Hobbes- “Leviatán o la materia, forma y poder de un Estado eclesiástico y civil’ (II)

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Hobbes es uno de los más grandes filósofos políticos de la época moderna. El contexto histórico en el que se inserta la vida de Thomas Hobbes es muy complejo. Él vive en un periodo de individualismo- el individuo por encima de todo-; subjetivismo- mundo mental por encima del mundo objetivo; cuestionamiento de las normas tradicionales; disolución de formas comunitarias- feudo medieval-; competencia- capitalismo naciente; y un momento de guerras civiles, políticas y religiosas.

Su obra más conocida es Leviatán, la cual está divida en 4 partes -Del hombre; Del Estado; Del Estado Cristiano y Del reino de la oscuridad-, esta obra muestra íntegramente el pensamiento de su autor. Para esta ocasión, se hará una breve explicación de algunos capítulos de esta obra. Así se presentarán los capítulos 13 “De la condición natural de la humanidad en lo concerniente a su felicidad y su miseria”; 14 “De las leyes naturales primera y segunda, y de los contratos” y 18 “De los derechos de los soberanos por institución”.

Hobbes inicia el capítulo 13 sosteniendo que la naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en sus facultades de cuerpo y de alma, la diferencia entre hombre y hombre no es tan apreciable como para justificar el que un individuo reclame para sí cualquier beneficio que otro individuo no pueda reclamar con igual derecho. En lo referente a las facultades de la mente, el autor considera que hay mayor igualdad entre los hombres que en lo referente a la fuerza corporal. La prudencia, no es otra cosa que experiencia, la cual es dada igualitariamente a los hombres si viven el mismo lapso de tiempo, en las cosas que se aplican igualmente.

De la igualdad de las facultades, surge una igualdad en la esperanza de conseguir los fines. De la igualdad, procede la desconfianza. Así, si se desea una misma cosa que no puede ser disfrutada por ambos que la desean, éstos se convierten en enemigos. Para lograr su fin, principalmente su propia conservación y, se empeñan en destruirse y someterse mutuamente.

En la naturaleza del hombre, se encuentran tres causas principales de disensión: La competencia hace que los hombres invadan el terreno de otros para adquirir ganancia. Esta, hace uso de la violencia, para que así los hombres se han dueños de otros hombres La desconfianza es da para lograr seguridad. Esta usa la violencia con un fin defensivo. Por último, la gloria para adquirir reputación. Mientras los hombres viven sin ser controlados por un poder común que los mantenga atemorizados, están en esa condición llamada guerra. Así, la Guerra consiste también en “un periodo en el que la voluntad de confrontación violenta es suficientemente declarada”. De la guerra entre los hombres se deduce que nada puede ser injusto. Así, donde no hay un poder común, no hay ley; y donde no hay ley, no hay injusticia. La fuerza y el fraude son las dos virtudes cardinales de la guerra. La justicia e injusticia se refieren a los hombres cuando están en sociedad.

Hobbes continúa en el capítulo 14 sosteniendo al Derecho Natural como “la libertad que tiene cada hombre de usar su propio poder según le plazca, para la preservación de su propia vida”. La Libertad –por su parte-, es “la ausencia de impedimentos externos, impedimentos que, a menudo, pueden quitarle a un hombre parte de su poder para hacer lo que quisiera, pero no le impiden usar el poder que le quede”. Una Ley Natural, es un precepto o regla general, descubierto mediante la razón, por el cual a un hombre se le prohíbe hacer aquello que sea destructivo para su vida o elimine los medios de conservarla.

La diferencia existente entre derecho y ley es que el Derecho consiste en la libertad de hacer o de no hacer, mientras que la Ley determina y obliga a una de las dos cosas: La primera y fundamental ley de la natural: Buscar la paz y mantenerla. Mientras que la segunda ley consiste en que “un hombre debe estar deseoso, cuando los otros también lo están, y a fin de conseguir la paz y la defensa personal hasta donde le parezca necesario, de no hacer uso de su derecho a todo, y de contentarse con tanta libertad en su relación con los otros hombres”. Mientras cada hombre se aferre al derecho de hacer todo lo que le plazca, todos los hombres estarán en su situación de guerra. No obstante, no hacer uso de su derecho es privarse de la libertad de impedir que otro se beneficie de lo mismo a lo que él tiene su propio derecho. No hay nada a lo que todo hombre no tenga derecho por naturaleza. Así, renunciar a un derecho, no se tiene en consideración la persona en quien redundará el beneficio correspondiente.

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