Carola La Rosa de Luque
Columnista

Perdonar es difícil, tanto que hay ofensas que nunca se pueden superar. Una de ellas es la infidelidad, concepto que remite a su antónimo: fidelidad, y ésta a sus practicantes: los fieles.

El valor que las diversas culturas le han dado a la fidelidad depende en gran medida de las reglas de uso, de las tradiciones religiosas y familiares de una sociedad determinada. Lamentablemente la vara con la que muchas sociedades miden la infidelidad es implacable para las mujeres y laxa para los hombres.

¿Se puede perdonar a los infieles? Algunas parejas responden que sí, pues finalmente sobrevivieron al descubrimiento de la infidelidad. Pero otras se niegan a otorgar el perdón porque no lograron superar la crisis que supone la infidelidad, debido a que en uno o en otra predominaron los sentimientos de traición, ruptura, pérdida de confianza y desolación.

Muchas veces, a pesar de que la infidelidad pudo ser una “llamada de atención” acerca de que algo funcionaba mal, o una expresión de la falta de habilidades de una y otra parte para desarrollar una buena comunicación, no se ve de manera crítica. Así, sin más se exhibe al o la culpable y, cual condenados por tribunal divino, se les arroja al castigo y se les niega el perdón.

Este es un tema muy polémico; hay mucho por decir. Lo importante es conversarlo con tu pareja, para saber qué motivó la infidelidad, ir en busca de terapia en pareja también puede ser de ayuda.

Fuente: Diario La primera

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