 millones de niños menores de 15 años inician una epilepsia cada año.

45 o 50 niños de cada 100.000 sufren epilepsia. La incidencia acumulada hasta la edad de 15 años indica que entre el 1 y el 1,7% de los niños habrá tenido, al alcanzar dicha edad, una crisis epiléptica no provocada, y aproximadamente, el 0,8% crisis repetidas.

¿Qué es la epilepsia?
“ Es una tendencia del cerebro a producir crisis epilépticas. Estas crisis son descargas de grupos de neuronas, sobre todo las del cerebro que tienen una correlación con un evento clínico súbito –lo que uno presencia cuando ve que alguien tiene una crisis- , sin embargo para que exista tiene que haber una tendencia del cerebro” explica a Radio Nederland la doctora Rocío Sánchez-Carpintero, neuropediatra de la Clínica Universidad de Navarra, España.

La especialista explica que a veces con una sola crisis no vemos esa tendencia: “Normalmente se exigen haber tenido dos crisis. Como las causas son variadas pues las manifestaciones también son diversas y por lo tanto se habla más de las epilepsias, en vez de epilepsia”.

Diagnóstico
Con frecuencia, los niños padecen ataques episódicos que pueden ser interpretados como epilepsia, pero no lo son. Es muy importante distinguirlos, ya que muchos de estos ataques son benignos, desaparecen con la edad y no necesitan tratamiento. Sin embargo, a veces, se necesitan pruebas más complejas como el video EEG para el diagnóstico.

Hasta un 30% de los casos que acude a una consulta específica de epilepsia tiene otro diagnóstico diferente. Para hacer el diagnóstico de epilepsia y determinar el tipo de epilepsia, el instrumento más importante es los antecedentes clínicos. Los datos aportados por los padres y personas que han observado las crisis son de gran valor. El uso de gráficos de registro de crisis ayuda mucho a valorar la frecuencia de crisis y la respuesta al tratamiento. También puede ser importante aportar videos.

La exploración física ayuda a determinar si hay signos de otras enfermedades del sistema nervioso que se acompañan o dan lugar a epilepsia.

Una vez realizada la consulta, se obtiene un electroencefalograma. Es un instrumento que ayuda al diagnóstico, pero normalmente no lo “decide”. En los niños se intenta realizar un EEG durante el sueño: una prueba diagnóstica mucho más eficaz.

Tratamiento
La epilepsia es uno de los trastornos del sistema nervioso central en el niño con un tratamiento más efectivo. Aproximadamente en el 75% de los pacientes se controla con medicación.
El 64% de niños que ha tenido epilepsia, estará en remisión en la edad adulta, y de ellos, sólo un 16% permanecerá bajo tratamiento farmacológico. Para un 5% de los pacientes en los que no se logra controlar la epilepsia con medicación, hoy en día se puede hacer cirugía de la epilepsia, técnica con la cual hasta un 75% de los pacientes con epilepsia focal y resistente a fármacos puede quedar libre de crisis si es buen candidato para la operación.

En los últimos años, la investigación clínica en epilepsia infantil ha logrado delimitar diferentes síndromes y establecer el pronóstico, y los medicamentos más eficaces para su tratamiento, aún así la doctora Rocío Sánchez-Carpintero explica a Radio Nederland que la ciencia aún tiene algo que hacer:

“Donde la ciencia sí que tiene que avanzar es en el buscar la causa. Aún hay que avanzar en esto puesto que en la mitad de los casos se desconoce la causa”

Cuidados importantes
La mayoría de los síndromes epilépticos que se inician entre los 3 y 13 años no producen alteraciones en el desarrollo intelectual del niño. Sin embargo, en algunos casos, se detectan problemas que conviene diagnosticar a tiempo para poder tratarlos. Se ha observado que los niños con epilepsia padecen con más frecuencia trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Además, no se conoce bien si es la causa de otros trastornos del aprendizaje.

La neuropediatra española Rocío Sánchez-Carpintero afirmó que si bien puede causar la muerte eso se produce con muy poca frecuencia. “Solamente son peligrosas las crisis prolongadas. Si dura más de media hora con la rigidez y las sacudidas de los miembros, y no se pueden controlar, entonces la probabilidad de muerte es mayor.”

Entre los consejos de la neuropediatra para evitar accidentes están:
“Si estamos frente a un niño que tiene una crisis lo mejor es apartar aquellas cosas con las que se pueda hacer daños por sus movimientos, no intentar restringirle los movimientos, y una vez que ha finalizado la crisis ponerle de medio lado por si vomita para que pueda respirar bien. Durante la crisis no es bueno meter un dedo u objeto duro en la boca porque puede dañarlo y no impide que se muerda la lengua”.

Si Usted desea más información sobre esto u otro trastorno de la salud, enfermedad o tratamiento nos puede escribir a ciencias@rnw.nl

(Parte de esta información sobre la epilepsia proviene de la Clínica Universidad de Navarra, España)

Fuente: Radio Nederland

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